Hannah Arendt, Que Es Politica, Prejuicios.
biqa720 de Abril de 2014
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Hannah Arendt
Fragmento 1
¿Qué es la política?
1- Ni la filosofía ni la teología han encontrado respuesta a la pregunta ¿Qué es la política? Esto se debe a que la política se basa en la pluralidad de los hombres y tanto la filosofía como la teología se ocupan DEL hombre, y no de LOS hombres. Dios creó AL hombre, pero a partir de entonces los hombres fueron diferenciándose entre si, esta diversidad es un producto humano, terrenal y es en esta diversidad en la que se basa la política (pluralidad).
2- La política trata del estar juntos de los diversos. Los hombres se organizan políticamente según ciertas comunidades a partir de un caos de las diferencias. En la medida en que se construyen cuerpos políticos sobre la familia y se los entiende a imagen de esta, se considera que los parentescos pueden unir a los más diversos y permitir que figuras similares a individuos se distingan las unas de las otras. En esta forma de organización se disuelve la variedad originaria y se destruye la igualdad esencial de todos los hombres.
3- Cuando se ve en la familia más que la participación, esto es la participación activa, se empieza a jugar a ser dios. La familia adquiere significado por el hecho de que el mundo está organizado de tal modo que en él no hay refugio para el individuo. Las familias se fundan como albergue, en el que uno desea establecer parentescos. Este deseo conduce a la corrupción de lo político porque con la introducción del concepto de parentesco, se elimina la cualidad de la pluralidad.
4- EL hombre (como la filosofía y la teología lo entienden) existe en la política con los mismos derechos que los más diversos se garantizan. En esta garantía, y en el otorgamiento de una igualdad jurídica, la pluralidad de los hombres tiene que agradecer su existencia a la creación DEL hombre.
5- La filosofía tiene 2 motivos para no encontrar el lugar donde surge la política:
a) Zoon politikon(Aristóteles): Como si el hombre tuviera en su esencia, algo político. Pero no es así, EL hombre es a- político. La política nace entre- LOS- hombres, por ende está fuera DEL hombre. La política surge en el entre y se establece como relación.
b) La representación monoteísta de Dios, a cuya imagen y semejanza debe haber sido creado el hombre. LOS hombres son una repetición del mismo. La solución a esta traba de la política dentro del mito de la creación es la transformación de la política en historia o su sustitución por esta. A través de la representación de una historia universal, la pluralidad de los hombres se diluye en un individuo humano que se denomina humanidad. La historia se impone a la política.
6- Debemos ser libres en un territorio delimitado. Solo hay libertad en el ámbito del entre de la política. Ante esta libertad nos refugiamos en la necesidad de la historia.
7- EL hombre ha recibido una fuerza generadora para organizar AL hombre a semejanza de la creación divina. Esto sería la demostración de la idea de una ley natural. En la pluralidad está contenida la creación DEL hombre por Dios. Ahí, la política no tiene nada que hacer. Pues esta organiza de antemano a los absolutamente diversos en consideración a una igualdad relativa y para diferenciarlo de los relativamente diversos.
Fragmento 2B
Prejuicio y juicio
Todos tenemos prejuicios. No podemos vivir sin ellos porque tendríamos que juzgar todo de nuevo, lo cual es imposible, exigiría un alerta sobrehumana. Esta justificación del prejuicio como criterio para juzgar en la vida cotidiana vale solo para auténticos prejuicios, para los que no afirman ser juicios.
Los prejuicios auténticos no tienen que ver con una experiencia personal, no son fruto de la experiencia y es por esto que cuentan con el asentimiento de los demás. En cambio, el juicio si se basa en la experiencia. El prejuicio representa un gran papel en lo social, no hay sociedad que no se base en prejuicios, mediante los cuales admite a unos determinados tipos humanos y excluye a otros. Esta sustitución del juicio por el prejuicio es peligrosa cuando afecta el ámbito de lo político, donde no podemos movernos sin juicios porque el pensamiento político se basa en la capacidad de juzgar.
Los prejuicios encierran un juicio que en su día tuvo un fundamento legítimo en la experiencia y se convirtió en prejuicio al ser arrastrado a través de los tiempos. El problema de los prejuicios es que se avanza al juicio y lo impide, imposibilitando tener una verdadera experiencia del presente.
