Globalizacion Y Trabajo
davazh20 de Noviembre de 2012
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Nuevas formas organizacionales del trabajo en la globalización
Las transformaciones acontecidas en el mundo del trabajo en los últimos años, instituyeron un modelo laboral caracterizado por la transitoriedad y la alta rotación, en donde la condición laboral del trabajador aparece individualizada y despolitizada: son proveedores de servicios con obligaciones y no trabajadores con derechos. Esta situación los desvincula de los marcos reguladores tradicionales de las relaciones laborales y a su vez, genera un obstáculo a las posibilidades de organización alternativa como forma de modificar la situación de precariedad. En esta ponencia nos propusimos indagar la posibilidad de generar procesos organizativos partiendo de esa condición y presentamos la experiencia de la Coordinadora de Trabajadores/as Precarizadas/os que reúne a trabajadores ligados a los nuevos servicios de la economía que experimentan la precarización laboral, quienes se propusieron problematizar esa condición, construir una identidad común de trabajadores en ese mundo laboral fragmentado y precarizado en donde ellos desarrollan su actividad.
En este recorrido teórico podemos ver que muchas de estas interpretaciones que tienen propuestas políticas claras a partir de situar la precariedad como forma de existencia, parten de tratar de entender las consecuencias de las transformaciones que dan cuenta de un supuesto pasaje de un modelo (por algunos llamado fordista) a otro modelo (posfordista). Como consecuencia de este pasaje ven que existe una centralidad del trabajo vivo cada vez más intelectualizado en la organización global de la producción. Las diferentes perspectivas que analizan la crisis del paradigma productivo que caracterizó a los llamados Estados de Bienestar pensando en su impacto (leído en términos de crisis y/o agotamiento) sobre las instituciones reguladoras de las relaciones laborales que lo caracterizaron, proponen una redefinición del rol de las instituciones y del lugar ocupado por la relación salarial en la sociedad. Sin embargo, nosotros consideramos que este no es el caso de América Latina y apoyándonos en autores como de La Garza Toledo, consideramos que en esta parte del continente no hay una crisis del trabajo, sino que existe una crisis de precarización de las actividades. Este autor analiza el comportamiento de algunos índices laborales, como el aumento de la población ocupada en la industria, la importancia de la disminución de la ocupación en el sector agrícola, más que en la industria, explicando así el crecimiento de la ocupación en los servicios y la línea constante del porcentaje de asalariados en relación ala PEA, etc. Con estos datos, el autor reafirma que la crisis del trabajo en América Latina es distinta que en los países desarrollados, y que la misma esta más relacionada al problema del desempleo, a la baja de salarios reales y sobre todo al crecimiento de la economía no estructurada, más que a la ausencia del trabajo asalariado (de La Garza, 2005:24).
En América Latina creció la economía no estructurada, porque crecieron las ocupaciones por cuenta propia, aumentó el empleo en microestablecimientos, y esas ocupaciones funcionan generalmente en condiciones de trabajo precarias, salarios reducidos y sin seguridad en el empleo. Entonces, en América latina la dificultad de construir pertenencias a partir del trabajo no estaría dada por la fragmentación de la clase obrera por la separación de los mundos de vida, ni por la heterogeneidad que caracteriza a la nueva lógica productiva, sino que la fragmentación, según de La Garza Toledo, esta relacionada con el hecho de trabajar en microunidades separadas unas de otras, es una fragmentación horizontal, más que una heterogeneización. Son trabajadores generalmente de baja calificación y con condiciones precarias semejantes. Así concluye sosteniendo que no es el advenimiento de la sociedad posindustrial, ni aquella posmodernidad de los servicios de alta tecnología, sino que el problema del trabajo en América Latina y el Caribe es la precariedad (De La Garza, 2005:25).
Entonces, el trabajo productivo, ligado a la industria y a los servicios sigue teniendo un lugar fundamental, no hay crisis del trabajo ni predomina una forma de trabajo inmaterial, sino que la crisis deriva de la precarización de las actividades, del aumento del desempleo, de la disminución de los salarios reales y del crecimiento de la economía no estructurada. Es así que volvemos al espacio laboral, al lugar de trabajo concreto, desde donde pensar la resistencia y la lucha por mejores condiciones laborales en términos colectivos y no necesariamente alternativos. Consideramos así que pensar a la precariedad remitiendo a una condición de existencia tanto en la esfera de la producción como de la reproducción, viendo esta tendencia a la precarización de la vida que afecta a la sociedad en su conjunto, dificulta una delimitación conceptual necesaria para pensar el alcance de la categoría. ¿Es todo precario, A dónde se sitúa la explotación?
