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Enviado por   •  16 de Julio de 2013  •  5.815 Palabras (24 Páginas)  •  210 Visitas

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El Post Keynesianismo y el Mercado de trabajo

1. PRESENTACION

La teoría económica dominante de la determinación del empleo durante el período 1945-1980 fue el Keynesianismo, la cual afirma, a través de su creador el economista inglés John Maynard Keynes, que el nivel de la actividad económica, o del Producto Interno Bruto, está determinado por el nivel de la demanda agregada, o sea el consumo, la inversión y las exportaciones.

Los keynesianos también aceptan que en las economías capitalistas el desempleo es un resultado de las debilidades en el proceso de la generación de la demanda agregada, que pueden ser severas como la que se observó en la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado o como la que surgió en 2008 a raíz de los actos inescrupulosos de un grupo de banqueros en Wall Street.

Por consiguiente, en un escenario de recesión económica, tanto la política fiscal como la política monetaria pueden estabilizar el proceso de generación de la demanda agregada, con más razón en el mercado interno (el consumo y la inversión) cuando se desploma la demanda externa (las exportaciones).

Los keynesianos han coincidido en una teoría común de la determinación del empleo, pero siempre han estado divididos, como post-keynesianos y neo-keynesianos, en la teoría de la distribución del ingreso, y esta división fatal facilitó el triunfo de la escuela económica neoliberal.

Los neo-keynesianos (Estadounidenses) aceptan la teoría de la distribución del ingreso neoliberal “pagado lo que usted vale”. Los post-keynesianos (europeos), asociados con Cambridge, Reino Unido, argumentamos que la distribución del ingreso depende principalmente de factores institucionales. En otras palabras, la distribución del ingreso no sólo depende de la escasez relativa de la fuerza de trabajo y del problema de su productividad, sino también del poder de negociación que está impactado por disposiciones institucionales, por ejemplo la ley de salarios mínimos, los sistemas de protección laboral, los derechos de los trabajadores ocupados, la seguridad social en países menos desarrollados o el seguro del desempleo en las economías avanzadas.

Desde hace 30 años el FMI impulsa el neoliberalismo con la administración del Consenso de Washington, un paradigma ya fracasado a raíz de la crisis financiera internacional que surgió en Wall Street, que desembocó en una recesión económica mundial.

El neoliberalismo afirma que el trabajo y el capital son pagados por su valor, a través del proceso de la oferta y la demanda, por lo cual el pago (el salario y la tasa de interés) depende de la escasez relativa del factor (oferta) y de su productividad (que afecta la demanda), y en relación con el empleo agregado afirma que el mercado libre no permitirá que estos factores valiosos (el trabajo y el capital) sean mal usados, porque los precios se ajustarán para asegurar que la demanda facilite el empleo de todos los factores. Por este pensamiento neoliberal, la escuela monetarista de Chicago dice que la economía se ajustará automáticamente al pleno empleo y que el uso de las políticas monetaria y fiscal sólo generan inflación, evidenciando una aversión a los instrumentos del Estado, y sólo se recurre al Estado, de manera oportunista, para rescatar al capital.

Esta filosofía económica conservadora, el neoliberalismo, refleja el pensamiento intelectual del liberalismo del Siglo XIX con el Sistema de Manchester, Inglaterra, que se basó en la economía de laissez-faire (dejar hacer) con el libre comercio, mientras que el neoliberalismo contemporáneo, el que administra el FMI proveniente de la Escuela de Economía de Chicago, enfatiza la eficiencia del mercado competitivo, el papel de los individuos como determinantes del suceso económico, las distorsiones de la intervención gubernamental y la regulación de los mercados.

La escuela post-keynesiana, señala que el “mercado” no es perfecto ni es Dios, y no puede sustituir, por muy importante que sea como mecanismo de asignación de recursos, las decisiones colectivas referentes a la estrategia de desarrollo económico nacional, la equidad, la protección ambiental, la reducción de los niveles de heterogeneidad y disparidades estructurales, la protección, la promoción y el fomento de actividades clave para la generación y el ahorro neto de divisas, y el bienestar general de la sociedad. Ninguna sociedad puede renunciar a la adopción de tales decisiones

La teoría económica dominante se caracteriza por su compromiso con el equilibrio económico, mientras que la teoría post-keynesiana y la teoría marxista se ocupan de destacar justamente lo contrario, esto es: la naturaleza inestable del proceso económico

2. SURGIMIENTO DE LA ESCUELA POSTKEYNESIANO

Cuando Keynes escribió la Teoría General, para H. Blumme, lo que le diferenciaba de la escuela de la que pugnaba por escapar, era el reconocimiento del problema de la demanda efectiva, ignorado por aquélla. Esta era la razón de que Keynes situase en una sola categoría a todos los economistas, desde Ricardo a Pigou, pero realzando al mismo tiempo la figura de Malthus. Publicado el libro, variaría la línea de delimitación. Llegó a la conclusión de que la diferencia fundamental radicaba en que él reconocía (y la escuela no) la incertidumbre de las expectativas respecto al futuro. Este sería el punto de despegue de la teoría postkeynesiana. El reconocimiento de la idea de incertidumbre pone en tela de juicio el tradicional concepto de equilibrio.

Lo que se entiende hoy en día por postkeynesianismo surgió a finales de los años cincuenta en los Estados Unidos y en el Reino Unido principalmente, como consecuencia de las protestas que realizaron algunos autores, S.Weintraub y J. Robinson, entre otros, respecto a la forma en cómo se había desarrollado y puesto en práctica el pensamiento de Keynes por parte de sus presuntos seguidores, los keynesianos.

El problema que se genera respecto a esta nueva corriente de pensamiento es en primer lugar, su denominación. Por “postkeynesianismo”, entendemos después de Keynes, por lo que, en principio se incluiría dentro de él a todos los autores que de una forma u otra han seguido las ideas de Keynes. Pero, por el contrario, los postkeynesianos pretenden establecer sus propios principios y postulados económicos separándose, en la medida que ello sea posible, de otras corrientes más convencionales.

Otro problema que se presenta aquí es el alto grado de heterogeneidad en sus aportaciones. Tanto es así que en la actualidad podemos encontrar tres grandes corrientes

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