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La Crisis De Masculinidad Y "los Nuevos Hombres"


Enviado por   •  20 de Mayo de 2015  •  1.564 Palabras (7 Páginas)  •  503 Visitas

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La crisis de masculinidad y los "Nuevos Hombres"

Se cree que la crisis masculina aparece en Estados Unidos a finales del siglo XIX, que es cuando las mujeres empiezan a incorporarse al mercado laboral e inician la lucha por sus derechos. Pero es en la década de los 80, cuando se desarrollan investigaciones sobre la crisis de masculinidad en España, en Francia, en EEUU y Latinoamérica, y muy especialmente en Argentina.

En los años 90 los medios de comunicación empiezan a hablar sobre el tema, desde entonces hasta la actualidad, los estudios sobre masculinidad se han multiplicado, también se han desarrollado movimientos sociales que intentan defender el patriarcado en varios países.

Son varios los hombres que se han ido sumando a la lucha por la igualdad, en diferentes entornos.

Una de las causas de esta crisis es que los hombres posmodernos han perdido sus modelos de referencia, según R. Conell (Australia). No les sirven los modelos tradicionales, como el de sus abuelos o padres, porque ellos fueron educados en la cultura patriarcal y vivieron siendo dependientes de sus mujeres, autoritarios, dificultándoseles el establecer relaciones íntimas y expresarse emocionalmente.

Muchos son inseguros en cuanto a cuál es su rol, y tienen miedo a perder importancia o a sacrificar su virilidad. No han sabido relacionarse con gays y odian que las mujeres sean feministas, y al querer ejercer su poder se tornan violentos con las mujeres que se encuentran cerca de ellos. En todo el planeta, el suicido se da más en los hombres que en las mujeres y mueren en actos de imprudencia porque tienen menos herramientas para encargarse de sus emociones. No saben hacer frente al miedo, al odio, a la desesperación, a la tristeza; es por ello que recurren a la violencia contra si mismos y con quienes les rodean.

Eduardo Bognino, psiquiatra, cree que la presión social sobre los "machos" ha sido adversa para la salud mental y emocional de millones de hombres. Esto se debe a que la masculinidad tradicional es sometida a constantes pruebas; un hombre ha de estar demostrando continuamente que no es una mujer, que no es un niño, que no es homosexual. Tiene que demostrar que es valiente, agresivo, activo, aunque tenga que poner su vida y la de otros en peligro. Los hombres, para demostrar su virilidad, tienen que ser exitosos en su trabajo; promiscuos, fértiles y potentes en el ámbito de la sexualidad. Crecen y construyen su identidad rechazando todo lo que tenga que ver con la feminidad.

En diferentes medios, se nota una falta de diversidad en los modelos masculinos; unos son machos alfa en acción, otros donjuanes, y otros son unos "mandilones" que no saben dominar a sus mujeres. Gracias a la mitificación de la violencia viril de nuestra cultura, la mayor parte de los hombres quieren ser vencedores, héroes o conquistadores de mujeres. Basan su hombría en la cantidad de mujeres que pueden atraer, se les educa para ser promiscuos, y para relacionarse con las mujeres únicamente desde la necesidad. El papel de las mujeres siempre ha sido el de satisfacer sus demandas sexuales, y además ser sus criadas que cubren sus necesidades afectivas y materiales, que además de brindarles afecto les tienen que servir en las ocupaciones y quehaceres del hogar.

Con los movimientos feministas las mujeres dejaron de disponer su vida en torno a la necesidad de ser poseída por un hombre, y se rebelaron contra la doble moral sexual que les obliga a ser fieles y que recompensa la promiscuidad masculina. Las mujeres modernas requieren de sus compañeros mayor implicación sentimental y más comunicación, reparto igualitario de las tareas domésticas, relaciones plenas que no se basen en la evasión o la huida. Las mujeres ya no quieren cumplir el papel de "freno de mano" del hombre, y muchas se rebelan contra el rol de madre que han de cumplir para que sus maridos se comporten como personas adultas.

Algunos hombres tienen problemas para relacionarse de forma igualitaria con su familia o su pareja, porque los entornos "masculinos" (trabajo, deportes, negocios, política) son jerárquicos y competitivos, y porque siempre les han situado en un plano privilegiado, o en un plano de dependencia emocional, además se les ha educado para que no expresen sus sentimientos. Ellos no pueden mostrar cariño a otros hombres, porque tienen miedo a mostrar debilidad, fueron educados para ser machos heterosexuales, rígidos, promiscuos, inconmovibles; se les truncó su sensibilidad su expresión de sentimientos, bajo el lema "los hombres no lloran".

Por esto a los varones les cuesta trabajo el relacionarse en un plano de igualdad, y por esto las parejas también están en crisis. Ya no funciona el modelo de relación basado en la dominación y la sumisión, porque ahora

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