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Ensayo Ed Artistica

angelica_2728 de Agosto de 2011

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Se denomina ciencias de la educación al conjunto de ciencias y profesiones orientadas al estudio y arte de la educación. Esto incluye:

• Magisterio

• Pedagogía

Es un trabajo interdisciplinario de psicología, historia, legislación, filosofía, antropología, administración, algunas áreas de medicina, encaminados al apoyo de la solución de problemas educativos. Se denomina ciencias de la educación al conjunto de ciencias y profesiones orientadas al estudio, entendimiento y mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, sean éstas formales, no formales e informales. Este conjunto de ciencias se pueden dividir en dos categorías: básicas y complementarias.

Entre las primeras, se encuentran:

Pedagogía Didáctica Curriculum Entre las segundas, todas las que hacen al entendimiento del ser humano:

Antropología Sociología Psicología Historia Filosofía. Administración El campo disciplinar de las Ciencias de la Educación se ha constituido a partir de la intersección de un conjunto de diversas disciplinas: la filosofía, la psicología, la sociología, la historia, entre otras; que abordan desde su especificidad el objeto “educación”. Este proceso de conformación no es exclusivo de las Ciencias de la Educación sino que se vincula con la división del conocimiento en el campo de la Ciencias Sociales, y es producto de la progresiva fragmentación y especialización de los conocimientos durante los siglos XIX y XX.

Las ciencias de la educación, en un estudio interdisciplinario, contribuyen a analizar la realidad educativa de manera más compleja, contribuyendo así a dar soluciones a los distintos problemas que atañen a la educación.

No existe un acuerdo universal entre los educadores sobre el sentido que se le debe dar al concepto “ciencias de la educación”. Parece que la expresión es más corriente en los países europeos que en América del Norte. Los educadores que generalmente no utilizan esta expresión estiman que la educación es una profesión y no una ciencia.

Las ciencias de la educación no constituyen un campo reservado solamente a algunos especialistas. Ellas representan actualmente el conjunto indispensable de disciplinas que permiten un correcto y fecundo funcionamiento de los sistemas educativos en todos sus niveles. Por razones diferentes, pero siempre imperiosas, los responsables de elaborar políticas educacionales, los planificadores, los docentes, los administradores y los investigadores no pueden, ni tienen el derecho de ignorarlas.

El estudio de las situaciones educacionales (pasadas, presentes y futuras) consiste en definir e identificar los hechos educacionales sobre los que se podrá hacer un análisis científico riguroso: es éste el objeto de las ciencias de la educación.

Se puede decir, en general, que los factores a tomar en consideración para analizar y comprender los hechos y las situaciones educacionales pueden clasificarse en tres grandes categorías; estas categorías nos parecen válidas para el análisis de cualquier situación educacional, bajo la reserva indicada anteriormente, que los factores que deberemos enumerar y por lo tanto yuxtaponer, no tiene siempre la misma importancia y que entre ellos hay relaciones variables en cantidad y en calidad según los países o los tipos de sociedades. Podemos distinguir:

Los factores que dependen de condiciones generales de la Los factores queinstitución educativa en el seno de la sociedad; dependen de las condiciones “locales” de la institución educativa y que Los factores vinculados a la propiadeterminan su realización; situación de la educación.

Estas tres categorías no son independientes pues factores que dependen de la tercera categoría pueden estar en relación directa con ciertos factores pertenecientes a una de las otras dos categorías; las interrelaciones deberían ser el objeto de un capítulo especial, es decir que nos contentaremos aquí de una descripción somera comentada, solicitando al lector se imagine la complejidad y la riqueza del tejido de relaciones que dan, al final de la cadena, el aspecto observable de la situación de educación.

El conjunto de los factores que actúan sobre las situaciones de educación concretas se pueden separar en dos subconjuntos.

- El primer subconjunto de factores reagrupa todas las variables vinculadas a la sociedad: filosofía, política, estructura social, organización económica, nivel técnico...

