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La Educacion como Factor Evolutivo


Enviado por   •  15 de Julio de 2020  •  Tareas  •  5.062 Palabras (21 Páginas)  •  94 Visitas

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SEMINARIO

NATURALEZA DEL FENOMENO EDUCATIVO QUE CONSTITUYE LA BASE SOBRE LA QUE SUSTENTA LA ACTIVIDAD DOCENTE

EN LA EDUCACION SUPERIOR

Identificación del estudiante:

Nombre

Patricia Rubio Sánchez Salamanca

Profesión

Profesora de Educación Musical

Institución

Universidad Metropolitana

Ciudad - País

Santiago - Chile

Correo electrónico

paty.rubsan@gmail.com


En el Instituto Valle Central se llevará a cabo un seminario sobre la naturaleza del fenómeno educativo que constituye la base sobre la que se sustenta la actividad docente en la educación superior. Se expone sobre el área de conocimiento de la especialidad de música, entendida como un logro evolutivo de la especie, y la educación, como un esfuerzo para que los seres humanos se apropien y participen de estos logros.

La presentación consta de 3 partes:

  1. Contextualización a la audiencia.  

  1. Argumentación del área de conocimiento de la Música como un logro evolutivo de la especie, y la educación, como un esfuerzo para que los seres humanos se apropien y participen de estos logros.

  1. Reflexión sobre el aporte de este seminario al desarrollo de competencias para la docencia en la educación superior.  

 Contexto:

Me desempeño como docente de Educación Musical en el Instituto Valle Central de la Serena.  Aquí imparto las asignaturas de educación musical para preescolar y profesora de educación diferencial. En este contexto, presento mi exposición en este seminario.

Parte 1: Contextualización a la Audiencia.

Temáticas

Desarrollo

La hipótesis de la evolución dual (biológica y cultural) de la especie humana.

El ser humano ha ido evolucionando a través de  cambios de adaptación al medio, en un proceso evolutivo, dando paso a un ser renovado y adaptado a las condiciones  climáticas, geográficas, sociales y culturales, entre otras. Esta adaptación es la que da pie a la evolución integral del individuo. Esto ha hecho que el ser humano sea el único individuo capaz de sobrevivir y a hacer presencia en cualquier nicho ecológico. Una demostración de ello, hace millones de años atrás, son los primeros traslados de seres humanos desde el continente africano hacia nuevos campos o nichos ecológicos. En este transcurso el hombre tuvo que optar por el bipedismo, crear herramientas y conformar grupos sociales para poder sobrevivir, lo que obtuvo gracias a la evolución biológica del cerebro, el que creció y se complejizó generando una reorganización que le permitió comprender el mundo y generar procesos y habilidades para sobrevivir, creando interrelaciones  sociales, autoconocimiento, emociones, subjetividad y autocuidado. Sin embargo no perdió algunas facultades de sus antiguas estructuras cerebrales, tales como los impulsos automáticos, no reflexivos y agresivos que lo asemeja al resto de las especies y lo sitúa en una dualidad contradictoria con sí mismos y los otros.

Los humanos manteniendo la conexión con lo biológico natural (dado que no somos una especie  elegida sino una especie como cualquier otra), a la vez hemos trascendido ese mundo natural  al dar origen al mundo cultural a partir de la evolución cerebral, la cognición compleja y la interacción social (Arzuaga 2004).

La evolución biológica modifica los organismos a largo plazo, de forma concreta, acumulativa y lentamente, no de manera intencional, puesto que estos cambios se dan frente a las exigencias de adaptación al medio ecológico, por otro lado la evolución cultural, que está estrechamente ligada  a la evolución cerebral, a la interacción social y la cognición compleja, se basa en las asociaciones simbólicas  como abstracción de lo concreto. Según Cassier, “se introduce la intención y el propósito de las acciones humanas, se apoya en el pensamiento, el lenguaje  y la generación de ideas”. Esto desembocará en las normas y el sentido de lo moral y lo ético para así resguardar y regular las interacciones sociales. Del mismo modo la utilización de herramientas o instrumentos se hacen más significativos a la hora de transformar el medio para obtener un mejor hábitat individual y social. La evolución cultural resulta ser mucho más rápida que la biológica, y produce un conocimiento acumulativo y consciente en apoyo al ser humano.

