Ensayo Perfil Profesional médico
tanyliz_tlag28 de Septiembre de 2014
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RESUMEN
La educación superior es un factor estratégico para la transformación social, la consolidación de la soberanía nacional y la construcción de una sociedad Mejor; Es bajo esta proyección que se promueve la instalación del Programa Nacional de Medicina Integral Comunitaria en Venezuela, el cual tiene como objetivo formar profesionales de la medicina con una visión integral del ser humano en sus componentes biológico, psicológico, social, ético y espiritual, responsables de proporcionar atención integral y continuada a todo individuo que solicite o no atención médica, en el contexto de la familia y comunidad de la que forma parte, con el apoyo de los servicios de otros profesionales, considerando las necesidades de salud y los recursos disponibles de la comunidad en la que le corresponda desenvolverse.
El nuevo profesional debe asumir protagonismo en los cambios estructurales que requiere el sistema de salud, según el "Modelo Emergente", caracterizado por: una concepción biopsicosocial y espiritual del individuo, el equipo como protagonista en el medio de trabajo, orientación comunitaria, promoción de la salud, prevención de la enfermedad, eficiencia en el servicio, entre otros.
Para ello este profesional debe desarrollar y alcanzar en forma constante, como elementos básicos: competencias para resolver los problemas de salud a nivel primario; capacidad para asumir labores de gestión; capacidad para integrarse e integrar al trabajo en equipo y disposición docente e investigadora. Es por ello que se plantea la formación humanista de este nuevo profesional de la salud, para garantizar que la salud integral y humana pueda llegar a todos los rincones de nuestra patria.
Palabras Clave: Humanismo, Medico integral comunitario, Misión Sucre, modelo emergente, biopsicosocial.
PROBLEMA
El origen de las comunidades es tan antiguo como el hombre mismo, e incluso más, si tenemos en cuenta las comunidades de animales, algunas tan organizadas y que funcionan a la perfección, como la de las abejas o las hormigas.
El hombre surge precisamente, gracias a esa vida en común, que facilita el desarrollo de la actividad conjunta para la satisfacción de las necesidades, en la cual se crean las condiciones para que aparezcan las primeras formas de trabajo y de comunicación humana.
Sin embargo el hombre ha tenido un gran enemigo "la enfermedad" siendo esta la causa de que muchas veces se rompa el ciclo de buenas relaciones entre los individuos, trayendo como consecuencia la soledad y el abandono, es por ello que el hombre siempre ha buscado la cura para las enfermedades siendo muchas veces ineficaz su búsqueda; nuestro país VENEZUELA no escapa de esta realidad.
El programa de formación del Médico Integral Comunitario en Venezuela, al igual que el resto de los programas que propone la Misión Sucre dentro del proceso revolucionario bolivariano, se inserta en el marco de una concepción filosófica que asume como principio fundamental el alcance pleno de la justicia social. En la práctica esté principio se proyecta, entre otros, en la lucha por la eliminación de la exclusión social, una de cuyas manifestaciones más evidentes es la carencia de oportunidad de estudio para miles de personas de todas las edades, género, estrato social, étnia o raza, lo cual no solo implica la disminución de las posibilidades educativas sino que incide en las perspectivas de futuro del País.
La educación superior es un factor estratégico para la transformación social, la consolidación de la soberanía nacional y la construcción de una sociedad Mejor; Es bajo esta proyección que se promueve la instalación del Programa Nacional de Medicina Integral Comunitaria en Venezuela, el cual tiene como objetivo formar profesionales de la medicina con una visión integral del ser humano en sus componentes biológico, psicológico, social, ético y espiritual, responsables de proporcionar atención integral y continuada a todo individuo que solicite o no atención médica, en el contexto de la familia y comunidad de la que forma parte, con el apoyo de los servicios de otros profesionales, considerando las necesidades de salud y los recursos disponibles de la comunidad en la que le corresponda desenvolverse.
El nuevo profesional debe asumir protagonismo en los cambios estructurales que requiere el sistema de salud, según el "Modelo Emergente", caracterizado por: una concepción biopsicosocial y espiritual del individuo, el equipo como protagonista en el medio de trabajo, orientación comunitaria, promoción de la salud, prevención de la enfermedad, eficiencia en el servicio, entre otros. Para ello este profesional debe desarrollar y alcanzar en forma constante, como elementos básicos: competencias para resolver los problemas de salud a nivel primario; capacidad para asumir labores de gestión; capacidad para integrarse e integrar al trabajo en equipo y disposición docente e investigadora. Es por ello que se plantea la formación humanista de este nuevo profesional de la salud, para garantizar que la salud pueda llegar a todos los rincones de nuestra patria.
