ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Ciudad De Las Bestias


Enviado por   •  26 de Junio de 2014  •  3.380 Palabras (14 Páginas)  •  370 Visitas

Página 1 de 14

Resumen

Alexander Cold, se despertó porque había tenido una pesadilla. Soñó que un pájaro negro se llevaba a su madre por la ventana, y pensó que iba a ser un mal día. Primero tropezó con Poncho, su perro, luego se le olvidó la tarea de matemáticas y la flauta. Volvió a su casa durante el recreo para recoger lo que se le había olvidado y se encontró a su madre con la cabeza afeitada y a su padre detrás de ella con la navaja de afeitar en la mano y el suelo llenos de mechones de cabellos. Alex no comprendía nada y golpea a su padre, destroza su habitación y se hace un corte en la mano. Mas tarde se disculpa y entonces se entera de que tiene que ir a Nueva York para vivir un tiempo con su abuela Kate Cold, una reportera que trabaja para una revista llamada “International Geographic”, mientras su padre, John, lleva a su madre Lisa a Texas para un tratamiento. Sus dos hermanas, Andrea y Nicole, se iban a vivir un tiempo con su abuela materna. A Alex no le gusta la idea de irse con su abuela, porque es un poco excéntrica, pero tiene que obedecer.

Cuando llega al aeropuerto de Nueva York, Alexander Cold espera a su abuela casi dos horas, pero ella no va a buscarlo, y entonces decide ir a buscar la casa de su abuela. Se encuentra con una chica llamada Morgana que le dice que le va ayudar, y se montan en un autobús. Al bajar del bus, van a un bar para comer algo. Cuando él va al baño, le roban la mochila con todas sus cosas, y él sospechaba que ha sido Morgana, solo le quedaba el pasaporte que lo tenía en el bolsillo de la chaqueta.

Eran más de las doce de la noche y estaba nevando cuando llegó con mucho frío a casa de su abuela. Después de un baño y de comer, le dice a su abuela que le han robado todo lo que tenía pero que lo que más lamenta es que ha perdido su flauta. Entonces ésta le regala una flauta que era de su abuelo, el célebre flautista del siglo Joseph Cold y le cuenta que tiene que vacunarse contra ciertas enfermedades porque van a iniciar un viaje por el Amazonas en busca de una criatura monstruosa.

Viajaron en avión hasta Manaos, la ciudad más poblada de la región amazónica donde se reúnen con los demás miembros de la expedición: el antropólogo Ludovic Leblanc, los fotógrafos Timothy Bruce y Joel González y la doctora venezolana Omayra Torres que tiene la misión de vacunar a los indígenas. El guía de la expedición, César Santos, tenía que ir a buscarlos a Manaos, pero su avioneta se estropeó. Los esperarían en Santa María de la Lluvia, dónde llegarían navegando por el río Negro. Alex tiene una experiencia muy bonita en este río, pues nada con un delfín. Cuando llegan a Santa María, los recibe César Santos y su hija Nadia. Se fueron al hotel, y los chicos fueron a dar una vuelta.

Cuando regresaron, todos los miembros de la expedición estaban reunidos preparando el viaje. También llegaron el capitán Ariosto, jefe del cuartel y Mauro Carías, un hombre muy poderoso con muchos negocios. Después de la cena, Alex y Nadia salieron al embarcadero, se habían hecho buenos amigos. Nadia conocía el lenguaje de varias tribus indígenas y también el de los animales. Nadia, imitando el canto de una lechuza, llama a un amigo suyo, un hechicero muy poderoso llamado Walimai, que le dice que la expedición está en peligro y que muchos morirán, que sólo ella y Alex deben ir a buscar a la Bestia, porque han sido llamados por tener el alma blanca. El hechicero le da a Nadia un talismán para que esté siempre protegida y nadie le haga daño.

Esa noche, Alex no durmió tranquilo, y se acordó de su casa y su familia. Entonces escuchó voces y despertó a Nadia. Descubrieron a Ariosto y Carías hablar de un plan secreto en el cual el antropólogo, la escritora y los fotógrafos jugaban un papel muy importante ya que ellos contarían a todo al mundo algo que a los dos hombres les beneficiaría y los harían ricos. Cuando éstos descubrieron que alguien los estaban escuchando, terminaron de hablar y se marcharon. Mientras a Alex se le había enroscado una culebra hasta la rodilla y Nadia se la quitó. Decidieron no contarle a nadie lo que escucharon y vigilar a los dos hombres.

Invitaron a los miembros de la expedición al campamento de Mauro Carías donde por fin Alex puede comer como a él le gusta. Carías intenta comprar el collar de Nadia pero ésta se niega. Luego les enseña un animal, un jaguar que tiene prisionero. Alex se acercó al jaguar y tuvo como una visión: se encontró solo con el animal en una vasta planicie de oro, rodeado de altísimas torres negras bajo un cielo blanco donde flotan seis lunas transparentes. El animal y Alex repiten tres veces sus nombres. Alex abre la jaula para liberar al animal, y César Santos le dispara. Intenta explicar a Nadia lo que había ocurrido, ella le dice que el jaguar le reconoció porque es su animal totémico. César Santos explicó a todos que irían por el río en lanchas a motor hasta las cataratas del Alto Orinoco, dónde montarían el campamento.

La expedición navegaba río arriba y Alex le contó a su abuela la conversación que había escuchado entre Carías y Ariosto. Cuanto más navegaban, la navegación se hacía más dificultosa, la vegetación se hacía mas espesa y el río más estrecho. Al llegar a territorio venezolano, el río estaba solitario, no había embarcaciones, ni canoas, ni casas, pero la flora y la fauna eran maravillosas. De pronto, un soldado cayó muerto. La doctora dijo que la muerte había sido instantánea, ya que la espina le había dado en el corazón. Continuaron el viaje a toda marcha, y se pararon cuando creyeron estar a salvo. Cuando se hizo de noche acamparon en la orilla. Alex y Nadia aprendieron a usar las pistolas. Al tercer día, una anaconda cogió a uno de los fotógrafos, y Santos la mató con un cuchillo, y luego se la comieron.

Esa noche hicieron turnos para vigilar y mantener el fuego encendido. Había un olor muy desagradable y no era fácil dormir. Durante el turno de Alex se escucharon ruidos como pasos de algo muy grande. Resultó ser un jabalí enorme y peligroso que se paseó por el campamento sin hacer daño a nadie ya que el viento soplaba en dirección contraria y no pudo olerlos. Al alba, había una gran niebla y se ataron pañuelos para poder respirar. Se dieron cuenta de que uno de los caboclos había desaparecido, y un rato después Thimoty Bruce lo encontró. Estaba tirado de bruces entre unos helechos pero con la cabeza de frente. Le habían roto el cuello y el torso y el vientre habían sido destrozados con tajos profundos. Ese día y el siguiente lo dedicaron a preparar una trampa para la Bestia. Nadia descubrió durante la noche como Karakawe manipulaba la radio, y se lo cuenta a Alex y a su

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (18.9 Kb)  
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com