Este proceso cultural es complejo y muy difícil, precisamente por lo rápido y constante que este se genera, un ejemplo de esto es el devenir desde las primeras manifestaciones simbólicas (arte paleolítico), el abandono del nomadismo, la aparición de las primeras organizaciones sociales estables, la supervivencia biológica que le da paso a la lucha por las ideas como eje central de la evolución cultural, porque así lo exige la organización social. Si bien es cierto la biología nos da el potencial cerebral, es la cultura el que lo modela construyendo el mundo social en el que nos movemos. Hemos convertido el proceso evolutivo en un proceso consciente y dirigido. Todos nosotros tenemos por delante el desafío de elaborar actos, normas y productos, es decir generar cultura  al servicio de la realización de la especie humana respetando la variabilidad y la diferencia, sin  perjudicar la existencia de los otros organismos que nos acompañan, ni del planeta que habitamos.

Somos los dueños de nuestro propio destino como especie. Es el conocimiento, la razón y la cultura, por el cerebro que poseemos,  las armas que tenemos para trascender nuestra contradictoria dualidad. (Huxley 1959).

Las hipótesis del ‘cerebro social’ (Dunbar y otros) y del ‘aprendizaje cultural’ (Tomasello).

Según Dunbar, basándose en el estudio del comportamiento de 38 especies de primates, existe una correspondencia entre el neocórtex (área cerebral responsable del razonamiento y pensamiento lógico) y la interacción de estos primates, que implica una diferencia en las funciones representativas. Según el autor queda en evidencia que “la vida en grupos complejos incrementa la frecuencia y la intensidad de las interacciones interindividuales y sociales” lo que implica una interacción social más compleja, gracias a la evolución biológica y la adquisición de mayores redes de interconexión neuronal, lo que permite que se conformen, entre otras cosas, emociones y sentidos de pertenencia y al pretender a un grupo social determinado implica asumir restricciones en el comportamiento.

Segun Dunbar “el desarrollo de las emociones y su expresión, la comunicación, la coordinación, el enfrentamiento en un contexto de la permanencia de las relaciones y la resolución de problemas y conflictos, son parte de esta evolución”, lo que permite que el medio interno del hombre coevolucione con el medio externo, posibilitando el desempeño de una vida social que conduce y requiere una cognición social. Con lo mencionado existe una correlación indiscutible entre nuestras capacidades cognitivas y las demandas del medio social, nuestro cerebro evoluciona hacia un mayor tamaño y a un mayor desarrollo de las zonas de asociación para hacer frente a los retos impuestos por el entorno social.

Es así como a medida que se complejiza la evolución del cerebro y su adaptación a las exigencias sociales, es que el lenguaje aparece como un símil de lo que los primates hacen en sociedad al acicalarse en búsqueda de la pertenencia e inclusive del placer a través de la segregación de las endorfinas, la que crea lazos, confianza e intimidad. El hombre para tener el mismo resultado y por el escaso tiempo que tiene para estos fines, es que logra utilizar el lenguaje como una forma de crear lazos, confianza, pertenencia y así sobrevivir, este lenguaje que puede ser también no verbal, incluyendo la risa signo de mayor evolución hace segregar las endorfinas necesarias para dicho cometido. El lenguaje nace como una manera de intercambiar información fáctica, lograr cohesión de grupo y comunicar estados emocionales, pero también conlleva el peligro de mayores engaños y traiciones, nuestros sentimientos morales surgen entonces como un aprendizaje cultural, para permitirnos gestionar las complejas relaciones y así mantener nuestros grandes grupos sociales como sociedades coherentes, y tener los mecanismos para evitar trampas o engaños que destruyan dicha sociedad.