- El segundo subconjunto de factores está constituido por todos los elementos que se refieren directamente a la educación. Una sociedad, en función de su filosofía política, da origen en cierta manera a una institución escolar más o menos bien estructurada, más o menos extendida (geográficamente por ejemplo), abarcando períodos más o menos grandes (duración y tipo de escolaridad). Este sistema escolar está caracterizado por seis subconjuntos de variables:

Las variables vinculadas a la estructura de la institución y a los Las variables vinculadas a loscriterios de admisión de alumnos; Las variables vinculadas a los métodos y técnicascurrículos; Las variables vinculadas a las instalaciones materiales;pedagógicas; Las variables vinculadas a la contratación ya la formación de los Las variables vinculadas al presupuesto destinado a ladocentes; educación.

CIENCIAS PARTICULARES SOBRE LA EDUCACIÓN

Filosofía de la Educación.

La filosofía de la educación es una rama de la filosofía. No es, en el sentido estricto del término, una ciencia, pero constituye la disciplina fundamental que da a todas las ciencias de la educación su verdadera significación. A este título, es una disciplina específica en relación a las otras ramas de la filosofía –filosofía de las ciencias, del arte, del derecho, etc.- pues se ocupa de un tema distinto y bien definido: la educación. Es una disciplina específica en relación a todas las que se ocupan de la educación pues, teniendo el mismo tema, lo aborda con otro objetivo y con otros métodos. ¿Qué objetivo? ¿Qué métodos?

La educación, un problema filosófico

La educación constituye en sí un problema filosófico, y los más grandes filósofos, desde Platón, no han cesado de plantearlo y de exponerlo en todas sus dimensiones. En realidad, el contenido de la educación es muy complejo y varía de una cultura a otra. Entonces ¿de dónde proviene su unidad conceptual, su esencia? De su unidad necesaria con el concepto de hombre. De todos los animales, el hombre es el único que debe y puede ser educado. Debe serlo, pues sin educación no tendría de humano más que el aspecto físico. Puede serlo, pues lo que lo distingue del animal -las técnicas, la lengua, las costumbres– el hombre lo ha aprendido. Es este lazo con la humanidad que hace de la educación algo distinto de una simple maduración o un amaestramiento. La educación es el conjunto de procesos y procedimientos que permiten a todo niño humano acceder a la cultura, siendo la cultura lo que distingue al hombre del animal. Preguntarse: ¿Qué es la educación? Es preguntarse: ¿Qué es el hombre?, interrogante filosófico, si lo es.

Nuestra definición introduce los términos “procesos” y “procedimientos”. Es que la educación, siendo en gran parte un proceso espontáneo, que se desarrolla aun sin que los educandos y los educadores se den cuenta, no se concibe sin el objetivo, por lo menos implícito de educar. Digo implícito, pues este objetivo puede no ser formulado ni aun ser consciente; pero lo será en caso de contestación o de crisis. Cuando toda una juventud se interroga, como en 1968: “?Por qué es necesario aprender?”, los educadores están condenados, como Edipo ante la Esfinge, a responder o a morir.

Filosofía y ciencias de la educación

La filosofía tiene como tarea propia posibilitar una respuesta a este interrogante. Y ahí está su especificidad en relación a las ciencias de la educación. Ella asume al respecto una doble función de interrogación y de integración. Por lo tanto se la puede considerar, con G. Mialaret, como “una epistemología de las ciencias de la educación”.

La filosofía interroga cada ciencia sobre el estatuto y sobre el alcance de sus afirmaciones, corriendo el riesgo de detectar un cierto dogmatismo detrás de la objetividad aparente de los enunciados y nociones. Pues, cuando el economista habla de “capital humano”, el historiador de “progreso”, el psiquiatra de “regresión”, el sociólogo de “normal”, el psicólogo de “equilibrio”, se trata de nociones normativas que implican una finalidad. Así, el “equilibrio” no es (sólo o absolutamente) lo que existe, sino lo que debe ser. Ahora bien, sucede que las ciencias plantean sus finalidades como objetos observables y mensurables –si bien lo son en ciertos aspectos- pero sin preguntarse por qué son finalidades, en otras palabras por qué deber ser alcanzados. Por qué el equilibrio es más deseable que el desequilibrio? Resumiendo, la tarea del filósofo es de preguntarse sobre las finalidades de la educación. Su campo no es el “cómo” –y los objetivos pedagógicos jamás son los “cómo”- sino el “por qué”.

Las finalidades de la educación conciernen al hombre en su totalidad. “Saber el inglés” es una finalidad si se trata de mi carrera, o de mi cultura o de mi felicidad o en todo caso de mí mismo.

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