LA HOMOSEXUALIDAD.

LA EVOLUCIÓN DE LAS FAMILIAS

Los Homosexuales

María del Rocío Pérez Polo.

Grado en Criminología 1º año, grupo 12, no repetidor.

rocioperezpolo97@hotmail.com

Nº palabras: 2.238

INTRODUCCIÓN

Los conceptos de familia y de matrimonio están sujetos en la actualidad a un complejo debate. Mientras que unos piensan que estas instituciones sociales han entrado en una tremenda crisis, otros creen que se está viviendo una fase de evolución que hace a los mismos distintos de cómo eran en el pasado, también se da el caso de que otros muchos creen que en lo sustancial no han cambiado por lo que su esencia institucional permanece inalterable. Es evidente que no en todas las partes del mundo estos conceptos se han visto afectados por los cambios en idéntica medida, ya que como podemos llegar a saber en cada cultura estos conceptos se ven de determinadas formas totalmente diferentes en cada una de las culturas, aunque es verdad que en un mundo tan globalizado como el nuestro, las diferentes sociedades están cada vez mas interconectadas y los problemas que afectan a los mismos pueden llegar a ser incluso similares.

En toda Europa es cada vez más frecuente la vida en pareja, sin matrimonio. Sin embargo, desde hace algún tiempo atrás el concepto de matrimonio se ha ensanchado en muchos países occidentales, y progresivamente, en otras partes del mundo, incluyendo a las parejas homosexuales.

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Jan van Eyck. Retrato del matrimonio Arnolfini (detalle). 1434. National Gallery, Londres.  Licencia: Dominio Públic.

Cada vez se da más en la actualidad el hecho de ser homosexual, para nuestra cultura, poco a poco se va asentando como algo habitual pero para otras muchas culturas de otras partes del mundo se puede ver de varias formas diferentes. En este ensayo antropológico veremos de qué otras maneras se puede ver el hecho de tener una pareja del mismo sexo en otras culturas, es decir, el ser una persona homosexual. ¿Se puede producir un rechazo por parte de la propia familia? ¿Se trata de racismo o simplemente de poder entender las otras culturas? ¿Es verdad que está evolucionando el sistema de las familias?

LA HOMOSEXUALIDAD Y LA FAMILIA

En la actualidad, definirse como homosexual es una etiqueta que trasciende de la sexualidad a todos los ámbitos de tu vida y que ha terminado siendo un factor de identidad tan importante como tu propio sexo. Según la RAE^[1] (Real Academia Española) el concepto de homosexual se define como una persona inclinada sexualmente hacia individuos de su mismo sexo.

Para sistematizarlo utilizaremos la clasificación del historiador John Boswell, que en 1982 se propuso realizar una clasificación de las categorías relativas a la homosexualidad.

Según este autor, hay tres tipos de teorías respecto a la homosexualidad:

La primera, a la que llamaremos teorías de tipo A, afirma que todos somos seres sexualmente polimorfos, es decir, que es la cultura la que nos hace ser o no homosexuales. En palabras de Boswell, para los partidarios de estas teorías “son las circunstancias externas, como la presión social, las normas legales, las creencias religiosas, las circunstancias históricas o personales las que determinan la expresión real de los sentimientos sexuales de cada individuo”.

La segunda teoría la denominaremos como la teoría de tipo B, por su parte, dividen a la población en dos o más categorías sexuales. Así, los seres humanos formarían parte de una sola categoría; bisexual, homosexual o heterosexual.

Finalmente, encontramos la tercera teoría conocida como la teoría de tipo C las cuales “consideran natural o normal una forma de respuesta sexual y antinaturales o anormales las demás”.

Como podemos ver, las tres teorías conviven entre sí en la actualidad, aunque algunas tienen un peso más fuerte que otras. En nuestra sociedad la mayor parte de los científicos, especialmente los psicólogos, defienden las teorías de tipo A.

La población en general difiere entre las teorías de tipo B, las más institucionalizadas, y las del tipo C, más representado principalmente por las religiones mayoritarias.

Respecto a nuestra cultura es evidente la dificultad que presentan las personas homosexuales al momento de compartir su orientación sexual con el ambiente más próximo que los rodea, su familia, no sólo por el momento exacto de evidenciar su postura homosexual, sino también por el temor a la reacción que tomará la familia y el futuro en la relación con sus seres queridos. Por lo mismo, es fundamental poder compartir con la familia un elemento tan relevante para la persona que tiene que ver con el ámbito de la sexualidad y su orientación, considerando además que al sentirse diferente del grupo dominante, inmediatamente el individuo se sitúa desde una perspectiva de mayor vulnerabilidad y temor producto del posible rechazo que pudiesen manifestar quienes no comparten esa tendencia. Por lo mismo, el rol de la familia es determinante en el desarrollo del sujeto. Frente a esta situación, se presenta la interrogante de cómo se desarrollan las relaciones intrafamiliares posterior a la revelación de la homosexualidad por parte de un hijo en el sistema familiar, o dicho de otro modo, cuáles son los cambios que se originan en torno a las dinámicas generadas entre los miembros del sistema al tener que acercarse a la temática de homosexualidad. Al ser la familia un símbolo de la heterosexualidad, se deduce que la primera reacción de ésta no sería del todo integradora, muy por el contrario, ya que pudiesen existir sentimientos de culpa, rechazo y negación, impresiones propias de una etapa de duelo ya que reconocer una homosexualidad implicaría también reconocer el distanciamiento de las ilusiones y expectativas proyectadas desde la familia hacia el sujeto. Es importante mencionar que no todas las familias reaccionan de la misma manera, pero sí existe una primera etapa general de confusión propia de todos los sistemas que se exponen a una situación inesperada. En dicha etapa, es determinante la movilización de la familia para la búsqueda de información y respuestas que le permitan ir rompiendo con los prejuicios y mitos ya preconcebidos en torno a la homosexualidad, si por el contrario, se adoptara una postura pasiva o de negación, la respuesta hacia la homosexualidad pudiese ser muy negativa.

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