LA POSESION
zorisbeth7 de Julio de 2014
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INTRODUCCIÓN
El papel del Estado se ha convertido en un tema recurrente, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo. Es el caso de América Latina. Los años ochenta fueron los de la retirada del Estado. Las reformas estructurales impuestas por los organismos internacionales, en particular el Fondo Monetario Internacional, exigían que cesara la intervención directa del Estado en cuanto productor. Todos los países -cada uno a su ritmo- tuvieron que privatizar primero las empresas públicas del sector productivo y, luego, gran cantidad de servicios. Algunos, como la Argentina, fueron más lejos y más de prisa que otros, como Brasil. Pero, en conjunto, la ola de privatizaciones ha sido mucho más potente en América Latina que en Europa.
La retirada del Estado preconizaba también el abandono del tradicional papel de regulador de la economía, y ello en beneficio de un mercado que se suponía iba a volver a encontrar las virtudes mágicas (la mano invisible) que le atribuía Adam Smith. Una labor ideológica considerable fue llevada a cabo por la cruzada anti-estatal de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. No se discutía si un proyecto estaba o no justificado y, menos aún, la situación particular de cada país. Por principio, cualquier intervención del Estado en la economía era malsana. Toda retirada era, en principio, sana.
Sin duda, la cuestión de la soberanía es de las más difíciles y de las más controvertidas. Realmente, ¿qué capacidad tiene hoy cada país para controlar su propio destino? De hecho, ningún Estado posee instrumentos suficientes para asegurar ese dominio. En la época de la interdependencia de las economías, de la mundialización de las comunicaciones, de la cada vez mayor movilidad de las personas y de la circulación de las ideas y los productos culturales, el tema de la soberanía sólo se mantiene en el terreno político por motivos ideológicos. A menudo sirve de estandarte político a formaciones nostálgicas del pasado, o extremistas, sobre todo de las derechas. La idea del Estado soberano quizás no sea obsoleta, pero es necesario "pensarla" de una manera diferente a la actual.
EL ESTADO
La palabra "Estado" viene del latín status y se define como una comunidad política desarrollada, de un fenómeno social, el Estado es un ente jurídico supremo, o algo no visible pero palpable en los sujetos sometidos a un orden jurídico establecido que nos limita y reconoce derechos, pero estos derechos es una forma de organización de vida, porque somos nosotros mismos quienes creamos derechos y limitamos derechos, y no tan solo como los "otorga" la Constitución, entonces tenemos que radicar todo en un solo ente supremo capaz de autor regularse, por eso de la justificación del Estado.
El estado es la organización jurídico-política más perfecta que se conoce hasta el presente. Es un ente orgánico unitario, estructurado jurídicamente bajo la forma de una corporación, que detenta el ejercicio del poder.
El Estado está conformado por las siguientes bases: población, territorio, estructura jurídica y soberanía. La población entra aquí como uno de los elementos más importantes en la formación del Estado; son aquellos grupos de personas que se reúnen en un territorio determinado, instalándose en una comunidad política para crear derechos y obligaciones sobre los demás, creando a su vez el orden jurídico para el mantenimiento del orden dentro de su población. Es bien pues la población la causa que origine el nacimiento del Estado. El Estado podrá dar unidad política y jurídica a varias comunidades nacionales, como lo testimonia la historia, pero no puede ser anterior a ellas. Primero existen el hombre y los grupos comunitarios y sociales que este compone y después la persona jurídica llamada Estado. La justificación que tiene la población para con el Estado es el que le da forma y estructura jurídica y natural a esto, actuando a través de sus diferentes funciones en que se desarrolla su actividad..
El término en su sentido moderno fue introducido por Maquiavelo. Al hablar de lo stato, lo convierte en sustantivo abstracto con una significación similar a la de polis para los griegos y civitas para los romanos, es decir, comunidad humana suficiente en sí, con gobierno propio e independiente, supremo en su orden. Se diferencia de otros términos de parecida índole, como el de "sociedad", porque ésta admite otras caracterizaciones fuera de la sociedad política y porque no toda sociedad política es Estado. También se distingue de la nación
Al Estado generalmente se le define como "la sociedad civil jurídica y políticamente organizada". En eso consiste el Estado: En la institucionalización jurídica y política de la sociedad.