Nuestro gran éxito en la evolución radica en nuestra relación social como una forma de supervivencia y reproducción, esta relación social, y este aprendizaje cultural nos permite imaginar nuevos mundos, otras mentes, nos permite realizar teatro, ciencia, literatura y música. En este punto Steven Mithen argumenta que el lenguaje evolucionó para ayudarnos a mantener unidas grandes comunidades sociales La música fue la precursora del lenguaje, que se desarrolló primero como un mecanismo de vinculación - según el autor Mithen, a través del canto - utilizando la respiración y la sincronización de éste. El lenguaje requiere  una mente para crear las frases, pero el habla tiene un vínculo mayor con la música.

 

La hipótesis de ‘aprendizaje cultural’ (Tomasello), plantea que  el ser humano tiene capacidades cognitivas únicas, no compartidas con otras especies, por ejemplo: la intención, entendida como la capacidad de reconocer el propósito de otro ser humano a través del lenguaje y una interacción simbólica.

Otra capacidad es la atención selectiva que nos ayuda a cumplir con nuestro objetivo y también contamos con la capacidad de compartir nuestra atención distribuyendo a través de nuestros sentidos y comunicarla en una conversación a otro ser humano para enfocar nuestra atención en un mismo objetivo integrándonos para alcanzarlos juntos.

Otro punto que plantea el autor, es que el ser humano puede aprender por imitación de las acciones intencionales que hace para cumplir un objetivo. Esta condición humana tiene su origen en una inteligencia cultural.

Basada en que son nuestras capacidades cognitivas las que nos permiten aprender, crear conocimiento y compartirlo dentro de nuestro entorno social y cultural, los conocimientos no se pierden sino más bien se van acumulando de generación en generación acrecentando la cultura en un efecto cadena, donde cada ser humano comienza donde el otro dejo plasmada su experiencia y aprendizaje ampliando y desarrollando propia cultura y capacidad cognitiva perfeccionándola de generación en generación.

Es este sentido difiere de Dumbart,  quien plantea que a mayor tamaño cerebral, mayor capacidad de aprendizaje.

Tomasello plantea que estamos biológicamente adaptados para la cultura, mientras que los primates tienen más bien una adaptación cognitiva física. Nuestra cognición es social, lo que implica la colaboración, la intencionalidad, la atención conjunta, cuando esto no sucede la cognición se atrofia lo que se demuestra que los casos de niños abandonados en lugares hostiles, quienes presentan pérdida de la capacidad del habla y la comunicación. Su cognición será entonces similar a la de los simios.

La argumentación de Gould sobre filogénesis y ontogénesis.

La ontogénesis es el desarrollo del conocimiento en un individuo y la filogénesis es el desarrollo del conocimiento desde los grupos humanos primitivos, sumado el uno con el otro se da la cognición humana ya que las etapas de desarrollo siguen la misma secuencia según Piaget. El desarrollo del pensamiento individual coincide con el desarrollo del pensamiento de la humanidad.

La filogénesis del hombre abarca desde la forma de vida más sencilla  hasta la aparición del hombre actual, dotado de cerebro capaz de autogenerar y autorregular su propio pensamiento, mientras que la ontogénesis es la historia el desarrollo del individuo desde sus orígenes, si hablamos biológicamente  desde la fecundación hasta la madurez sexual.

 

Gould expone que el registro fósil muestra a menudo unas sustituciones bruscas de especies o explosiones evolutivas en periodos concretos. Expresa que la evolución puede producirse a saltos como se ve en las muestras folisiticas, debido a una pequeña variación genética que afecta profundamente al organismo y que no tienen que ver con su capacidad de reproducción con su misma especie. Concuerda con los estudios de F.Engels  con el hecho de que tras una serie de cambios en poco tiempo (pocos miles de años) en poblaciones pequeñas y  aisladas, los organismos se mantienen estables durante millones de años.

