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LA REDACCIÓN DE TEXTOS

Armando Aceituna moleroResumen21 de Junio de 2022

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Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco

 Escuela   Profesional: Ing. Geológica – Ing. Electrónica

          Asignatura: R e d a c c i ó n   de   T e x t o s

                  Docente: José  Condori  Pauccara

L A    R E D A C C I Ó N

La redacción consiste en expresar por escrito los pensamientos previamente concebidos y elaborados. Requiere exactitud, originalidad y orden en la expresión de las ideas y léxico apropiado.

La redacción consiste en poner por escrito las ideas previamente ordenadas a fin de desarrollar de una forma completa, clara y precisa un tema específico en un determinado espacio. Para este proceso se combinan palabras, frases, oraciones y párrafos con el fin de dar forma al pensamiento elaborado con antelación.

La necesidad de redactar, de expresar con claridad las ideas es imperiosa en cualquier actividad de la vida moderna. Las personas que logren expresarse mejor, que logren hacerse entender mejor tendrán a su alcance mayores posibilidades de comunicarse y conseguir sus objetivos con mayor facilidad.

Es grande la importancia de la redacción porque, gracias a ella, es posible continuar plasmando el pensamiento depurado de la humanidad, en base al cual ha avanzado la civilización. El hombre a diario escribe, y seguirá escribiendo, los adelantos de la ciencia, la técnica y el arte para preservar su existencia y la de los demás seres de la naturaleza.

Indudablemente, cuando escribimos no lo hacemos de la misma manera como cuando hablamos. En la comunicación oral, el lenguaje es ligero, descuidado. Al expresarnos por escrito, lo hacemos con cierto cuidado, tratando, en lo posible, de organizar las ideas. Esto, seguramente, porque lo escrito queda, no así el lenguaje oral, que es espontáneo, momentáneo y fugaz, debido a que, como se dice, “a las palabras se las lleva el viento”.

Expresarse por escrito no es tan sencillo como parece porque no es fácil plasmar gráficamente la intencionalidad del mensaje y demás aspectos formales de la comunicación: gestos, mímica, etc. Hay personas que no pueden escribir sus pensamientos, y si lo hacen, es realmente incomprensible lo que escribe. En cambio, hay quienes escriben con facilidad. A las personas que han tomado el escribir como profesión se les llama escritores.

1.1 OBJETIVOS A LOGRAR EN EL ÁREA DE LA REDACCIÓN

Con el desarrollo del área de la REDACCIÓN se pretende que los alumnos sean capaces de:

  • Expresarse por escrito con naturalidad, sencillez y eficacia.
  • Manifestar su pensamiento con claridad.
  • Generar una creciente originalidad en sus manifestaciones escritas.
  • Iniciarse, por la vía de la creación literaria espontánea, en el manejo estético de la palabra.
  • Lograr una ortografía aceptable en su cotidiana expresión escrita.

Estos objetivos, que pueden ser más o menos según las situaciones de trabajo concreto, son de carácter general y pretenden expresar las metas deseables, pero en términos de posibilidades concretas y reales; vale decir, lo que efectivamente puede conseguir el estudiante a través de su trabajo escolar y las subsecuentes actividades extraescolares.

Como se puede observar, el primer objetivo por ejemplo, pretende que el alumno sea capaz de expresarse por escrito con naturalidad, sencillez y eficacia; lo cual quiere decir que la intención es que el educando logre para el desarrollo de las habilidades lingüísticas.

Este fundamento nos dice que para aprender a escribir hay que escribir, como para expresarse oralmente hay que hablar, pues se aprende a hablar, hablando; a leer, leyendo; a escribir, escribiendo; como para tocar maestría un instrumento hay que entrenar intensamente. Este fundamento es el que debe normar el trabajo del docente. En suma, entonces, no se trata, de ninguna manera, de que el alumno aprenda o memorice información, se trata de que ejercite sus capacidades lingüísticas.

Por la razón anotada, las metas señaladas a continuación deben lograrse en cuanto se logre la primera. Así, resultaría, ridículo exigir a un alumno a que se exprese con originalidad cuando apenas está logrando vencer su inhibición para expresarse por escrito.

Además, estos objetivos cuyo carácter es general, deben ser especificados para la programación de las subunidades y las sesiones de clase. Así, por ejemplo, el objetivo general: expresarse por escrito con NATURALIDAD, SENCILLEZ Y EFICACIA, puede ser especificado, según la sesión correspondiente, en objetivos como:

  • Redactar con naturalidad cartas informales
  • Redactar con sencillez y eficacia comunicaciones formales como cartas, oficios y solicitudes.
  • Construir párrafos o textos narrativos o descriptivos con naturalidad y espontaneidad, etc.