Es justamente por esto que Kelsen, uno de los grandes teóricos del Estado moderno afirma que "… el Estado tiene como elementos constitutivos esenciales el poder público, el territorio y el pueblo"
Organización del Estado.
1.-Poder Público (Gobierno)
2.- Territorio (Espacio geográfico) ESTADO
3.- Población (Pueblo)
Un Estado existe en términos jurídico-institucionales cuando se da un territorio delimitado, una población y un gobierno central, que ejerce el poder sobre ambos, representando una soberanía nacional.
Ahora bien, y dado que el Estado "es la institucionalización jurídico-política de la sociedad civil y dado que esta institucionalización jurídico-política se expresa y se concreta en la existencia de una autoridad, de un poder público, es que en el lenguaje común y corriente, y también en el marxista, se llega a identificar casi exclusivamente al Estado con el Poder Político. Esto nos parece una simplificación pues si bien la existencia de un poder público jurídica y políticamente establecido es necesario para que nazca el Estado, también es cierto que es necesaria la existencia de una población (de una sociedad humana) sobre la cual se ejerza ese poder y un espacio geográfico (un territorio), sobre el cual haya una jurisdicción de ese poder.
"Los tratadistas suelen distinguir dos elementos esenciales del Estado: los materiales (territorio y población) y los formales (los órganos oficiales que lo representan y cumplen sus funciones, y la autoridad legal de la que se hallan.
El concepto de Estado-nación, de formación más reciente desde una perspectiva histórica, no sería más pertinente hoy para entender la evolución de las sociedades. En efecto, el nuevo orden mundial que se vislumbra desde el final de la Guerra Fría se caracteriza por la explosión de los particularismos y las reivindicaciones infraestatales, ya tengan como fundamento una lengua, una religión, una etnia o simplemente un arraigamiento geográfico. Esta cuestión también se ha discutido bastante desde hace unos diez años, concretamente con ocasión de la proliferación de los conflictos interétnicos (en África, en Asia o en Europa Oriental) y el nacimiento de casi treinta nuevos Estados desde la caída del muro de Berlín. Si América Latina no ha conocido un fraccionamiento étnico, el tema de la identidad está también en juego de manera considerable en el debate político de numerosos países, sobre todo entre los países andinos y los de América Central donde, desde hace quince años, el incremento de la reivindicación del reconocimiento de la indianidad es espectacular (Villoro, 1998).
Frente a todos estos fenómenos, según algunos, el poder político estará reducido a "jugar a los médicos"; es decir, a intervenir cuando circunstancias excepcionales lo imponen (inundaciones, terremotos, huracanes y demás) o para luchar contra los males que gangrenan la sociedad (narcotráfico, corrupción o mafias).
Todas estas consideraciones tienen un fundamento. Hoy, el Estado no actúa y no puede actuar como antaño. ¿Significa ello que se trata de un objeto político en vías de marginalización, puesto que lo esencial transcurre fuera de su esfera y de su control?, como predican numerosos analistas, en particular norteamericanos (para quienes es verdad que el concepto mismo de Estado es a menudo desconocido). Nada es más erróneo. Es innegable que el Estado se encuentra en una fase de profunda transformación, de pérdida de poder económico, de puesta en duda de su manera tradicional de intervenir.
Al Estado ya no se le exige que asegure el desarrollo y la justicia social (una mejor repartición de los ingresos), ya que en ambos terrenos ha fracasado. La protección de los más necesitados se convierte un tiempo en algo secundario, en comparación con la necesidad de realizar la "reformas estructurales", en gran parte impuestas por los acreedores internacionales.
La pregunta, entonces, es: ¿Puede simplemente desaparecer el papel tradicional del Estado como consecuencia de las presiones constantes de las tensiones internas y del entorno internacional, dejando toda regulación al mercado? O, ¿las lógicas políticas (las promesas de los candidatos en las campañas electorales) y la "cultura estatal" de las poblaciones latinoamericanas van a obligarle a crear nuevas maneras de intervención?
Diferentes tipos de estado
1. Unitario: Existe un solo ordenamiento jurídico.
2. Federal: Hay una coexistencia de ordenamientos jurídicos:
3. Provincial o local: Las
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