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LA INSTITUCIÓN

edgardoquattro23 de Noviembre de 2013

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[<<CRITPED>>]

“…tierra fronteriza textual donde la poesía se adentra en la política y la solidaridad se vuelve una canción para el presente que se inició en el pasado mientras esperaba a ser escuchada en el futuro…” (1)

Sobre la obra de Paulo Freire,

habla Henry A. Giroux.

“…generó, mediante sus innovaciones teóricas, nuevas formas de ver la educación y la enseñanza. El resultado fue una pedagogía crítica en constante evolución: una pedagogía crítica posmoderna y multicultural. Esa «pedagocrítica» [«critped»] veía a los docentes como intelectuales que tenían la facultad de crear una democracia radical y participar en ella…” (2)

Sobre la obra de Henry A. Giroux,

hablan Joe L. Kincheloe, Peter McLaren y Shirley R. Steinber.

Aquí, otra vez, caminando los mismos pasos que venimos transitando durante estos cuatro meses.

Como un animal que se muerde la cola, así funcionan las dos frases que extracto en la introducción. Podemos ver como las líneas tendidas desde la pedagogía de PAULO FREIRE se continúan en aquellos que LEEN y RELEEN. En otros que desarrollan nueva teoría. La continuidad en el tiempo. La PEDAGOGÍA CRÍTICA, esto que Henry A. Giroux llama [<<CRITPED>>] y su puesta en marcha. Intentos de adaptaciones (apropiaciones) directamente referidas a nuestra práctica docente.

LA INSTITUCIÓN.

Como vimos durante el desarrollo de la materia, cuando nos referíamos a la institución educativa, reconocemos su transformación en el tiempo y por sobre todo la necesidad de su existencia.

En su proceso de construcción, históricamente, el papel de la institución escuela fue modificándose, adaptándose y a su vez fue atravesada por corrientes, proyectos y modelos. Todos estos, tocaron a la institución desde sus más profundas fibras hasta lo más superficial. “En las escuelas no sólo se dan procesos de reproducción de relaciones sociales y de poder, sino además, y simultáneamente, procesos de resistencia y de lucha, así como de apropiación de la cultura”.(3)

Hoy me encuentro desarrollando mi actividad docente en la Escuela de Educación Técnico Profesional 547. “HÉROES DE MALVINAS”. En la zona oeste de la periferia de la ciudad de Rosario. Cuya terminalidad es la de MAESTRO MAYOR DE OBRAS.

Se trata de un lugar especial, en donde suceden cosas especiales.

Estamos en una escuela prestada. El lugar no es propio. Esto algo anuncia. Son una serie de aulas que presta una escuela primaria y funciona así como anexo de una escuela sede. La escuela sede, a su vez funciona en otra escuela primaria que le presta aulas.

Los alumnos lo saben y actúan muchas veces en consecuencia.

Es una escuela técnica, de nueva formación, en donde se dan clases de taller sin que exista un taller propiamente dicho. El edificio futuro aún no está terminado. Por eso digo que suceden cosas especiales ¿magia? en las aulas.

Institucionalmente podemos hablar de una escuela con una dirección ausente, una dirección que como dijimos en otras clases, se funda en una visión tecnocrática positivista, que entiende al conflicto como algo negativo, que trata constantemente de evitar los conflictos. Es la dirección que determina que todo está bien si no hay cuestionamientos, y si no, trata constantemente de silenciarlos. Se transforma así en una dirección virtual. Esto determina que la institución funcione casi por inercia. Muchos docentes (los de mayor antigüedad) hablan de que en el principio, era otra cosa, más colaboración, menos docentes y parecería que ahora estamos viendo los restos de lo ausente.

El anexo no cuenta con personal de portería, ni preceptoría, son los maestros de taller los que en persona se encargan de abrir y cerrar la institución, mantener el orden, llevar asistencia, etc.

Los talleres funcionan a contra turno, durante la mañana y en esos mismos salones, por la tarde dan clases los docentes de las materias teóricas.

El edificio no presenta nada especial, son aulas tradicionales, en una construcción tradicional, donde actualmente los maestros de taller intentan desarrollar sus actividades, de la manera que mejor pueden, de una manera poco tradicional. Tanto los maestros de taller como los docentes y los alumnos hacen un esfuerzo supremo para acomodarse a la realidad difícil que les toca. La inasistencia es un problema enorme, aumenta paulatinamente.

