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Enfermedad Positiva


Enviado por   •  1 de Marzo de 2013  •  2.240 Palabras (9 Páginas)  •  281 Visitas

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Algunas veces la enfermedad y la amenaza que ella puede traer a nuestras vidas pueden abrumarnos. El temor de enfermedades graves y de la muerte nos puede angustiar con ansiedad, depresión y desesperanza. Creer que nadie podría llegar a entender las profundidades de la soledad y la desesperación que a menudo agobian a los que sufren enfermedades a largo plazo, puede llenar nuestros corazones de vacío interior.

La enfermedad puede golpear en un sinnúmero de maneras. Puede afectar no solo nuestro cuerpo sino también nuestra mente, sentimientos y hasta nuestro espíritu. Cuando nuestro cuerpo se enferma, podemos lidiar con la habilidad para trabajar, interactuar y a veces simplemente cumplir nuestras funciones diarias. Algunas personas batallan con desórdenes mentales y conflictos emocionales. Todos nosotros sufrimos de una enfermedad espiritual llamada Pecado. En algún punto de nuestras vidas todos anhelamos ser sanados y aliviados desde un simple resfriado hasta una enfermedad de alto riesgo, ser liberados de la confusión o depresión, librados de la corrupción espiritual.

¡Tengo muy buenas noticias para ti! El Dios de los cielos comprende tus luchas en este momento. Él ha pasado por lo que tú estás pasando. Te ama y le preocupa que te duela. ¡Pero lo mejor de todo es que puede hacer algo al respecto! La Biblia, al referirse a la vida y la muerte sacrificial del Hijo de Dios, Jesús, nos dice que Él cargó sobre sí nuestras enfermedades y llevó nuestros dolores. Él fue traspasado por nuestras trasgresiones, molido por nuestras iniquidades, el castigo de nuestra paz fue sobre Él. Y por esas heridas nosotros somos sanados. La fe en el poder de Dios a través de Jesucristo nos trae sanidad al cuerpo, mente y espíritu.

Así como la enfermedad viene en varias formas, hay también unas cuantas maneras en que podemos combatir las enfermedades en nuestras vidas.

La dolencia puede ser el resultado directo de malas decisiones de nuestra parte. Si fumo cigarrillos todos los días, estaré contribuyendo al deterioro de mi salud, y puedo terminar con una afección mortal. Si soy alcohólico, estaré más propenso a tener enfermedades en el hígado. El primer paso obvio que debemos dar para vencer la enfermedad es eliminar las acciones que la causan. La Biblia afirma que uno cosecha lo que sembró. Así que, si estás llevando un estilo de vida que disminuye tu salud, entonces no debería sorprenderte que la enfermedad y el malestar vinieran sobre ti. La gente que trabaja duro, vive vidas difíciles y trata su cuerpo severamente, experimentará eventualmente un colapso físico. Nuestros cuerpos no están diseñados para ser abusados. Pero, si eliminamos los hábitos autodestructivos, tomamos tiempo para descansar el cuerpo dándole el tiempo necesario para sanarse y reponerse con una nutrición adecuada y sueño reparador, entonces haremos nuestra parte en eliminar algunas enfermedades.

La profesión médica actual ha hecho tremendos hallazgos en el diagnóstico y tratamiento de muchas afecciones. Nunca deberíamos ser negligentes en cuanto a buscar tratamiento médico para nuestras enfermedades. Los doctores están entrenados para tratar esas enfermedades del cuerpo y la mente. A menudo pueden prescribir las acciones apropiadas y los medicamentos que nos ayudarán. Si nuestra enfermedad puede ser tratada a nivel médico, los doctores generalmente sabrán cómo hacerlo.

Además de vivir un estilo de vida sano y buscar ayuda médica para las enfermedades, también podemos volvernos a Jesús, el Gran Médico. Cuando consideramos el tema de la salud desde una perspectiva teológica, tenemos que recordar que Jesucristo vino a la Tierra para "sanar a los que necesitan ser sanados". Jesús es el Hijo de Dios y tiene el poder para curar con el tiempo o curar instantáneamente.

Pero, cuando Jesús nos sana, quiere sanar todo en nosotros: cuerpo, alma y espíritu. Él sana las enfermedades y dolencias en nuestros cuerpos, nos da un nuevo corazón y transforma nuestras mentes. En otras palabras, nos sana completa y totalmente. El otro aspecto de la sanidad de Jesús es que nos cura de acuerdo a su voluntad y propósito. Él no es nuestro sirviente que salta a la acción tan pronto como chasqueamos nuestros dedos. Trae sanidad para ayudarte pero también para mostrarte que Él sanará todo en ti. Te ofrece la sanidad completa si se lo pides.

Algunas veces la sanación completa es inmediata, mientras que otras veces viene a lo largo de un tiempo. Pero, aun entonces, Jesús atravesará la prueba junto a ti. Jesús sana tus enfermedades, te conforta para que puedas soportar, provee a otros para que te ayuden y te promete liberación eterna al final.

Puedes emprender el camino de la enfermedad a la salud eliminando esas acciones que conducen a enfermedades, siguiendo las directivas de tu doctor, y… lo más importante de todo, ejercitando la fe al remitirle tus necesidades a Jesús.

¿Quieres ser sano? Hablemos con Jesús ahora mismo...

"Querido Jesús: tengo necesidad de ser sano. Por favor, toca mi corazón, mi mente y mi cuerpo y trae completa sanidad. Quiero conocerte más y seguirte con todo mi ser. Perdona mis pecados y trae sanidad a mi vida. Gracias Señor."

La muerte no respeta a nadie. Es fría, impersonal y simplemente tan… terminante. Podemos hablar de la muerte de un sueño, la muerte de la esperanza, la muerte de las relaciones, y a la larga de la muerte física. Todas estas formas de muerte acarrean una pérdida terrible y dolorosa en distintos grados. Solo el pensamiento de ella puede hacernos sentir desesperanza, depresión, vacío, ansiedad o temor.

Otra forma de muerte es la muerte espiritual. Esa es la más importante de todas, ya que determina tu vida después de la muerte. Dónde pasarás la eternidad está determinado por lo que hiciste mientras tenías vida y respirabas aquí en la Tierra.

No es raro oír de gente que le teme a la muerte. Una celebridad de TV estaba abriendo su corazón y contando que lo que más temía en el mundo era la muerte física. No sabía lo que le sucedería después que muriera o lo que debía hacer para ir al cielo. Lo desconocido de su destino futuro y a quién tendría que enfrentar lo llenaban de temor cada vez que hablaba de la muerte.

Otros creen que después de esta vida no hay nada más que oscuridad. Luego de una vida vibrante y multidimensional, en un mundo lleno de colores brillantes y de paisajes fascinantes, sonidos y personalidades, algunos creen que todo lo que hay después de la vida es… ¡nada! ¡Pero tiene que haber algo más! Cómo puede ser que un mundo rebosando de aventura, pasión y vida, sea seguido de una

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