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Ensayo Un día llegando al hotel donde se hospedaba recibió una llamada de un antiguo piloto de las fuerzas armadas de norteamericanas donde lo citaba en Villahermosa en el parque de la venta,


Enviado por   •  28 de Febrero de 2017  •  Ensayos  •  7.049 Palabras (29 Páginas)  •  169 Visitas

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J.J Benítez empieza a describir como fue conociendo al mayor.

Un día llegando al hotel donde se hospedaba recibió una llamada de un antiguo piloto de las fuerzas armadas de norteamericanas donde lo citaba en Villahermosa en el parque de la venta, justamente en el Gran Altar para poder platicar con él, ya que le había interesado un tema que el periodista había comentado en la televisora.

 A pesar de que J.J Benítez no sabía quién era el de la llamada tan misteriosa, decidió dirigirse hacia Villahermosa llegando al aeropuerto estuvo muy atento por si el dichoso desconocido se acercaba hacia el pero no fue así, entonces se dirigió al lugar de la cita al llegar al Gran Altar no se encontraba nadie de tal manera que este pensó por un momento que había sido engañado, pero no fue así pues detrás de un monumento salió un hombre preguntando que si era J.J. Benítez, al saber que era él le hizo una invitación a un restaurante, aunque el periodista no tenía hambre debido al misterio que guardaba la situación aceptó, durante el camino no hubo palabra alguna. Al llegar al restaurante J.J Benítez rompió el silencio haciendo preguntas que indujeran al ex piloto a decirle la información, pero no fue así ya que este ni siquiera le quiso dar su nombre y le menciono que tal vez su primer encuentro haría que se decepcionara pues primero tenía que saber si el periodista era de suficiente confianza como para dar a saber tan valiosa información. Para saber si era un hombre confiable le dijo que le mandara un escrito a los corres de Chichen Itzá pues quería que siguieran en contacto, pues los días del mayor según el estaban contados y quería encontrar a alguien de confianza para dar la información.

Dada la situación en la que se encontraba J.J. Benítez debido a las investigaciones que subieron de nivel, la inteligencia (civiles y militares) tenían intervenido su teléfono, pero eso no tuvo impedimento para que el reportero se comunicara con el mayor, pues durante varios meses se estuvieron escribiendo cartas, este desvío sus correos pues podía der posible que la inteligencia se diera cuenta de tal relación aunque el pensó que no tomarían importancia alguna. Ni siquiera la esposa de J.J. Benítez sabía de dicha relación.

En una de las cartas el mayor le pedía que se dirigiera hacia Yucatán, después de pensarlo y de las actividades que tenía cancelo algunas de ellas para poder asistir a Yucatán donde vería al mayor. Cuando iba llegando a Yucatán se encontró con un hombre que tenía un cartel con su apellido, el cual se identificó con el nombre de Laurencio Rodarte, quien menciono al reportero que el sería el encargado de llevarlo a donde el mayor lo iba a esperar, pues este se encontraba enfermo. Benítez dudando de este hombre le dijo que le mencionara donde se encontraba el mayor y que él podía dirigirse hasta el estuviera, Laurencio a pesar de las ordenes que había recibido le dijo que este se encontraba en Chichén Itzá, y que el lugar donde había pedido el mayor llevará a  Benítez era hasta el cenote sagrado y debería estar allí a las 4.

Laurencio al ver que Benítez no iría con él se dirigió hacia la salida del aeropuerto, Benítez viendo alejar el Toyota en el que Laurencio iba, respiró y de dio cuenta que había sido un error no haberse ido. Después de regatear con los Taxistas para que el precio de llevarlo hasta el hotel, por fin uno concedió llevarlo por $850, llegando al hotel se duchó para después dirigirse hacia el lugar donde debía ir, eran las cuatro cuando se dirigía hacia el cenote dejando atrás la pirámide de Kukulkán, antes de llegar distinguió a lo lejos dos personas, era Laurencio que se integraba, Benítez no podía contener la vergüenza por la situación ocurrida en el aeropuerto, duro poco tiempo pues se dio cuenta que el mayor estaba ahí esperándolo, aunque su apariencia había cambiado. Al encontrarse se abrazaron. Estrechando la mano con Laurencio, Benítez se disculpaba por el incidente. El mayor sugirió que caminaran un poco donde él le platicaba a Benítez que su fin se estaba aproximando y que una vez que eso sucediera comenzaría la labor de Benítez.

La enfermedad que el mayor tenía había sido causada por un proyecto cuando trabajaba en las fuerzas aéreas norteamericanas. Regresando a la cabeza de Benítez la curiosidad preguntaba al mayor sobre el proyecto, pues podría hacer que le dijera parte de la información que estaba ansioso de saber. Durante dos días la vida de Benítez transcurría a las afueras de chichen Itzá, en una casita donde Laurencio y su esposa cuidaban al mayor desde hace unos 6 años. En la estancia de Benítez ahí aprovecho para indagar información sobre la identidad del mayor y se encontró con lo que el mayor le había dicho pues si  había pertenecido a la USAF, Benítez al final decidió finalizar El rastreo pues ya había empezado a estimar al mayor y sentía que lo estaba traicionando.

Antes de partir Benítez menciono al ex oficial que regresaría a su país, de igual manera le decía la inquietud por el deterioro de su salud y que aún no había recibido nada sobre el secreto. El mayor le dijo a laurencio que tomara un sobre de los anaqueles y lo entregara a Benítez. Comento el mayor -aquí tienes  la primera entrega. El resto llegará a tu poder cuando yo muera...-, el reportero estaba ansioso de abrir el sobre, pero el mayor le dijo que lo hiciera una vez que se alejara de ahí, lo podía hacer estando en el avión. La búsqueda de Benítez empezaba, donde descifraría la clave que conduciría al legado del mayor.

El mayor se puso de pie y Benítez también, prometiendo que jamás revelaría la identidad del mayor pasara lo que pasara. Confiando el mayor le dijo -sé qué harás-.

Esa fue la segunda y última vez que vio al mayor con vida. De regreso a España tomo en sus manos el sobre adivinando que era algo duro, al asomarse al sobre se llevó una decepción pues lo que contenía era una llave pegada en las paredes de la carta. La arranco y pasándola de una mano a otra, no sabía que pensar. Durante unas horas se debatía entre miles de dudas, relacionando las palabras que le había dicho el mayor anteriormente. Aquella llave era parte del secreto que el mayor tanto guardo.

Durante la primavera y el verano de 1981, las cartas del mayor eran pocas. En el mes de julio Laurencio era quien escribía las cartas, en una de ellas decía que el mayor muy apenas y hablaba, pues se encontraba en un profundo estado de postración. El 7 de septiembre de 1981 precisamente en el cumpleaños de Benítez recibió una carta donde laurencio anunciaba que el mayor había fallecido el 28 de agosto, junto a esa carta adjunto un sobre que solo Benítez podía abrir.

La noticia de la muerte del mayor hizo que Benítez se entristeciera pues le había agarrado un gran cariño. Sin embargo la curiosidad no se quedaba atrás. La carta estaba escrita con la letra del mayor, Benítez se dio cuenta que había sido escrita un tiempo antes de su primer encuentro. En esta el mayor le explicaba que tenía que descifrar la clave para llegar a la información y que su deseo era llegar a la verdad. En el segundo papel estaban cinco frases:

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