La Educacion Como Practica De La Libertad
zuzyt6 de Noviembre de 2012
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Prologo
Freire otorga transparencia y sentido al trabajo educativo, pues nos muestra un pensamiento que considera al hombre como ser racional que no está solo un el mundo, “es fundamental partir de la idea de que el hombre… no solo esta en el mundo sino con el mundo” para él “No existe educación sin sociedad humana y no existe hombre fuera de ella”.
Analizaremos el libro Educación como prática de la libertad, primera gran obra de Freire en su intento de dar respuestas prácticas a una pedagogía que busca hacer al hombre consciente de su propia dignidad, y la fuerza que ella contiene, una vez descubierta, para alcanzar la liberación del hombre, en sus dimensiones sociales y espirituales.
Para finalizar analizaremos si el método creado por Freire y su pensamiento general, tienen vigencia en la realidad actual de la práctica educativa de la Extremadura del siglo XXI, tierra que por cierto, comparte similitudes en su devenir histórico, con las situaciones sociales vividas en las zonas rurales por el autor.
Según Paulo Freire, la definición de educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, es decir, la educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a la que no teme; más bien busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal.
Paulo Freire nos expresa totalmente su estilo pedagógico. Revela “el fundamneto de toda su praxis, su convicion de que le hormbre fue creado para comunicarse con los otros hombres”, este dialgo se feriare a la esducacion dialoga.
“La concepción ingenua del Analfabetismo –dice Paulo Freire- lo encaraba como si fuera un “absoluto en si” o una “hierba dañina” que necesita ser “erradicada” (de ahí la expresión corriente: “erradicación del analfabetismo”) o también lo mira como si fuera una enfermedad que pasara de uno a otro , casi por contagio”
“La concepción critica del analfabetismo –dice después Freire- por el contrario lo ve como una explicación fenoménico-refleja de la estructura de una sociedad en un momento histórico dado”
La analfebitizacion –dice- aparece por ello mismo, no como un derecho, el de decir la palabra, sino como un regalo que los que “saben” hacen a quienes “nada saben” La analfebetizacion, por ende toda la tarea de educar, solo será autententica humanista en la medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en la medida en que le pierde miedo a la realidad nacional, en l amedida que le pierde el miedo a la libertad, en la medida en que pueda crear en el educando un proceso de recreaccion, de búsqueda, de independencia y, a la vez, de solidaridad.
Analfabética es sinónimo de concienciar. Se trata de procurar en el, concomitantemente, un proceso de concienciación, o sea, de liberación de su conciencia con vistas a su posterior integración en su realidad nacional, como sujeto de su historia y de la historia, si bien, el estimulo del proceso de concienciación deriva de un dialogo interpersonal, a través del cal uno descubre el sentido de lo humano al establecer una comunión a través de encuentros con otros seres humano, una de sus consecuencias casi inevitables es la participación política y la formación de grupos de interés y presión.
La concepción bancaria, al no superar la contradicción educador-educando, por el contrario, al acentuarla, no puede servir a no ser a la domesticación del hombre. Para la concepción “bancaria” de la educación, el hombre es una cosa, un deposito, una “olla”. Su conciencia es algo espacializado, vacio, que se va llenando por pedazos de mundo dirigidos por otro, con cuyos residuos de residuos pretende crear contenidos de conciencia.
I "Sociedad Brasileña en Transición"
"El hombre no sólo está en el mundo sino con el mundo"
Entendemos que, para el hombre, el mundo es una realidad objetiva, independiente de él, posible de ser conocida. Sin embargo es fundamental partir de la idea de que el hombre es un ser de relaciones y no solo de contactos, no solo esta en el mundo sino con el mundo.
Hay una pluralidad en las relaciones del hombre con el mundo, en la medida en que responde a la amplia variedad de sus desafíos, en que no se agota en un solo tipo ya establecido de respuestas. Su pluralidad no se da frente a los diferentes desafíos que parten de su contexto, sino frentre a un mismo desafio.
En las relaciones que el hombre establece con el mundo existe, por eso mismo, una pluralidad dentro de la propia singularidad.
