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INTERVENCION DE ENFERMERIA AL PACIENTE

jokey2210 de Abril de 2015

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INTERVENCION DE ENFERMERIA AL PACIENTE

CON INFARTO AGUDO DEL MIOCARDIO EN LA

FASE AGUDA

Claudia Ariza Olarte

Enfermera Cardióloga

Pontificia Universidad Javeriana

Instituto Nacional de Cardiología

Ignacio Chávez de México

RESUMEN:

Es posible que en algún momento la enfermera clínica deba dar asistencia a un

paciente con infarto agudo del miocardio, teniendo en cuenta que en nuestro país la

enfermedad coronaria es la segunda causa de muerte según los últimos datos

publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

En la fase aguda el paciente es instalado en una unidad de cuidado intensivo (UCI) o

en una unidad de cuidado coronario (UCC) para mantenerlo bajo monitorización

continua durante un período variable, con el fín de valorar su evolución y prevenir la

presencia de complicaciones.

Para esto la intervención de la enfermera cobra importancia; es así como la

enfermera debe contar con los conocimientos y preparación suficientes para orientar

en forma oportuna todos sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el tratamiento

específico a la persona con infarto, sino también hacia la prevención y detección

temprana de sus complicaciones.

Los datos sobre los cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos,

electrocardiográficos y de laboratorio, herramientas en las que se basa la

enfermera para realizar su intervención.

La Intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia mediante

elementos interactivos del proceso de enfermería: observación, diagnóstico de

enfermería, planeación, intervención y evaluación.

La observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la asistencia al dolor; debe valorar el tipo de dolor, localización, duración y causa que

lo desencadena. El significado del dolor para el paciente y el resultado de la

respuesta emocional son factores esenciales para que la enfermera lo asista. El

miedo y la ansiedad producida por el dolor pueden aumentar el trabajo y la

frecuencia cardíaca por estimulación simpática.

El examen físico revela información sobre la situación actual del paciente. Los

datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos clínicos y de laboratorio sobre

los cuales se establece el plan de cuidado de enfermería.

Es importante que la enfermera valore minuciosamente la presión arterial, la

frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la temperatura, ya que el paciente

con infarto agudo del miocardio en la fase aguda presenta cambios muy específicos

en relación con éste e igualmente la enfermera debe estar en capacidad de realizar

su análisis e interpretación.

Respecto a los medios de diagnóstico que se emplean para confirmar la presencia del

infarto están las enzimas cardíacas y el electrocardiograma, siendo su control y

análisis responsabilidad de la enfermera. Igualmente está el control de gases

arteriales el cual permite evaluar la oxigenación y el balance ácido-básico, guiando

el tratamiento y asegurando una oxigenación óptima.

Con base en los hallazgos y datos enunciados la enfermera identifica y define los

problemas reales y/o potenciales que presenta el paciente con infarto agudo del

miocardio en la fase aguda. Para cada uno planea actividades que conduzcan a su

solución y de esta forma prevé que la atención proporcionada sea de calidad.

Es posible que en algún momento la enfermera clínica deba dar asistencia

a un paciente con infarto agudo del miocardio, teniendo en cuenta que en

nuestro país la enfermedad coronaria es la 2ª. Causa de muerte según los

últimos datos publicados por el Departamento Administrativo Nacional de

Estadística (DANE) EN 1991, representando el 9.7% del total de

defunciones en ambos sexos y solamente antecedido por ataque con arma

de fuego y explosivos que representa el 14.83% del total de defunciones

(3).

En la fase aguda el paciente es instalado en una unidad de cuidado

intensivo (UCI) o en una unidad de cuidado coronario (UCC) para

mantenerlo bajo monitorización continua, durante un período variable (4 a

5 días), con el fin de valorar su evolución y prevenir la presencia de

complicaciones.

Para esto se deben desarrollar una serie de actividades y procedimientos

en los que la intervención de la enfermera cobra importancia, por lo que

debe contar con los conocimientos y la preparación suficientes para

orientar en forma oportuna sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el

tratamiento específico a la persona con infarto, sino también hacia la

prevención y detección temprana de complicaciones (2).

