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La Construcción De La Identidad Durante La Adolescencia


Enviado por   •  27 de Abril de 2015  •  1.552 Palabras (7 Páginas)  •  214 Visitas

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La identidad como la distinción de cualquier tipo entre cualquier persona, animal o cosa y sus semejantes refiere al ente que existe como idéntico a sí mismo en el tiempo y el espacio, una noción del “ser en sí”.

*La identidad como una cualidad del “ser para sí”, sólo válido para las personas y los grupos, es decir, involucra el entorno, la historia y la voluntad, no es una característica dada sino que es potencial a desarrollar y está referida a modos de existencia.

Identidad se entiende que consiste en la experiencia subjetiva de un mas profundo, nuclear, esencial, que proporciona un sentido de la unidad personal y de la individualidad, así como dirección para la propia vida. “Identidad del yo”

La identidad nos hace sufrir y nos alegra, nos hace hacer cosas, organiza nuestra vida y guía nuestras decisiones, situando en su centro los deseos y las preocupaciones de la persona.

La identidad del Yo: un concepto

Primer punto:

Una persona no tiene identidad a menos que el o ella experimente y, al menos implícitamente, se reconozca con algunas de las características personales como mas reales y verdaderas que otras, como mas profundas, como el núcleo o la esencia del propio ser. Las otras características se sienten más superficiales, más prescindibles, y en conjunto menos importantes para el sentido del propio yo.

Cuando se trata de la identidad, una característica es importante no por su consecuencias o por lo que aporta, sino exclusivamente porque me hace quien soy, constituye la esencia de mi propio yo.

Segundo punto:

Al buscar lo que es particularmente verdadero, real y central sobre uno mismo, uno encuentra ciertos deseos, gustos, o ilusiones que no quiere tener, y que quiere mantener también en el futuro. Sean cuáles sean los objetos de nuestros deseos, una persona, una de nuestras actividades, nuestras propias características, como ser inteligente o empatito, tenemos la tremenda capacidad de apropiarnos de los deseos que encontramos en nosotros, hacerlos nuestros y también darles forma para adaptarlos a lo que queremos.

Harry Frankfurt habla de “preocuparse de”, pero preocuparse de algo no significa fundamentalmente tener una emoción o sentimiento sobre ello, mas bien significa “llevar en el corazón” estar preocupado por el objeto de nuestro deseo, implicamos en ello, alegrarnos por sus éxitos y sufrir por sus fracasos .

Tercer punto:

Algunas personas, no todas, se identifican con un o más de sus preocupaciones y se ven así musimos caracterizados de forma central por esas preocupaciones: carrera, familia o la paz del mundo. Estas personas, entonces, al mismo tiempo se ocupan de un doble objeto: el objeto de sus deseos centrales y preocupaciones, pero también su propia forma de preocuparse por ello.

Cuarto punto:

En este nivel, el sentido de la identidad es inevitablemente irregular y fragmentado. Sin embargo tan pronto como nuestros deseos o nuestros compromisos entran en conflicto entre si, nos damos cuneta que debemos escoger y que nuestras elecciones no son aleatorias, sino que se repiten una y otra vez. Y así de conflicto en conflicto, elección, tras elección la voluntad de una persona gradualmente llega a ser ordenada y estructurada, adquiere niveles de profundidad. Hablar de un “yo real y verdadero tendría diferentes significados dependiendo de lo central o marginales que sean las preocupaciones con las que nos identificamos. Solo unas pocas constituirán el núcleo, la esencia, de uno mismo. Una persona que no puede renunciar a ninguno de sus compromisos, pero su identidad lentamente se clarifica y se unifica.

La identidad se adquiere cundo una persona se identifica con algunos de sus preocupaciones de tal forma que puede definirle de forma mas verdadera y central que cualquier otro aspecto de su personalidad, y crece en organización y unidad subordinada progresivamente y ordenando los otros aspectos a aquellos que el experimenta con su yo nuclear.

Uno puede tener la impresión de que la identidad del yo se adquiere de una manera muy consciente y deliberada, o de que es siempre construida alrededor de los más altos y nobles ideales y valores. Las identidades fuertes podrían también estar formadas y frecuentemente se forman, alrededor de compromisos bastante concretos y ordinarios, como ser una buena madre y un trabajador responsable.

Preocuparse por algo, el compromiso, la identificación, el sentido del yo esencial, son generales y, hasta cierto punto son independientes de los objetos específicos y de las cuestiones que la gente selecciona para identificarse con ellos. Estas cuestiones que difieren de unas personas a otras son los contenidos o dominios de la identidad. Los tipos de relaciones que la gente establece entre los contenidos de la identidad y

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