LAS TIC EN EL AULA

INTEGRACIÓN DE LAS TICS Y LA MODELIZACIÓN MATEMÁTICA EN EL AULA

ÁNGELA CRISTINA FRANCO MARTÍNEZ

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

SEDE MANIZALES

2011

En la actualidad el aprendizaje soportado por los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje está cada vez más difundido, por lo cual se requiere el desarrollo de nuevas herramientas de apoyo a la enseñanza en las distintas ciencias. Se hace necesario integrar a los entornos virtuales tecnologías y aplicaciones que incrementen sus posibilidades y permitan interpretar el lenguaje específico de las distintas áreas del conocimiento. Por un lado, existen diferentes plataformas de aprendizaje que facilitan la interacción entre el alumno y el docente y por otro lado existen diversas herramientas y lenguajes que dan soporte a la enseñanza en áreas específicas, como es el caso de las matemáticas. El proceso educativo mediado por la utilización de entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje presenta ciertas características:

Modifica significativamente la forma y el carácter de la transmisión de contenidos: el uso de tecnología cada vez más sofisticada para la educación genera nuevos ambientes de aprendizaje que obligan a reinterpretar los modos de enseñar y de aprender.

• Posibilita una comunicación asíncrona entre los distintos actores.

• Requiere una comunicación constante entre profesores y estudiantes.

• Promueve el aprendizaje autónomo, en el cual el alumno lidera su proceso formativo.

Por ello, el avance de las TICs (tecnologías de la información y la comunicación) facilita la democratización de la educación, reduce barreras de espacio y tiempo y genera cambios en los métodos de enseñanza y aprendizaje.

Sin embargo es importante aclarar que no todo cambia con el uso de nuevas tecnologías. Existen espacios sociales y culturales que han incorporado innovaciones tecnológicas en sus procesos comunicativos y educativos sin que necesariamente se transformen en entornos formativos diferentes o superiores a lo que eran antes de usarlos. Tampoco se puede decir que nada cambia, la revolución tecnológica ha generado modificaciones en diversas actividades en el campo de la economía, la política y la cultura (García, 2006).

La incorporación crítica y reflexiva de las TICs en las áreas curriculares implica un importante aporte para la formación profesional, ya que posibilitan la adquisición de competencias para:

a) Promover y acompañar el aprendizaje, apropiándose del lenguaje de las nuevas tecnologías y de sus posibilidades en favor de la educación;

b) utilizar las nuevas tecnologías como recurso educativo y mediarlas desde la educación

c) presentar el camino de las nuevas tecnologías como invitación a la comunicación o como un puente entre la mediación pedagógica y los saberes.

En la actualidad el desafío de la educación no radica en dónde encontrar la información, sino en cómo facilitar el acceso sin exclusiones a ella, y al mismo tiempo aprender y enseñar a seleccionarla, evaluarla, interpretarla, clasificarla y usarla. Esto implica para la educación fortalecer el desarrollo de funciones cognitivas superiores, fundamentales en un medio saturado de información.

Para las nuevas generaciones, la institución educativa no constituye el principal medio de información, sino que compite con otros, como la televisión e Internet, sobre los cuales sería fundamental que ella informe y enseñe sobre su potencialidad y realidad educativa. El éxito mismo de Internet plantea problemas nuevos. Si bien proporciona oportunidades significativas y valiosas, también tiende a convertirse en un medio generalizado, abierto a cualquiera, sin barreras que impidan el libre flujo de las ideas y la información. En la medida en que avanza hacia ello y fomenta la expresión del sujeto sin restricciones, surgen una ventaja y un inconveniente: la ventaja de contar con información de millones de fuentes de procedencias y con innumerables puntos de vista que pueden convertirse en problema. Quienes participan en este entorno necesitan leer y evaluar tanto material, de fuentes tan diversas, que se vuelve imposible para ellos sostener una actitud crítica y exigente hacia él (Burbules, Callister, 2001). b) Cambios en el mercado laboral En estos tiempos la educación se encuentra en tensión con la estructura contemporánea del trabajo y con las evoluciones que experimenta el mercado de empleos (Brünner, 2003). En este sentido, los cambios acelerados de contexto relacionados con la incorporación de las NTIyC en la vida social, se han incrementado. La cantidad de puestos de trabajo en los cuales se requiere que las personas sepan leer y entender información técnica, que exigen estar alfabetizados desde el punto de vista computacional, además de un nivel de escolarización elevado, es cada vez mayor. c) Crisis de mundos de vida La educación va más allá de la mera transmisión de conocimientos y de la adquisición de competencias valoradas en el mercado. Introduce a las personas en un orden moral. Esto implica que debe ocuparse también de las transformaciones que experimenta el contexto cultural en elque se desarrollan las tareas formativas. Vivimos en un período de transición entre una sociedad industrial y una sociedad de la información (Brünner, 2003). Las escuelas tal y como las conocemos están diseñadas para preparar a las personas a vivir en una sociedad industrial. ¿Qué tipo de sistema se necesita para preparar a las personas a vivir en una sociedad de la información? (Tiffin, Rajasingham, 1997). La sociedad experimenta una creciente saturación de información. Las personas deben procesar, filtrar, valorar, retener, cada vez más información; por lo cual se debe pensar en la capacidad crítica como práctica social. Convertirse en usuario crítico de tecnologías nuevas de información y comunicación puede servir para aprovechar tales tecnologías y beneficiarse con ellas. El acceso a las tecnologías requiere procesos cognitivos fundamentales para el procesamiento de la información y competencias de manejo en entornos tecnológicos. ¿Qué competencias son necesarias para manejarse en este contexto cambiante? sin duda, siguen siendo imprescindibles las que las teorías pedagógicas tradicionalmente han considerado prerrequisitos de cualquier aprendizaje autónomo; pero hoy se reconoce que hacen falta otras competencias más -o competencias

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