La Comunicacion Coo Base De Las Relaciones Interpersonales.

LA COMUNICACIÓN COMO BASE DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES.

La vida humana tiene un carácter social, es por esto que todos debemos tener siempre en cuenta que “vivir, es convivir”. Cuatro siglos antes de la era cristiana, Aristóteles definió al hombre como un “zoon pilitikón” es decir, como un animal social.

A lo largo de los siglos, la historia humana ha sido un tejido complejísimo de comunicaciones, puesto que como sabemos gracias a los estudios de eminentes antropólogos los humanos desde las antigüas civilizaciones han tenido su lenguaje, su manera de comunicarse entre sí y es precisamente esta comunicación lo que hace una gran diferencia entre el homo sapiens y los simios de los bosques y zoológicos; los animales no tienen historia porque no tienen relaciones personales.

Para muchos educadores, la educación no es ni mas ni menos que el proceso mediante el cual los niños aprenden como vivir junto con los demás en el mundo.

Para desenvolvernos en nuestra vida diaria, tenemos que prestar atención a las diferentes relaciones que tenemos con los demás; esto no es más que saber que tipo de relaciones humanas estamos teniendo ya que pueden ser primarias y/o secundarias, por ejemplo: Me duele una muela en una ciudad en la que me encuentro de paso, me recomiendan al dentista Pérez y lo voy a ver; pero no me interesa en Dr. Pérez sino mi muela, soy solamente el paciente frente al médico.

Estas relaciones que son de función a función y de papel a papel, son secundarias.

Las relaciones primarias en cambio son aquellas en las que se trata a la persona por la persona misma y no por su función o porque nos preste un determinado servicio.

Un criterio práctico para diferenciarlas es que las secundarias son substituibles y las primarias no.

La sociedad está hecha de modo que todos somos”madejas de necesidades” y que los unos podemos, queremos y necesitamos ser satisfactores para los otros, y así nos ganamos la vida.

Pero la vida moderna con sus dimensiones macroscópicas, ha originado una “hipertofia”

De las relaciones secundarias, y va reduciendo, y hasta marginando las relaciones primarias. Esto crea desequilibrio. Porque en el fondo todos ansiamos la relación primaria, es decir, ser buscados por nosotros mismos, no solo por lo que podemos dar. Nos cuesta trabajo evitar el sentimiento de que en una relación secundaria solo se nos usa.

Por fortuna, ambos tipos no son mutuamente exclusivos, una relación que empezó solo por ser secundaria puede irse “tiñendo” con el paso del tiempo y llegar a ser también relación primaria aún sin dejar de ser secundaria.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que para saber tener una buena comunicación con los demás, debemos entender que hay elementos situacionales en las relaciones humanas, es decir, que existen diversas situaciones y diversas maneras en las que podemos y debemos comunicar con las personas; por ejemplo: No hablamos de la misma manera con una señora de 60 años que con una muchacha de 15 o de 10. No tratamos igual a una joven de 18 años que a un joven de la misma edad, no tratamos igual a un mesero que al gobernador del estado; y así pudiéramos citar muchísimos ejemplos más.

Las relaciones entre las personas no se realizan en abstracto, sino en circunstancias muy concretas de raza, edad, sexo, jerarquía, ideología, normas sociales, épocas históricas, tradiciones culturales, situaciones ecológicas y expectativas personales.

Cada relación humana es única. Mi relación con la persona X en el lugay Y y en el día Z es irrepetible. Cada relación humana podría repetir la celebre expresión de Ortega y Gasset: “yo soy yo y mis circunstancias”.

Una misma broma en una comida campestre entre colegas, puede ser una ocurrencia feliz, y en el despacho del director una detestable majadería.

Todo en la comunicación humana es situacional.

Para convivir con las demás personas no hay recetas; no hay un manual, no hay reglas matemáticas y de aplicación universal. Tal vez por esto nadie tiene éxito total en sus relaciones con los demás y quien dijera lo contrario de sí mismo realmente se estaría mintiendo o engañando.

Una ayuda para ubicarnos en esta gran controversia acerca de la comunicación con los demás, es distinguir las grandes esferas del existir y del actuar: la familia, el trabajo, las actividades sociales; y analizarlas en un exámen de conciencia por separado.

Toda comunicación además de un contenido determinado, incluye determinada información sobre como debe tomarse dicho contenido. Y definitivamente nunca afinaremos demasiado nuestras antenas emisoras y receptoras de mensajes como para asegurar el éxito en toda nuestra comunicación con los demás, pero nos queda sin embargo la tarea de mejorar nuestra percepción para tener un mejor desarrollo en nuestras relaciones interpersonales.

Las relaciones interpersonales, no pueden ser una técnica, ni una habilidad, ya que son reflejo directo de la personalidad, asi es, puesto que todos tenemos diferente manera de ser, obviamente diferente manera de desenvolvernos ante los demás, debemos tener en cuenta que una gran base de la comunicación, también es, conocer nuestra personalidad y la de los demás, por ejemplo: Una persona egoísta no se comunica igual que una persona altruista y servicial. Tampoco son iguales las relaciones de la persona dominante a las de una persona sumisa, etc.

Aunque tenemos una limitada capacidad para fingir, nos comunicamos con lo que somos, más que con lo que decimos. Para bien o para mal.

¿cómo somos?

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