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FUNDAMENTOS Y OBJETIVOS


Enviado por   •  25 de Junio de 2013  •  3.741 Palabras (15 Páginas)  •  487 Visitas

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Enfoques De La Orientación

Enfoques de la Orientación

Antes de mencionar fundamentos específicos de la orientación educativa, es conveniente abordar primeramente los enfoques de la orientación como rama psicológica.

A pesar de que se acepta, en general, que la orientación es conveniente y que debe ofrecerse cada vez en mayor grado, hay cierto desacuerdo acerca del significado de la palabra orientación. Como esta misma palabra forma parte de nuestro lenguaje común, y no es un término acuñado por practicantes profesionales de una determinada especialidad, cada quien se siente en libertad de emplearlo según su criterio; y todo esto, seguramente, sin percatarse de que la persona a la quien se está hablando quizá atribuya a la palabra otro significado muy distinto.

Entre los orientadores profesionales, pueden distinguirse dos interpretaciones, las más importantes de la función esencial de la orientación, que se derivan de dos líneas principales de desarrollo histórico que convergen en la profesión a la que nos referimos. De acuerdo con la primera interpretación, el objetivo fundamental de la orientación es facilitar las elecciones y decisiones prudentes; de acuerdo con la segunda, el propósito primordial es promover la adaptación o la salud mental. Se reconoce que el orientador responsable ve la necesidad de atender a los dos campos; pero que el objetivo que considere ser de mayor importancia marcará diferencia en la manera de desempeñar su papel.

Enfoques de la Orientación Educativa

La Orientación desde el enfoque de la pedagogía tradicional, propondría a sus beneficiarios (alumnos) aprendizajes que favorezcan la consolidación de una cultura general homogénea, con los correspondientes valores universales que la acompañan, con el fin de facilitar la adecuada adaptación de la persona al medio ambiente social en el que está inmersa. El orientador asume un rol muy activo y se atribuye (unidireccionalmente) la responsabilidad del proceso del aprendizaje. Se propone dirigir, de forma coherente y organizada, las diferentes etapas de desarrollo evolutivo por las que el sujeto transita y cuya programación parte, exclusivamente, de él mismo. Se vale de la clase magistral, de la transmisión de información, como estrategia metodológica básica, donde el orientado es un receptor (en apariencia pasiva) del proceso orientador. Los objetivos y contenidos (en tanto que homogéneos) deben ser logrados y asimilados por todos los participante, independientemente de sus diferencias individuales, en cuanto a necesidades y características personales. En fin, la evaluación del programa se hace en función del logro de los objetivos previamente establecidos.

La Orientación vista a través del enfoque de la Escuela Nueva debe estructurar sus programas de intervención centrándose en el desarrollo del potencial humano, más que plantearse el corregir las desviaciones, y tomará los diferentes episodios de la vida cotidiana del sujeto como insumo básico de la interacción orientadora. Se piensa que el cambio y el aprendizaje significativo ocurren mediante la actividad creadora y constructiva del que aprende y no de la transmisión de información elegida y seleccionada por el orientador. Por lo tanto, los contenidos y la intervención se centrarán en lo afectivo y partirá de las experiencias de las personas que participan en el proceso y buscará las soluciones y alcance de las metas a través de la acción cooperativa y comprometida de todos. Esto significa darle mayor importancia a la intervención grupal que a la individual. La intención de los programas ha de ser la de contribuir con el desarrollo de las potencialidades naturales del orientado, en un clima de cooperación, aceptación, cordialidad y empatía. Así, la evaluación es de largo alcance, luego de intensos programas de intervención.

La Orientación desde el enfoque de la pedagogía antiautoritaria, estructurará la relación de ayuda alrededor de las necesidades del sujeto, facilitando en todo momento un clima de libertad, donde él pueda compartir sin coacción las cuestiones que considere relevantes y significativas, estimulando siempre la clarificación y toma de sus posiciones, sobre la base de la correspondiente auto-evaluación. El Orientador no es sino un facilitador de aprendizajes y podrá compartir sus vivencias personales en la relación de ayuda. En otras palabras: los objetivos y los contenidos de la intervención son elaborados por los sujetos y el orientador sólo lo estimulará para que se plantee sus propias alternativas y tome sus decisiones en función de lo que le resulte más significativo. La evaluación de la intervención se realiza sobre la base de la satisfacción o no del sujeto con su propio proceso personal.

La Orientación, vista a través del enfoque de la pedagogía socio–política, asume la crítica a la escuela y, por lo tanto, deberá develar y proponer una toma de conciencia sobre el conjunto de situaciones que atentan contra la prosecución escolar. Debe pues identificar, como tarea primordial, los factores sociales, institucionales, familiares y personales que obstaculizan el éxito escolar así como la permanencia en el sistema escolar. Mediante los programas de intervención, el orientador tenderá a favorecer el desarrollo de actitudes, habilidades y acciones que faciliten la participación consciente y crítica para promover el cambio no sólo personal sino también colectivo. Según Vital y Casado (ibid), el orientador que sustente este enfoque asumirá más bien un rol de investigador y sobre la base de sus hallazgos podrá realizar la función consultora-asesora de los adultos significantes (docentes, padres y representantes, personal directivo...)

Principios de Actuación del Orientador.

Los principios son elementos relativamente sencillos cuyas indicaciones permiten deducir la forma de actuar en situaciones concretas. Como ya se ha dicho, la Orientación en el sistema escolar atiende al individuo en tanto es alumno o estudiante. Miller (1971, c. p. Santana, ibid.) apunta siete amplios principios de actuación, reguladores de la acción orientadora desde un marco contextual estimulador del desarrollo y aprendizaje del alumno.

a) La Orientación es para todos los alumnos. Aboga en pro de la obligatoriedad de abarcar a la totalidad de los alumnos, siendo, por ello, coherente con los principios de educación democrática, evitando que el programa de orientación se centre en la atención, de forma exclusiva, del colectivo de alumnos susceptibles de ser considerados con problemas (de carácter disciplinario, con retraso escolar, aquellos demandantes de ayuda, quienes están a punto de abandonar el sistema educativo...). Se educa a personas concretas,

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