1.2 FACTORES DE UNA BUENA REDACCIÓN

La redacción adecuada puede conseguirse a través de una constante y cuidadosa práctica, la misma que puede favorecerse por una serie de factores:

  • Selección de material, es decir, algo significativo.
  • El tema de la redacción debe expresarse con un lenguaje adecuado, original, que se eleve sobre la vulgaridad y el común de las gentes.
  • Si bien no se exige una elaboración literaria, porque tal exigencia corresponde más bien al campo de la composición, la redacción debe suponer un esfuerzo creativo personal en el que entre en juego la imaginación creadora, el lenguaje y la exteriorización personal de los puntos de vista, en forma tal que la redacción alcance rango de valor literario.
  • Corrección y claridad: la redacción debe realizarse con un estilo claro, sin tecnicismo ni afectaciones, con palabras adecuadas, construcción lógica y concordancia.
  • Especial cuidado en la ortografía: la redacción no exige el uso de licencias poéticas, sino más bien, un correcto empleo de los signos de puntuación, palabras adecuadas, apropiada acentuación, etc.

1.3 ERRORES FRECUENTES EN LA REDACCIÓN

La redacción es una actividad paciente que demanda una continua ejercitación, en procura de eliminar los errores, que constituyen verdaderos inconvenientes para alcanzar un producto superior que ya puede conectar a su autor con el ejercicio de la composición literaria, la cual, si bien es de otra naturaleza, requiere, como aquella, de una base previa: el buen empleo del lenguaje.

Se consignan y explican algunos frecuentes errores que nos parecen pertinentes exponer, adaptándolos lógicamente a los propósitos de nuestro trabajo como son:

  • Desorden y aglutinación de ideas. Escribir no es amontonar ideas, así como construir no es amontonar ladrillo y cemento. El desorden se debe a que el autor no tiene conciencia clara del tema y de la forma de desarrollarlo. Para vencer este error se sugiere separar las ideas principales y desechar todo aquello que no tenga relación con el asunto central.
  • Oscuridad. Escribir bien no significa emplear un estilo ininteligible. La mayoría de los grandes escritores emplean un lenguaje claro, sencillo, diáfano; porque, además de literatos, son maestros en el empleo del lenguaje. Frecuentemente la oscuridad –salvo cuando obedece premeditadamente a un estilo especialísimo- es signo de inseguridad. En otras palabras, así como para hablar se necesita claridad pues de lo contrario nadie nos entendería, así también hay que escribir en forma clara.
  • La monotonía. Produce cansancio, pesadez, aburrimiento, debido a la falta de variedad de recursos expresivos. Ejemplo: “la casa bonita y cómoda. Los dueños son gente humilde y tranquila. Los habitantes son pacíficos y abnegados”; es decir, todos los enunciados siguen la misma estructura: sujeto, verbo “ser” en presente y atributo. El estilo tiene que ser ágil, dinámico, variado.
  • La mala concordancia. Es consecuencia de no advertir las relaciones principales que deben existir entre los elementos de una oración o serie sintáctico. Se desconoce, por ejemplo, que todo sujeto debe conectarse con un verbo y, a través de éste, con una  variedad de elementos; por eso resulta frecuente que los alumnos construyan oraciones con sujeto frondosos pero carente de verbo, en tanto que otros alumnos construyen frases larguísimas que no se sabe dónde termina para poner punto. Entonces, mientras más extienden las oraciones, más incongruencias cometen, especialmente en el uso de los pronombres relativos: “que, cual, quien, cuyo”. Ejemplo: “la lectura de los cuentos del que nos habló el profesor está terminado
  • Repeticiones y ripios. La repetición consiste en usar el mismo elemento más veces de las necesarias; pero aquí no hay regla fija, porque de acuerdo a la naturaleza del tema, un elemento puede emplearse varias veces;  por eso el error se presenta cuando, por ejemplo, si una palabra debe emplearse unas tres veces, se la usa cinco o más. Con todo, hay palabras que sí pueden repetirse: adjetivos, sustantivos, verbos, etc.

Los ripios, en cambio, son las mismas repeticiones o el empleo de frases equivalente que en nada contribuyen a la claridad, por ser sobrantes y excesivas. Esto quiere decir que si un pensamiento ha sido expresado con claridad, ya no debe seguirse empleando otras palabras sobre el mismo; no obstante, especialmente por motivos pedagógicos, puede alentarse el desarrollo explicativo de ciertas frases.

  • El palabreo. Muchas personas creen que escribir (o hablar) consiste en palabrera; no comprenden que el verdadero valor de las palabras no está en ellas mismas sino en su conexión con alguna idea o significado; por eso, cuando las palabras no se relacionan con significados o éstos son pobres o errados, no hay nada valioso.

1.4 CUALIDADES DE LA COMUNICACIÓN ESCRITA

Toda comunicación escrita debe reunir algunas cualidades primordiales:

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