30Entonces, proponemos abordar el estudio de la precariedad desde experiencias organizativas concretas, y esa fue justamente la perspectiva de análisis a la hora de tomar como objeto la experiencia de la CTP, más allá de su carácter evanescente, que puede ser parte de la misma noción de precariedad que atraviesa las experiencias.Para nosotros, son trabajadores precarizados aquellos que desarrollan su actividad laboral bajo formas atípicas de empleo y este era el caso de los trabajadores que integraban la CTP, formas contractuales que iban desde el empleo asalariado fraudulento (monotributo), pasantías, contratos por tiempo determinado, empleo no registrado. Consideramos que la discusión en torno a qué es el trabajo precario forma parte de la misma construcción de las experiencias colectivas, por eso decidimos partir de la definición clásica de empleo precario y problematizar esa categoría a lo largo de la investigación según los distintos casos. Así, y recuperando el trabajo ya clásico de Galín y Novick sobre la precarización del empleo en Argentina (1990) para conceptualizar el fenómeno recuperamos la imagen gráfica descriptiva definida por residuo a partir de lo que no es una forma típica o normal: el empleo precario es aquel que no es típico o normal. Este último se define como aquel empleo a tiempo completo, con un claro empleador, por tiempo indeterminado, realizado en un establecimiento, protegido por la legislación laboral y la seguridad social. A partir de allí, una delimitación positiva por adición, caracteriza a los empleos precarios como aquellos que no cumplen con esas características, como los:
- Empleos a plazo fijo (empleo temporario), eventuales, por subcontrato o a domicilio, el empleo a tiempo parcial
- El empleo clandestino o no registrado
- Y el empleo asalariado fraudulentamente oculto bajo formas no laborales10
Ahora bien, ¿Cómo problematizar esta definición clásica? Dijimos que hay que comenzar a mirar aquellas experiencias colectivas de carácter sindical de trabajadores que experimentan la precarización laboral, como el caso de los trabajadores que integran la CTP. Y desde allí, proponemos abordarlas a partir de tres registros para captar la dimensión histórica y procesual de estas experiencias y dar cuenta de su complejidad:
. Un registro sociológico, que se liga a la necesidad de categorizar elementos de una realidad social distinta (descriptivo). En el actual escenario en donde el crecimiento económico es un dato concreto, no han mejorado las condiciones de trabajo; por el contrario, el trabajo precarizado se extiende aún más, no sólo alcanzando la esfera privada, sino también la estatal.
. Un registro histórico, para captar elementos de continuidad y ruptura en los procesos de organización y lucha de la clase trabajadora, recuperando tanto las prácticas como el lenguaje de clase (Clasismo - Basismo).
. Y un registro político, para ver en definitiva si podemos pensar en la conformación de nuevas identidades colectivas, qué nociones de justicia y de derechos se construyen en las experiencias, elementos que nos vuelven a remitir a la potencialidad política de los trabajadores que atraviesan situaciones de precariedad laboral y que deciden emprender experiencias colectivas de carácter sindical
CADENAS GLOBALES DE VALOR
Las cadenas globales de valor no son más que una nueva forma de expresión o de actuación, adoptada por las empresas transnacionales en el contexto de la globalización.
Para entenderlas sería válido entonces conocer sobre su origen y evolución. En una breve y poco profunda referencia a su devenir, habría que remontarse quizás al siglo XIX, cuando las más fuertes y poderosas empresas empiezan a abrir oficinas fuera del país para extraer materias primas, gestionar el comercio y el transporte. Aquellas empresas eran básicamente exportadoras de productos.
Casi en el siglo XX algunas empresas alemanas, estadounidenses y holandesas en lo fundamental, empiezan a crear plantas de fabricación, adquisición y control de empresas fuera de sus fronteras nacionales, lo cual se acelera tras la II Guerra Mundial. Lo anterior se explica por el aumento en el volumen de distribución y por el aumento del volumen de ventas debido a mejoras tecnológicas en transporte y distribución, que hizo que resultaran estrechos los límites nacionales. Estaba comenzando así un proceso gradual de transnacionalización de las economías.
Las empresas transnacionales son, en esencia, aquellas que invierten en países diferentes del originario, y son empresas de típica competencia global. Una de las características más significativas de este tipo de empresas
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