Argumenta la necesidad de incorporar la biología del desarrollo a la teoría de la evolución, puesto que los cambios en el genoma son la clave de la evolución quedando la selección natural en un plano secundario, se aleja de la teoría Darwniana basadas en las variaciones ambientales. Plantea que todos los seres humanos se han generado en el tiempo a partir de un solo organismo primitivo, o de unos pocos. Para él, cualquier ser humano tiene la capacidad de transformarse a sí mismo y al mundo.

Para este autor existe una relación entre la ontogenia y la historia de la vida, hipótesis que viene desde Aristóteles  quien defendió una relación entre  el desarrollo humano y la historia orgánica.

Finalmente La ontogenia, está basada  en el ritmo de la evolución de las especies, Gould se contrapone a la teoría darwinista respecto al aspecto filogenético de la evolución planteando una evolución homogénea y continua que se da tras largos periodos de estabilidad que se interrumpen por episodios cortos y poco frecuentes. Son los determinantes internos de los organismos (genes) los que desempeñan un papel muy importante en la evolución, y no como plantea Darwin frente a una selección natural donde todas las características de un organismo son parte de la adaptación. La ley biogenética dice que “la ontogenia recapitula los estadios adultos de la filogenia”, esto implica que la suma final que indica la variación evolutiva, funciona sumando estadios al final de la ontología ancestral.

Hipótesis sobre las cuatro dimensiones de la evolución humana (genética, epigenética, comportamental, simbólica): pensamiento Metafórico

Algunos autores como Lamb y Jablonka argumentan que el ADN no sería el único recurso que contribuye a la herencia, ya que hay transmisiones hereditarias, de generación en generación transmitida por cualquier medio, resulta ser esta una convincente y mesurada argumentación en favor de una visión más pluralista de la evolución y la herencia, contrapuesta a la visión biológica cientista de la época donde reinaba la idea que todo se explicaba a través de los genes (Watson). Las autoras explican los elementos básicos y las implicaciones de esas cuatro dimensiones de la evolución:

La dimensión Genética, su pensamiento central se basa en que las mutaciones, que son la materia prima de la evolución, son aleatorias, lo que significaría que no hay ningún código para cambiar el código, esto entra en discusión con las mutaciones adaptativas.” Hay muchos tipos de mutaciones. Algunas son ciegas, otras están dirigidas a regiones particulares, períodos del desarrollo, y contexto funcional. Todas las mutaciones, independientemente de cómo se generen, están sujetas a la selección. Los mecanismos subyacentes a la generación de mutaciones evolucionan por selección natural.” (jablonka)

Según esta dimensión   las células pueden alterar su propio ADN mediante diversos mecanismos, que incluyen la mutación somática y la amplificación selectiva.

La dimensión epigenética involucra todas las características orgánicas heredables, las celulares, sin necesariamente estar en el ADN, lo que implicaría que las variaciones orgánicas o celulares no dependen del ADN, un ejemplo de ello es que las células del hígado y del cerebro teniendo el mismo ADN, tienen formas y funciones diferentes. Más bien aquí se debiera hablar de variaciones fenotípicas (conjunto de caracteres visibles que un individuo presenta como resultado del genotipo y el medio) que son la herencia epigenética y que no proviene de la cadena de ADN. “Los mecanismos epigenéticos pueden tener tanto un papel directo como indirecto en la evolución adaptativa y en la especiación “(Jablonka).

La dimensión comportamental postula transmisión de la información a través de muestras, el hijo se guía por el comportamiento de su padre y no por la genética, es “abordar la transferencia de información  visual o auditiva a través del aprendizaje social, que puede tener efectos transgeneracionales a largo plazo y que pueden convertirse en tradiciones” (Jablonka).

Dimensión simbólica, este es un sistema que permite transmitir información y comunicarse  de ser humano a ser humano, siendo el lenguaje el sistema simbólico más destacado.

Sin embargo, según este modelo, estas cuatro dimensiones interactúan entre sí  en el proceso evolutivo.

La educación como un mecanismo evolutivo de significación bioantropológica.