El hombre, y solamente el, es capaz de trascender. Su transcendencia se acrecienta no solo en su cualidad “espiritualidad”, en el sentido en que la estudia. No es exclusivamente la transitividad de su conciencia lo que le permite autoobjetivarse, y a partir de ahí reconocer orbitas existenciales diferentes, distinguir un “yo” de un “no yo”.
La raíz del descubrimiento de su temporalidad, que comienza precisamente cuando, traspasando el tiempo en cierta forma entonces unidimensional, comprende el ayer, reconoce el hoy y descubre el mañana.
Dentro de la sociedad brasileña la época transicional implica la búsqueda de nuevos temas y nuevas tareas, los cambios se realizan en una misma unidad del tiempo histórico cualitativamente invariable, sin afectarlos profundamente. Se verifica en el juego normal de las alteraciones sociales que resultan de la propia búsqueda de plenitud que el hombre tiende a dar a los temas. Cuando estos temas comienzan a perder significado y nuevos temas emergen, es señal de que la sociedad comienza su paso hacia una nueva época.
Existe la sociedad cerrada y por ende la abierta, la primera mencionada los temas como democracia, participación popular, libertad, autoridad, educación y muchos otros tenían una tónica y una significación que ya no satisfacía a la sociedad en transito, en cambio la segunda en cuestión era la captación de nuevos deseos, la visión nueva de viejos temas que, consustanciándose nos llevarían a una sociedad abierta.
Las actitudes optativas, solo son en términos autenticos, en la proporción en que resulten de una captación critica del desafio y no sean el resultado de prescripciones o de expectativas ajenas. Hecha la opción, por la profundización de las contradicciones, que provocaba un clima emocional, la tendencia era radicalizarse en la opción. La radicalización, que implica el enraizamiento que el hombre hace en la opción, es positiva, porque es preponderantemente critica.
El sectarismo tiene una matriz preponderantemente emocional y acrítica, es arrogante, antidialogal y por es anticomunicativa. el sectario nada crea porque no ama.
El hombre radical en su opción no niega el derecho a otro de optar, no pretende imponer su opción, dialoga sobre ella. Está convencido de su acierto, pero respeta en otro el derecho de juzgarse también dueño de la verdad; intenta convencer y convertir. Pero no oprime a su oponente; tiene el deber, por una cuestión de amor, de reaccionar con violencia a los que pretenden imponerle silencio. No es mero espectador del proceso, sino sujeto, en la medida en que es critico y capta sus contadicciones.
Anteriormente el pueblo se encontraba en una sociedad cerrada, inmerso en el proceso. Con la destruccion y en la entrada de la sociedad en la época del transito, emerge. Si en la inmersión era puramente espectador del proceso, al emerger deja de permanecer con los brazos cruzados y renuncia a ser meramente espectador para exigir injerencia.
Cabe mencionar que la toma de conciencia amenaza a las elites detentoras de privilegios, se agrupan entonces para defenderse. En un primer momento actúan espontanemamente. En un segundo momento perciben claramente la amenaza cotenida en la toma de conciencia por parte del pueblo.
La subversión era para la sociedad brasileña mantenerlo fuera del tiempo,
El gran peligro del asistencialismo está en la pasividad que impone al hombre, no ofreciendo posibilidades para el desarrollo o la “apertura” de su conciencia que en las democracias auténticas ha des ser cada vez más crítica.
Lo que importa realmente, es ayudar al hombre a recuperarse. También a los pueblos. Hacerlos agentes de su propia recuperación. Ponerlos en una posición conscientemente critica frente a sus problemas. El asistencilismo por el contrario, es una forma de acción que roba al hombre la posibilidad de ser responsable, el tomar decisiones en problemas grandes o pequeños que afecte a intereses ajenos y a propios, con los que se sienta comprometido. En el asistencialismo lejos de existir responsabilidad hay pasividad y domesticación.
Al pueblo sólo se le puede ayudar a insertarse críticamente en el proceso mediante la educación, ni mediante el engaño, ni la fuerza, sino con una educación valiente, ofreciendo reflexión sobre sí mismo, sobre su tiempo, sobre sus responsabilidades, sobre su papel en la nueva cultura de la época de transición. Una educación que le facilitase
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