Esquema De Metodología
yeidys21 de Noviembre de 2012
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LOS PROCESOS DE CREACIÓN DEL CONOCIMIENTO: EL APRENDIZAJE Y LA
ESPIRAL DE CONVERSIÓN DEL CONOCIMIENTO
Martínez León, Inocencia1
Ruiz Mercader, Josefa2
1Universidad Politécnica de Cartagena
2Universidad de Murcia
ino.martinez@upct.es
RESUMEN: Los objetivos de esta investigación son identificar y desarrollar los dos procesos básicos de creación
del conocimiento en las organizaciones: el aprendizaje y la espiral de conversión de conocimiento, y exponer su
interrelación.
PALABRAS CLAVE: conocimiento, proceso de creación, aprendizaje, espiral de conversión del conocimiento.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
La destacada importancia que tiene el conocimiento en la literatura sobre organización de empresas, y el progresivo
interés de los teóricos y organizaciones por conocer y desarrollar los procesos que lo crean, han justificado el rápido
crecimiento del estudio del aprendizaje en las organizaciones, como proceso que transforma la información en
conocimiento, y de la espiral de conversión de conocimiento, como actividad que convierte el conocimiento tácito
individual en explícito colectivo.
Sin embargo, la literatura no proporciona trabajos que vinculen ambos conceptos, sino que aparecen siempre
independientemente, lo que a priori obliga a declinarse hacia uno u otro proceso equivocadamente. Tal decisión tiene
una clara consecuencia: la pérdida de visión de los procesos de aprendizaje que se dan en la empresa.
Por estas razones, este trabajo de investigación tiene dos objetivos: 1) profundizar en los procesos de creación del
conocimiento: el aprendizaje y la espiral del conocimiento, e 2) identificar la interrelación existente entre ambos. La
gran revisión bibliográfica que tal fin exige y las características de este trabajo son incompatibles, por lo que se van a
mencionar las aportaciones más interesantes en cada uno de los campos de estudio.
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EL PROCESO DE APRENDIZAJE
La literatura sobre el aprendizaje en las organizaciones se inicia en la década de los 60, con los trabajos de Cyert y
March (1963) 1, Gardner (1963)2, Cangelosi y Dill (1965) 3 y Argyris y Schön (1978). En la década de los 80 y 90 ha
tenido un gran desarrollo apareciendo múltiples trabajos tales como los de Daft y Weick (1984), Kolb (1984), Fiol y
Lyles (1985), Levitt y March (1988), Stata (1989), Senge (1990), Argyris (1991-1994), Huber (1991), Nonaka
(1991-1994), Dodgson (1993), Garvin (1993), Kim(1993), Dixon (1994), Mayo y Lank (1994), Nevis et al. (1995),
Nonaka y Takeuchi (1995), Bain (1998), DiBella y Nevis (1998) y von Krogh (1998).
Tras este extenso desarrollo teórico se ha llegado a la conclusión que el aprendizaje es el proceso que transforma la
información en conocimiento4. Dicho conocimiento se acumula y codifica en mapas cognitivos y modelos mentales,
modificando en ocasiones los ya existentes5, desarrolla la memoria6 y la experiencia7, detecta los errores y los
corrige8 a través de la acción organizativa9, y se introduce en las rutinas10. Lo lleva a cabo la propia organización11 y
sus integrantes, individuales12 o grupales13, y le afectan factores relacionados con ellos14, con el contexto
organizativo15 y con el entorno16. Sus resultados le permiten mejorar su actividad, su dotación de recursos y
capacidades, y alcanzar y mantener ventajas competitivas.
Las actividades de los procesos de aprendizaje han sido estudiadas fundamentalmente por Kolb (1984), Kim (1993) y
Moreno et al. (2000), aunque Crossan et al. (1999) también contribuyen en este sentido.
Kolb (1984) y Kim (1993) son los que hacen contribuciones más próximas, debido a que ambos identifican la acción
como el elemento generador de todo el proceso, sobre la que hay que observar y reflexionar, lo que en definitiva
permite su evaluación. A partir de ahí, se aprecian pequeñas diferencias, fundamentadas en que Kolb entiende que es
necesario investigar las divergencias entre lo planificado y obtenido realmente, lo que nos permite cuestionar los
fundamentos teóricos y modificarlos si es necesario; mientras que Kim expone que el siguiente paso es diseñar o
construir un concepto abstracto sobre lo analizado, y posteriormente evaluarlo a través de su implantación.
