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Fraude Laboral


Enviado por   •  1 de Mayo de 2014  •  7.674 Palabras (31 Páginas)  •  259 Visitas

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El Fraude

Del latín fraus, un fraude es una acción que resulta contraria a la verdad y a la rectitud. El fraude se comete en perjuicio contra otra persona o contra una organización (como el Estado o una empresa).

Para el derecho, un fraude es un delito cometido por el encargado de vigilar la ejecución de contratos, ya sean públicos o privados, para representar intereses opuestos. El fraude, por lo tanto, está penado por la ley.

El concepto de fraude está asociado al de estafa, que es un delito contra el patrimonio o la propiedad. Consiste en un engaño para obtener un bien patrimonial, haciendo creer a la persona o la empresa que paga que obtendrá algo que, en realidad, no existe.

El Fraude Laboral

La doctrina que impone el Poder, a través de todo tipo de Estado o forma de gobierno, se encuentra introducida dentro de la mente de casi todo ser humano. Por esa razón, la autorrepresión que ejerce la persona sobre sí misma, por medio del Estado que crece dentro de ella, es el principal factor del mantenimiento de la dominación. La alienación tanto laboral, como en su reverso de consumo-espectáculo que se encuentra en la sociedad capitalista, parece ser el principal eje motor de la vida – o más bien de la muerte- de las personas.

El sistema económico capitalista está basado en las relaciones de salariado entre las personas. Estas relaciones son presentadas por quienes legitiman el actual modo de organización económica como “pactos entre caballeros”, en los cuales las dos partes llegan a un acuerdo común de forma libre. Así se da por sentado que ambas partes deben respetar un trato que se supone les beneficia y posibilita el que se produzcan los bienes necesarios para el sostenimiento y desarrollo de la sociedad.

Pero este discurso no es más que una invención mental que oculta el hecho de que las relaciones laborales tienen su origen histórico en la violencia y en la subordinación de los asalariados, condiciones que se han mantenido en el tiempo, pues son la esencia de cualquier sistema basado en la propiedad.

Para establecer la explotación laboral contra la voluntad de los explotados fue imprescindible la apropiación de lo necesario para la vida. De esta manera se causa a los desposeídos una situación de carencia que les obliga a someterse a quien posee la propiedad. Esta situación de carencia se refuerza con intervenciones violentas que consolidan la actuación. Mediante ellas, el Poder somete a los oprimidos a una explotación laboral.

Esta represión toma forma como un control del tiempo, que niega la libertad a las personas para planificar su vida y que las castiga con desajustes en sus ritmos vitales: madrugadas, turnos, diferenciación entre tiempos de trabajo y de descanso… Esto supone para el ser humano una tortura física en forma de enfermedades laborales y accidentes de todo tipo, desde leves heridas hasta la muerte, y traumatismos psicológicos producidos por el trabajo y las relaciones de subordinación que en él se dan: pérdida de la capacitación y autocontrol, sumisión a las decisiones exteriores, etc.

Pero el Poder únicamente ejerce explotación y violencia directamente a quienes firman un contrato como trabajadores. La lógica de la apropiación de las cosas y de las personas por medio de la creación de la carencia conduce a la destrucción y/o domesticación de todo lo existente, buscando siempre aumentar los propios beneficios. Y esto sucede porque en el capitalismo el valor no se encuentra en la satisfacción de necesidades reales, sino en la accesibilidad de bienes a los cuales no todos pueden acceder. Así, el Poder, a través de los sistemas capitalistas, educa al ser humano de manera que éste se sienta obligado a poseer la última mercancía que ha salido al mercado, la última novedad. Se le educa incluso a dar a los productos consumidos una duración cada vez menor: aparecen los artículos de «quita y pon», los artículos desechables. La industria de lujo deja lugar a la industria de masas, pues es preciso poner al alcance de las masas consumidoras los artículos más sofisticados, para favorecer en todo lo posible un sostenido ritmo de actividad en el proceso productivo.

Es por todos conocido que el trabajo no declarado, el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social constituyen una de las mayores amenazas al estado del bienestar, al vulnerar los derechos de los trabajadores que en un contexto de crisis económica son más vulnerables, y afectan a la competitividad de las empresas por la competencia desleal que genera para la mayoría de las empresas cumplidoras.

El Dr. Manuel Ossorio en su Diccionario Jurídico anteriormente mencionado señala que es el engaño, abuso, maniobra inescrupulosa. El fraude a la ley es causa de nulidad de los actos jurídicos. Acción contraria a la verdadera y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.

Parafraseando al tratadista venezolano Oscar Hernández Álvarez que el patrono, prevalido de su situación de superioridad frente al trabajador, hace que este acepte la relación laboral que los vincula a ambos, se le dé una calificación distinta, o declara haber recibido pagos o beneficios que no recibió. Entre las principales prácticas de encubrimiento o de fraude laboral encontramos: la compraventa mercantil, el contrato de transporte, el contrato de arrendamiento, el contrato de servicios, prestación de trabajo dentro de las cooperativas conformadas por trabajadores.

Acto tendiente a eludir una disposición legal en perjuicio del Estado o terceros. El fraude laboral no es otra cosa que la expresión concreta de la denominada flexibilidad de hechos, impuesta por el capital en defensa de sus intereses y en perjuicio de los trabajadores, ejemplo: el patrono no afilia al Seguro Social al trabajador, el empleador falsifica documentos con la intensión de cubrir pérdida; el trabajador también puede cometer fraude, por ejemplo: entrega un certificado de reposo sin estar enfermo, llega al trabajo, timbra y se va.

Eriberto A. Bussi- Nestor Corte, en la obra Manual del Delegado Gremial consideran tres formas o modalidades de cometer el fraude laboral:

1. Al iniciarse la relación laboral, ejemplo: El contrato eventual o transitorio cuando en realidad es permanente, el menor no calificado y se lo contrata como aprendiz, celebración de contratos sucesivos de plazos determinados.

2. Durante el curso de la relación laboral, ejemplo: Suscripción de papeles en blanco, liquidación de remuneración sobre bases falsas.

3. El que se utiliza para poner fin a la relación laboral, ejemplo: Distintas formas de renuncia, extinción o mutuo consentimiento para disfrazar el verdadero despido

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