Dentro de esta realidad institucional, se mueven alumnos que responden a características comunes a todos los alumnos que hoy pueblan las aulas de escuelas de periferia. Son alumnos con situaciones sociales difíciles, que están en la ¿institución? solo por ser la más cercana. Desconocen en la mayoría de los casos, ellos y sus padres que están en una Escuela Técnica. No entienden muy bien de que se trata el contra turno para taller y mucho menos tienen claro la terminalidad.

Se sabe que la elección de la terminalidad fue propuesta por un grupo de docentes que promovieron la transformación de dos escuelas orientadas en una sola Escuela Técnica. Por relatos, solo por relatos, supimos que la terminalidad había sido determinada por la gran cantidad de vecinos albañiles y la posibilidad de captar a sus hijos para incluirlos “de alguna manera”, mejor dicho “de la manera que sea” en el rubro en que se desempeñan sus padres.

La terminalidad, es fundamental para definir el perfil de alumno y el perfil de profesional que la institución va a entregar a la sociedad. Maestro Mayor de Obras no es una profesión que permita una rápida inclusión dentro de las redes de producción actuales. Se trata de un profesional independiente, con responsabilidades civiles que lo diferencia de un Técnico Electrónico o un Técnico Mecánico. Este es un punto a tener en cuenta para la futura formación de ese profesional. Es algo que debe definir la orientación pedagógica, que debemos tener para la formación del futuro profesional independiente.

¿Pero hacia dónde?

¿Qué hacer en una institución casi fantasma, con alumnos y maestros reales?

Qué pretendemos que el alumno aprenda.

Vimos en varias puestas de ideas en clase, como muchos de nuestros compañeros docentes hacían hincapié en la necesidad de un alumno cuasi operario. Entendimos que no es ése el perfil que hoy se plantea para un alumnos de escuela técnica “no se trata de formar para un determinado empleo ni de examinar si la educación se ajusta a un empleo en particular. Se trata de formar una visión amplia, reflexiva y crítica sobre el mundo del trabajo”. (4)

La determinación de ¿qué alumno queremos?, implica directamente saber con qué docentes contamos.

El conocimiento de teorías pedagógicas y de pensamientos que fomenten la crítica, ayuda enormemente a ver claramente donde estamos parados y hacia qué camino orientarnos.

“El acto de educar y de educarse sigue siendo en estricto sentido un acto político... y no sólo pedagógico”.(5)

Paulo Freire en su “PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA” hace oír su voz que aún resuena. Claramente nos dice que “En el fondo, nadie llega allá partiendo de allá, sino de algún aquí. Esto significa, en última instancia, que no es posible que el educador desconozca, subestime o niegue los "saberes de experiencia hechos" con que los educandos llegan a la escuela”.(5)

Queda implícito que no debemos negar la realidad que los alumnos traen, pero no debemos abrumarla con la pobre realidad que nuestra escuela les presenta. Son alumnos que vienen a Taller y no tienen un Taller. Alumnos que viven un afuera totalmente alejado de lo que el adentro les propone. Negar la realidad que trae a la escuela, es negar al alumno como persona. La comunicación entre alumno docente debe transformarse, a partir de un mutuo reconocimiento. Este reconocimiento deberá incluir una aceptación del lenguaje y sistema de representaciones que el alumno trae, y todas las intenciones de parte del docente de presentarle las opciones que modifiquen y superen la realidad del alumno. El reconocer al OTRO, es un paso más que importante en la tarea pedagógica que se plantea hoy en día en el aula.

Un docente ahora si digo docente (no solo maestro de taller), es aquel, que a través de la formación, sabrá “con qué recursos” y “con que sustento teórico” contará para aprovechar lo mejor de sus alumnos y ayudarlos a construir conocimiento, a construir actitudes críticas. Debemos provechar este momento de encuentro para por lo menos generar en el otro la inquietud.

Así un docente responsable, comprometido, será aquel que podrá en cualquier ámbito, ya sea el mejor taller o en nuestro caso el aula

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