OBJETIVO GENERAL
Garantizar la formación humanista del Medico integral comunitario durante todo el desarrollo de su pregrado.
OBJETIVO ESPECÍFICO
Capacitar el personal docente para la formación humanista de este nuevo profesional de la salud.
ANTECEDENTES
AL INTENTAR DEFINIR el humanismo, podría decirse que es una forma de vida en la cual se valora y se hace énfasis en lo específicamente humano. Así, humana y sólo humana es la conciencia que tenemos de nosotros mismos, como individuos y como especie, donde se organiza la capacidad para convertir las experiencias en historia y para buscar explicaciones a los acontecimientos. Y humano es este atributo de la inteligencia gracias al cual se ha creado ciencia, ha sido posible aventurarse en lo desconocido, descubrir lo inédito e inventar lo insospechado, dominando gradualmente la naturaleza.
Humana y sólo humana es esa atávica convicción de que todo individuo posee una especial dignidad que lo hace fin en sí mismo, por lo que no puede ser utilizado como medio, ni reducido a instrumento, ni esclavizado, ni explotado por otros hombres. Característica humana es el orden del derecho, la construcción de valores y normas que protegen esa dignidad contra el uso de la fuerza y que intentan regular, en medio de la violencia y de la locura de los hombres y de los pueblos, una convivencia civilizada, basada en principios y en el respeto al derecho. Humana es la capacidad de concebir la existencia como destino, con principio y fin, con sentido de realización en donde cabe -al lado de otras fuerzas determinantes e incontrolables- el libre albedrío para elegir entre el bien y el mal. Y, por esto, humano es el orden moral que compromete nuestra conciencia hasta en sus actos más secretos.(1) Humanistas son las filosofías que valoran lo humano; la educación humanista es el intento por preservar esa condición en las nuevas generaciones.
Estos valores específicos se dan en germen en cada nuevo hombre o mujer y, porque somos más proyecto que obra terminada, es necesario cultivarlos, protegerlos y desarrollarlos mediante la educación.
El hombre de hoy en día no tiene tiempo de cultivar su humanidad. Corre tanto que se desconecta de su pasado, pierde la memoria histórica y rompe la línea continua de un linaje de cultura.
Platón definió los tres valores fundamentales de la vida que nosotros llamamos humanística o apolínea: son la verdad, la bondad y la belleza. El hombre crea estos elevados conceptos, eminencias de su ser, y después de su invención, busca ser digno de ellos.
El humanismo se sustenta en valores entendidos, como la percepción de lo que constituye un bien humano, que se ha ido edificando, consolidando y, en ocasiones, cuestionando y descartando. La preservación de ciertos valores da continuación al humanismo y constituye una constante referencia para normar el comportamiento y tratar de conducirlo en un sentido positivo; es decir, que resulte satisfactorio y que beneficie a los demás.
El humanismo médico se ha entendido y expresado fundamentalmente en la relación de un médico con su paciente. Ahí es donde se concentran y decantan las interacciones sutiles que dan la oportunidad al médico de ayudar, en forma amplia y efectiva, al ser humano que confía en él para el alivio o curación de una enfermedad. Hasta el momento, sabemos que el profesional de la medicina que práctica su saber en forma ética, lo hace siempre respetando la intimidad, la individualidad y la confianza, sin abusar, sin engañar, con respeto a la vida, a la verdad y a los valores trascendentales del hombre. Manejando los conceptos de hacer el bien, de bondad y comprensión, de protección y ternura, quien sabe curar, despierta confianza, esperanza y fe. Pero también han existido quienes han empleado ese mismo conocimiento asociándolo al temor y a la manipulación emocional infundiendo terror o abusando del más necesitado, comerciando con su salud.
El humanismo médico, inmerso en un conjunto de valores y percepciones relativas a los bienes humanos, nutre y se nutre de principios y normas que constituyen el dominio de la ética médica o la bioética, como se le ha denominado recientemente. En los últimos tiempos, la bioética ha adquirido gran interés, quizá como respuesta a la preocupación, cada vez mayor, que ocasionan los cambios debidos al auge de la medicina institucional y a la creciente aplicación de innovaciones tecnológicas en el campo de la salud, situaciones ambas que tienden a despersonalizar la práctica médica, haciendo del paciente un simple expediente clínico.
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