La palabra juzgar tiene dos significados. Uno es el subsumir clasificatorio de lo singular y decidir lo concreto mediante criterios regulativos. En estos juicios hay un prejuicio, se juzga lo individual pero no el criterio ni su adecuación a lo que mide, sobre este criterio se juzgó una vez y se ha convertido en un medio para poder seguir juzgando. Otro significado puede ser: cuando nos enfrentamos a algo que nunca hemos visto y no disponemos de ningún criterio. Este juzgar solo puede apelar a la evidencia de lo juzgado mismo, juzgar sin criterios (juicio estético o de gusto). La función del prejuicio es preservar a quien juzga de exponerse abiertamente a lo real, las cosmovisiones e ideologías cumplen esta misión.
Ya no se confía en los prejuicios ni en los criterios del juicio ni en lo que han pre- juzgado, todo es inadecuado. Este rechazo en los criterios se describe como un nihilismo inherente a la época, una desvaloración de todos los valores. Estas interpretaciones suponen que a los hombres solo se les puede exigir juzgar cuando poseen criterios, que la aptitud de juicio es clasificar correctamente lo particular según lo general que le corresponde. Si la capacidad de juicio consiste en juzgar directamente sin criterios, los ámbitos en que esto ocurre no se toman en serio por que lo así juzgado no tiene nunca carácter concluyente. Que al juzgar en general le sea propio algo irrefutable es ello mismo un prejuicio; los criterios no son nunca demostrables irrefutablemente, solo les es apropiada la limitada evidencia del juicio, sobre la que todos están de acuerdo. Demostrables irrefutablemente son el clasificar, medir, aplicar criterios, la regulación de lo individual, todo lo cual presupone la validez del criterio. Este clasificar, en el que se decide si se ha operado bien o mal, tienen mas que ver con un concluir deductivo que con un pensamiento juzgante. La perdida de los criterios es una catástrofe para el mundo moral, si se acepta que los hombres no están en condiciones de juzgar, solo puede exigírseles aplicar correctamente reglas conocidas.
El punto central de la política es la preocupación por el mundo y no por el hombre. Siempre que se juntan los hombres surge entre ellos un espacio que los reúne y a la vez los separa. Cada uno de estos espacios tiene su propia estructura, que cambia con los tiempos y que se da a conocer en lo privado en los usos, en lo social en las convenciones y en lo publico en las leyes, constituciones y demás. Donde los hombres coincidan se abre paso entre ellos un mundo y es en este espacio entre donde tienen lugar los asuntos humanos. El espacio entre los hombres, que es el mundo, no puede existir sin ellos. El mundo y las cosas del mundo no son la reproducción impuesta al exterior de la esencia humana, sino el resultado de que los hombres son capaces de producir algo. Este mundo les condiciona y será el curso del mundo el que causará la destrucción de los hombres y no ellos mismos. En la preocupación no se trata de tales posibilidades. Más bien se desentiende de estos peligros exteriores y los elude desde una interioridad donde como máximo se puede reflexionar pero no actuar ni cambiar nada.
Fragmento 3B
El sentido de la política
La pregunta por el sentido de la política y la filosofía política se originan en experiencias vividas por los filósofos en las polis (forma de organización de la convivencia humana que ha determinado lo que entendemos por política).
Casi todas las definiciones de lo político son justificaciones, que designan a la política como un medio para un fin ultimo. La política es una necesidad inevitable para la vida, ya que el hombre depende, en su existencia, de otros, el cuidado de esta debe concernir a todos. El fin de la política es asegurar la vida y es ella la que hace que el individuo pueda perseguir en paz sus fines. El cuidado de la existencia solo puede darse con un estado que tenga el monopolio de la violencia y evite la guerra.
Donde los hombres conviven siempre hay política. Aristóteles define al hombre como un ser político, aunque quedaban excluidos los esclavos y los bárbaros de los reinos asiáticos regidos despóticamente. Decía que es una particularidad del hombre que pueda vivir en una polis y que la organización de esta representa la suprema forma de convivencia.
Lo que distinguía la convivencia en la polis de otras formas era la libertad. Para poder vivir en una polis, el hombre debía estar libre de las obligaciones necesarias para vivir (ocio), no estar sometido a la dominación de otro ni a la necesidad trabajar. Este te fin podía conseguirse a través del esclavismo: explotaban a los esclavos para liberarse de la labor, lo cual se lograba con la violencia y la dominación. El fin era que los hombres trataran entre ellos en libertad, que mandaran y obedecieran solo en momentos necesarios y que regularan todos sus asuntos hablando. Entonces, lo político, en el sentido griego se
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