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LA DECISIÓN PÚBLICA


Enviado por   •  26 de Febrero de 2014  •  1.443 Palabras (6 Páginas)  •  287 Visitas

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LA DECISIÓN PÚBLICA

Cuando hablamos de decisión pública tenemos entonces que recalcar que este tipo de decisiones no son como las cualquier otro individuo del común podría tomar, ya que esta ocupa un lugar esencial en el plano de lo público, porque en la mayoría de los casos se busca solucionar una necesidad de la comunidad, la mayoría de las veces a través de políticas públicas que afectaran de manera positiva o tal vez negativa a dicho sector.

La decisión publica muchas veces no es lo que parece, Dahl examina especialmente, la manera como se toman importantes decisiones municipales y observa que múltiples actores intervienen a lo largo de procesos diluidos en el tiempo; el alcalde es una de las figuras mas importantes, sin embargo, dentro o fuera del municipio entran en juego otros individuos o grupos cuyos deseos y negativas debe tener en cuenta el alcalde. La persona entonces que decide no está sola ni es omnipotente.

Podemos ver que el poder se reparte entonces entre numerosos jugadores, cuyos peso varía según las apuestas que les atañen. Hay un juego en la sociedad política, y el decisor formal no es libre. El poder es difuso y el juego, pluralista. La decisión pública es un compromiso entre múltiples actores interdependientes.

Otro de los autores que trabaja el texto, es Hunter; según el la persona que decide, no es autónoma, es juguete; de fuerzas sociales que la dominan. La decisión, vista como un momento concreto, una cortina de humo. Las opciones resultan de una lógica que responde a la tiranía de los intereses, especialmente de los mas fuertes, estos no intervienen ni activa ni ruidosamente en los procesos de decisión; les basta con ser. Los demás no tienen otra opción que no sea hacerse cargo de sus intereses. El decisor público depende entonces de terceros contra los cuales no puede decidir.

Como podemos analizar Dahl y Hunter tienen dos visiones inconciliables de la sociedad y del poder: Hunter hay una estructura jerárquica y estratificada en la que lo que ganan algunos lo pierde la mayor parte; en Dahl un conjunto de procesos interactivos y cambiantes da una suma global positiva.

Por otro lado se nombra que las ciencias sociales contribuyen a alimentar el fenómeno de la valoración de la decisión. En efecto, se entiende, implícitamente, que una decisión única es una gran decisión, un momento único de elección que marca una discontinuidad en el tiempo y en el espacio y que viene de arriba. Esta decisión tiene, pues, una historia. En esto se opone a la pequeña decisión, mecanismo de rutina, repetitivo, cuyo aporte es marginal y emana del medio o de la base.

Así, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, supremo señor de la paz y de la guerra, preside, pero no decide verdaderamente. Casi no controla la acción; ratifica soluciones de las que es prisionero y resultan de compromisos, de rutinas surgidas de su admiración.

Quien ejerce un puesto público pone en evidencia su consistencia entre lo que piensa, dice y hace en el momento en que toma decisiones, cuyas consecuencias determinan realmente para quien trabaja o a quienes beneficia o perjudica.

La decisión pública es el punto en el que converge la política con las políticas públicas, entonces es aquí en donde los individuos que ocupan esta posición tienen que ponderar los intereses de los diferentes grupos y resolver el conflicto de objetivos, tomando al final una decisión pública. Pero también puede haber otra fuente de interés que influye en las decisiones públicas.

Estos son los intereses propios de los políticos. Estos intereses no siempre están en armonía con los intereses del electorado, sino a favor de su beneficio personal o de determinados grupos de interés económico, social o político, aunque se aparente buscar el beneficio general.

Más allá de una visión del gobierno perfecto, pareciera ser más realista reconocer sus debilidades y favorecer los mecanismos y sistemas que favorezcan su perfeccionamiento: más competencia y más control del ciudadano.

Quien adopta decisiones públicas no está exento de actuar en su beneficio particular, por lo que tendremos que aceptar que así como la infalibilidad del mercado no existe porque presenta ciertas fallas que deben ser corregidas, la infalibilidad del Gobierno tampoco existe porque también tiene sus fallas, que deben ser prevenidas.

Las decisiones, como innovación, son inversamente proporcionales a la distancia de os altos funcionarios expertos que participan en los procesos

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