Sin embargo, Kim (1993) completa su modelo con las interacciones entre las actividades descritas anteriormente y
los modelos mentales –individuales y organizativos-, constituidos a su vez por dos componentes, marcos de
referencia y rutinas, representantes de del componente conceptual y operativo, respectivamente, los cuales ayudan y
determinan el desarrollo del proceso.
El modelo de Crossan et al. (1999) identifica que en este ámbito se desarrollan dos actividades: la intuición, que es
exclusiva del nivel individual, y la interpretación, que es compartida con el ámbito grupal.
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La intuición se considera una actividad individual porque aunque puede pasar dentro de un grupo o contexto
organizativo, su origen está en la mente del individuo, que es el que posee este atributo, y no de un colectivo de
mayor tamaño como la organización. Es el reconocimiento preconsciente de las similitudes y diferencias entre los
distintos modelos y posibilidades, asociándolos a alguno ya existente, que permite saber que hacer casi
espontáneamente (Crossan et al., 1999).
La interpretación consiste en la explicación, a uno mismo y a los demás, de una acepción o una idea mediante la
creación y refinamiento de un lenguaje común, la clarificación de imágenes y la acción.
Por último, el modelo de Moreno et al. (2000), basándose en el de Crossan et al. (1999), considera que las
actividades del proceso de aprendizaje son internas, tales como la reflexión, la intuición y la interpretación. Le
afectan tanto el tipo de información sometida a dicha transformación, como los conocimientos y habilidades previos
que la persona posee (aptitudes) y los valores o actitudes de la misma que actúan como filtro, y el conocimiento
creado en un momento determinado puede servir como input para otro proceso de aprendizaje posterior, tanto si lo
lleva a cabo la misma persona como otra.
Bajo el sustento teórico de los modelos descritos anteriormente, en la figura 1 se describe el proceso de aprendizaje
propuesto, que consta de las siguientes actividades: captación de la información, consideración, reflexión,
interpretación, evaluación, integración en los modelos mentales y/o memoria e implantación.
El proceso de aprendizaje comienza con la captación de la información por el sujeto que desarrolla esta actividad –
individuo, grupo, organización-. En esta primera etapa es muy importante la selección de los medios que se utilizan
para tal fin, ya que de ellos depende su calidad y fiabilidad y, por tanto, su uso futuro. Para la información externa
son necesarios los proveedores de información (Annand y Manz, 1998). La de carácter interno se encuentra en
documentos, informes y en la propia experiencia, lo que la hace más fácil de conseguir. Paralelamente las
tecnologías de la información permiten su captación, almacenamiento, tratamiento y difusión, independientemente de
su procedencia (Fulmer, 1993; Mayo y Lank, 1994; Atwong et al., 1996; Day, 1999; Chen, et al., 2000; Stenmark
2000/2001; Croasdell, 2001; Gottschalk, 2001). Los responsables de esta etapa deben de ayudar a su correcta
recogida, definición y presentación.
La segunda actividad básica de este proceso es la consideración de la información por parte del sujeto. Consiste en
tenerla en cuenta y no dejarla olvidada, porque en numerosas ocasiones se dispone de ella, pero por múltiples
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factores, como la falta de tiempo, el exceso de cantidad e incluso el desinterés, dicha información no llega a más,
perdiéndose un importante potencial de creación de conocimiento.
FIGURA 1. ACTIVIDADES DEL PROCESO DE APRENDIZAJE
Fuente: elaboración propia.
Captación de
la información
Consideración
Información externa:
Tecnologías de la información
Proveedores de información
Reflexión
Factores internos:
Aptitudes
Actitudes
Personalidad, creatividad
y motivación
Capacidad aprendizaje
Factores externos:
Entorno
Organización
Interpretación
Evaluación
Integración modelos
mentales y/o memoria
Implantación
INFORMACIÓN
NO
APROVECHADA
Información interna:
Tecnologías de la información
Experiencia
Documentos, informes
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La siguiente actividad es la reflexión, en la cual el sujeto analiza la nueva información, la trata de relacionar con el
conocimiento existente en sus modelos mentales, la procesa y sintetiza.
Dentro de la fase de interpretación, el sujeto internaliza la nueva información ya reflexionada, y la examina según
sus conocimientos y habilidades y sus valores y principios. De esta forma, una vez que la ha
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