Sumado a esto contar con una completa preparación, le facilita a la

enfermera ocuparse al mismo tiempo del aspecto emocional del paciente,

el cual en ocasiones deja de tenerse en cuenta, olvidando que la atención

debe ser integral, esto es, encargarse no solo del aspecto físico sino

también del aspecto emocional, con el fin de lograr rápidamente la

estabilización del paciente (5,6).

Actualmente el tratamiento del infarto agudo del miocardio (IAM) está

dirigido a interrumpirlo en forma temprana para limitar su tamaño y

manejar sus complicaciones (10).

Los datos sobre los cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos,

electrocardiográficos y de laboratorio.

El estudio clínico proporciona datos sobre el dolor, la hipotensión,

náuseas, palidez, diaforesis, fiebre, facies de angustia (1).

Los datos electrocardiográficos resultan importantes porque definen la

presencia del IAM, permiten determinar su localización y valorar su

extensión y evolución. De acuerdo con la magnitud creciente del daño

metabólico de las fibras miocárdicas, se producen cambios en las

imágenes electrocardiográficas denominadas isquemia, lesión y necrosis.

(7).

Las pruebas de laboratorio proporcionan información respecto a la

presencia de leucocitosis; enzimas cardíacas, las cuales van aumentando

paulatinamente; velocidad de sedimentación, la cual alcanza su punto

máximo en la primera semana y proteína C reactiva que se presenta como

índice de inflamación tisular y de necrosis en forma temprana (1).

Los elementos mencionados son herramientas en las que se basa la

enfermera para realizar su intervención (4).

La intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia

mediante elementos interactivos del proceso de enfermería:

Observación, diagnóstico de enfermería, planeación, intervención y

evaluación. Cada elemento contribuye a que la atención suministrada sea

de calidad (11).

La observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con

la asistencia al dolor; éste es el comienzo del proceso. La enfermera debe

valorar el tipo de dolor en el tórax para diferenciarlo de otros que pueden

ser de origen pleural, gástrico u otra disfunción. Generalmente es

subesternal sobre la pared anterior del tórax, puede o no ser localizado.

Si se irradia generalmente lo hace a uno o ambos brazos, la mandíbula o el

cuello. Su duración es la clave para diferenciar la causa, el dolor del IAM

dura entre 30 minutos y usualmente 1 a 2 horas o más; usualmente es

acompañado por sensación de gran ansiedad y una sensación subjetiva de

disnea y/o síntomas vasovagales como son diaforesis profusa, náuseas,

vómito y diarrea (14). Frecuentemente es descrito como una presión en

el pecho, como una sensación desagradable. Es característico que no se

alivie con el reposo o con el uso de vasodilatadores; generalmente

requiere de administración de narcóticos. Así mismo aumenta con el

esfuerzo. Con frecuencia hay presencia de diaforesis, así como de

aprehensión y cambios en los signos vitales. También se caracteriza

porque puede aparecer con algún esfuerzo físico, durante el sueño o en

reposo. (1)

El significado del dolor para el paciente y el resultado de la respuesta

emocional son factores esenciales para que la enfermera lo asista. El

miedo y la ansiedad producida por el dolor en el tórax, pueden aumentar el

trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación simpática (11).

El examen físico revela información adicional acerca de la situación del

paciente. Los datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos

clínicos y de laboratorio sobre los cuales se establece el plan de cuidado

de enfermería (2).

Respecto a los signos vitales del paciente que ha sufrido un IAM presenta

un leve aumento de la temperatura durante los 2 o 3 días siguientes en 1 o

2 grados, ocasionada porque la necrosis procesa una respuesta

inflamatoria. La frecuencia cardíaca aumenta como respuesta simpática:

las arrítmias cardíacas son frecuentes. La presión arterial disminuye

durante el dolor produciendo sensación de debilidad; esta disminución

puede ser severa y producir shock, por esta razón debe ser monitorizada

iniciando con la PA propia del paciente como línea de base; ocasionalmente

puede aumentar.

Los ruidos cardíacos

...

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