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Redaccion De Textos


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  1.547 Palabras (7 Páginas)  •  325 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Desde los primeros años de vida del ser humano, intervienen en su desarrollo factores psicosociales y biológicos que permiten la conformación de la personalidad. Rivera (1998), enfatiza en la importancia de brindar una atención integral a los infantes desde el inicio de la vida con el fin de llenar sus necesidades en aspectos como salud, educación, interacción social y recreación. Diversas investigaciones en el ámbito de la pedagogía demuestran la importancia de brindar una educación desde una edad temprana y en especial a quienes se encuentran en condiciones de desventaja; revelan los considerables beneficios en aspectos como estudios posteriores, el ingreso económico y mejores relaciones interpersonales.

Sumado a lo anterior, se puede expresar que disciplinas como la fisiología, la nutrición, la salud, la sociología, la psicología, la educación y la recreación, apoyan la idea de que los primeros años del ser humano son cruciales para la formación del cerebro, la personalidad y la conducta social, pero estas capacidades deben estimularse para que puedan ser potencializadas.

Asimismo, la recreación es una de las actividades de ocio preferidas por los niños y niñas. Es su centro de interés personal e individual, y, a la vez, en sus relaciones sociales y colectivas, acontece un fenómeno global de indudable poder mediático y, por lo tanto, socializador. Las actividades recreativas también tienen un gran potencial pedagógico. Los valores del civismo y la ciudadanía, y también sus contravalores, quedan perfectamente ejemplificados en la actividad y los espectáculos recreativos.

De igual forma, la recreación es un vehículo de transmisión con un potente componente motivador para los implicados en la acción educativa. Los docentes muchas veces se encuentran faltos de herramientas que les faciliten el estudio y la reflexión de los valores de ciudadanía.

El juego es una de las herramientas más importantes de la que disponen los educadores para conseguir sus objetivos, de hecho, pocos recursos didácticos pueden igualar la eficacia educativa del juego y al mismo tiempo, cuenta con una valiosa base a su favor: la predisposición favorable de los niños a jugar.

Para Reyes (1999), el juego es una acción o actividad voluntaria que se desarrolla sin interés material, realizado dentro de ciertos límites fijos de tiempo y espacio, según una regla libremente consistida pero completamente imperiosa, provista de un fin en sí mismo y acompañada de un sentimiento de tensión y alegría del mismo.

Por otra parte, Flores (2004), dice que el juego es una actividad de placer, definiéndolo como una serie de métodos y reglas, comenzando por el desarrollo genético a partir de las actividades preludias, analizando estas actividades. De igual forma, el juego es además una actividad natural circunstancial al desarrollo de procesos psicológicos básicos, una actividad educativa de enculturación social. En los juegos se aprende lo más ambiguo y lo más preciso de la naturaleza humana: el ser y la posibilidad de no ser.

De lo anteriormente señalado, el juego permite percibir todo a la vez en la vida del niño, percibe su motricidad, afecto, sociabilidad, su moral, entre otros aspectos, al pretender buscar en todos lo motivos ocultos, donde lo más frecuente es que estos principios se manifiestan claros y concientes. La actividad lúdica es un medio para enseñar, teniendo siempre en cuenta que no es un fin sino uno de los medios más eficaces para la educación de un infante.

Se puede dar mayor aceptación al concepto de juego establecido por Reyes (1999), ya que este se adapta a la misma, porque considera que el juego es un ejercicio voluntario que se desarrolla sin interés material, realizado dentro de ciertos límites fijos de tiempo y espacio, según una regla libremente establecida.

Los niños comienzan a interesarse por el juego con sus compañeros de edad durante el segundo año de la vida. Los niños entre los 16 y 18 meses son más propensos a acercarse a otro niño, mirándole, sonriéndole y hablándole. Para cuando entran en la escuela, los niños son mucho más hábiles con los intercambios sociales y juegan juntos cooperando e influyendo cada uno en las actividades del otro. Simulan ser adultos, animales o personajes de televisión a medida que aumenta su experiencia e imaginación su juego se vuelve más complejo y dramático.

A la edad de cuatro años surge lo que se llama juego socio dramático, que incluye a varios niños. En éste tipo de juego la imaginación del niño es libre y se expresa con más libertad que cuando era menor. El juego desempeña muchas funciones en los niños. Algo del juego parece estar motivado por el deseo de lograr maestría, es decir, el principal interés del niño es tratar de forma competente en el juego los problemas que afronta.

El juego activo del niño contribuye a que desarrolle el área cognoscitiva y entienda el mundo que le rodea, se siente acompañado y trata con sentimientos e ideas de otros, y le permite actuar con sentimientos como la frustración, agresividad, hostilidad, tensión cuyas manifestaciones serían peligrosas en la vida real. El desempeño de roles en el juego permite al niño ir elaborando el concepto de sí mismo. Los hijos únicos suelen adoptar compañeros imaginarios, con los que poder practicar y desarrollar habilidades sociales, poco a poco desaparecen los compañeros imaginarios y encuentran amigos reales.

Según

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