La educación es responsable de la evolución cultural, más allá de lo biológico (Molina. ”La educación mecanismo socio-genético). Hay una transmisión  de información que va más allá de lo genético, ésta se agrega y arma  al ser humano de nuevas capacidades y competencias  que derivan del uso de herramientas  en instrumentos. Entonces es indiscutible que la educación es un elemento importantísimo en la evolución del hombre, ya que establece cual es el curso de ésta a través de la información transmitida entre los seres humanos y la adquisición de nuevas competencias y capacidades.

La educación como mecanismo evolutivo tiene como fin último la socialización de los individuos. Segun Durkein  “Esta aseveración coloca al ser humano en una posición de receptáculo de las prácticas formativas, que deberían terminar por modelarlo y situarlo dentro de una estructura social que lo acoge y lo proyecta”, pero, ¿puede pensarse al ser humano como un ente que no participa en el proceso educativo, dejándose llevar  a una regulación impuesta por un sistema escolar? Al parecer no, ya que el ser humano como individuo lleva consigo  conocimientos y experiencias y no solo es un ser gregario que está a la espera de la información que le entregara el sistema escolar (visión de la tabla rasa). Esta visión pone el aprendizaje   como una acción educativa de aprendizajes concretos, que al parecer supone logros comunes que permitan estandarizar los resultados (ej. SIMCE), pero en este sentido el aprendizaje ¿está tomando las diferencias en cada sujeto, inclusive en su forma de aprender?, no puesto que “Esta conceptualización coloca el énfasis en un proceso, de carácter científico, como lo es el aprendizaje,  pero que deja nuevamente fuera al sujeto, su experiencia anterior y sus conocimientos propios”. Esta es una mirada cientista donde coloca el aprendizaje como una idea de adquisición absoluta y uniforme sin cabida para las experiencias personales, con una visión conductista que desconoce las diferencias individuales y la subjetividad personal. Se debe apuntar a una educación como un proceso de desarrollo y engrandecimiento del individuo.

Para ellos se requiere atender: “A una constante complejización de los modelos aprendidos, reorganizándolos y logrando inclusive formular nuevos aprendizajes” (Bruner).

Tomando en cuenta la posición de Bruner, la educación operaria como “un amplificador de los procesos del pensamiento” ya que activa el intelecto y lo incentiva a construir modelos explicativos más complejos. Con esta visión podemos ver que la educación va más allá de lo cultural, que también toma procesos biológicos (Piaget), donde aparecen los conceptos de asimilación, y adaptación, como parte del proceso de conocimiento. Unificando todas esta dimensiones el proceso de conocimiento y en consecuencia el proceso de aprendizaje liga íntimamente variables de tipo sociocultural y genéticas. Entonces el intelecto humano se articula en base a factores socio-geneticos, “el hombre desarrolló un mecanismo sociogenético o psicosocial de evolución y que la trasmisión de información se realiza mediante el proceso de enseñanza y el aprendizaje” (Waddintong). Esta perspectiva coloca la educación, efectivamente, como un mecanismo de evolución, esto porque hay muchos ejemplos de procesos de evolución cultural que se generan por herencia bio-cultural o “biopsicocultural” (Molina). En el caso de las artes, múltiples investigaciones sobre el arte moderno tuvieron su origen en el arte primitivo, clara muestra de la herencia cultural, que no se pasa intacta de generación en generación, sino que es procesada y reinterpretada según la época en la que se esté situada y que luego se retransmitirá a las próximas generaciones, quienes harán el mismo proceso.

La educación en su rol de mediador con el mundo y de manejador del conocimiento, es quien opera como amplificador de la experiencia, uniendo el estímulo con la estructura cognitiva del individuo el que a su vez recibe la información y la reorganiza generando nuevos aprendizajes que determinaran su desarrollo individual y su crecimiento personal el que irá transmitiendo a las futuras generaciones formando la cadena de un proceso biopsicocultural que actuará como mecanismo de la evolución humana.


 Parte 2: 

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