Formación Política Del Trabajo Social Para El Ejercicio Del Poder Ciudadano

Formación política del Trabajo Social para el ejercicio del poder ciudadano

1. Formación ciudadana en Guatemala

Hoy día en Guatemala se hablan “23 idiomas indígenas (21 idiomas mayas más el garífuna y el xinca), hablado por aproximadamente el 60 por ciento de la población, pero desconocido casi totalmente por el sistema educativo y socialmente a ser condenados a ser lenguajes de segunda clase (…) Entre tanto es necesario entrar a considerar la situación de pobreza y extrema pobreza y dentro de esa realidad tomar en cuenta que la mayoría de la población indígena en Guatemala vi ve de la agricultura, por razones culturales y económicas (...) Tal situación ha generado toda una pirámide en donde la base es la mayoría de la población en extrema pobreza”. (Revista Baqtun 2010).

Dentro del marco de la democracia con la situación anteriormente presentada, es difícil hablar de ciudadanos. Tanto derechos como obligaciones son imposibles de cumplir en nuestra realidad guatemalteca. Pero tampoco este país tiene capacidad ciudadana de incidencia y definiciones políticas de la población hacia el Estado, porque “la mayoría de la población no ve al Estado como suyo y por lo tanto no existe la posibilidad democrática permanente y constante de darle insumes para su construcción” (Revista Baqtun 2010).

Se cuenta con una “ciudadanía que a pasar de ser un colectivo es muy individualista” (Gutiérrez 2013) lo que nos demuestra que no se actúa conforme a un colectivo de base social. Se olvida muy fácilmente que vivir en colectivo convierte automáticamente en seres políticos a los habitantes sin el inconveniente de pertenecer a un partido político, haciéndose necesario que los planes que se desarrollen por parte de la población trasciendan gobiernos, pero para eso se requiere de la constante participación que como ciudadanos corresponde desempeñar; dejando de lado el hecho de que en Guatemala lo únicos espacios de participación son los centros de votación y comenzando a actuar y movilizarse para abrir nuevos espacios participativos que permitan la inclusión ideológica, étnica, lingüística y participativa de todo el colectivo.

Se debe de iniciar tomando conciencia de la responsabilidad que la población tiene con respecto a la crisis que vive el país, puesto que la misma no es solo corresponde al gobierno en turno ni a los pasados; el hecho de que actualmente Guatemala pase por una situación alarmante y preocupante, como lo es el narcotráfico, la corrupción, trata de personas, pobreza, desnutrición, exclusión social y política, atraso en el desarrollo económico, humano y educativo, además del deterioro que se ha demostrado en la dinámica familiar.

Provoca que se haga necesaria la activación de la colectividad para proponer e iniciar con procesos que permitan la unión del mismo y genere una actitud de cambio con una visión hacia la transformación social, que incite la proyección necesaria para que la población se dé cuenta del papel primordial que juega en la toma de decisiones y en la incidencia que tiene para lograr que el proceso de toma de decisión de nuevos líderes y lideresas se dé de una manera ética, responsable y democrática que permita generar los mismos cambios dentro de ellos y ellas para lograr la institución de un Gobierno propositivo, que vele por los intereses y desarrollo pleno de la población y con visión hacia la misma.

Todo esto a través de la participación ciudadana, y tal como aporta Ziccardi (2005) “la participación ciudadana es la inclusión de la ciudadanía en las decisiones públicas, incorporando intereses particulares (no individuales). Para que esto sea posible no se pueden abrir espacios de participación de manera improvisada, sin reglas claras para los actores involucrados en estos procesos” se hace evidente que la participación ciudadana debe generar compromisos institucionales y supone crear un clima de trabajo comunitario en el que exista el convencimiento de que la interacción social y el respeto por la diversidad étnica, lingüística e ideológica son valores y prácticas positivas y esenciales de la democracia.

La autora aporta insumos importantes al afirmar que para “el intento de democratizar la forma de gobierno la cuestión sobre como incorporar la participación de la ciudadanía en los procesos de decisión y gestión local es uno de los principales desafíos (…) crear las condiciones para que los habitantes sean ciudadanos, que puedan ejercer sus derechos políticos, sociales y urbanos cumpliendo con las obligaciones que implica el habitar una ciudad” Ziccardi (2005). Sin duda, esto no será suficiente si la sociedad local no es portadora de una cultura cívica para la vida comunitaria, lo cual deberá adquirirse en el mismo proceso de participación de la ciudadanía en los procesos decisivos.

Para que ello ocurra es necesario abrir nuevos y mejores espacios de participación ciudadana, construir precisamente un espacio público en el que participe activamente la ciudadanía, tanto más cuando se trata de políticas sociales cuya principal finalidad es precisamente garantizar el ejercicio de la dimensión social de la ciudadanía. Así mismo, se resalta la cuestión de la institucionalidad, de abrir los espacios, de establecer procedimientos y reglas claras y estables, de tal forma que los ciudadanos institucionalicen su participación y el gobierno la reconozca como instancia legal.

Tomando en cuenta que “se trata de un proceso de doble vía, en que conjuntamente, gobernados y gobernantes, creen mecanismos y mejoren las instituciones ya existentes, recreándolas y fortaleciéndolas, de tal forma que los ciudadanos se apropien las instituciones, y éstas a su vez, se revitalicen con la incidencia política que la ciudadanía pueda generar” Mazariegos (2002) tomando en cuenta la valiosa participación y aportes que proporcionan los formados especialmente en éstos temas y que sin duda alguna juegan un papel primordial en el acompañamiento de la población y de los cuales se hace necesaria su constante actualización y contextualización y ante todo su involucramiento en éstos espacios como los son los Trabajadores Sociales.

2. El Trabajo Social y su función de organización para la movilización y gestión populares

El Trabajador Social, a lo largo de su desempeño profesional, tanto en la práctica como en un empleo formal, desempeña diversas funciones que le permiten dar a conocer la carrera y las funciones que el Trabajo Social como disciplina de las Ciencias Sociales tiene la facultad única de desempeñar para lograr una transformación hacia el desarrollo en las población desfavorecida

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