La Historia Reciente

La historia reciente o del acceso histórico a realidades sociales actuales:

El texto propone plantearnos ¿Qué historia enseñar? ¿Cómo hacerlo?, como así también entender a la historia reciente como algo distinto de la historia contemporánea convencional.

Plantea la importancia de relacionar la historia con otras ciencias sociales, Los profesionales de la investigación y la enseñanza histórica deben abandonar la enseñanza de la historia por pisos cronológicos, por edades en una secuencia de atrás hacia delante, creando una asignatura de historia que comience estudiando lo que estamos habituados a considerar sociología, antropología, política y geografía humana.

La idea es tratar de encontrar un conocimiento sobre el presente y que el alumno lo proyecte sobre el pasado.

Pero el estudio de la edad contemporánea presenta diversas particularidades, por un lado presenta más atracción en los alumnos, pero también tiene diversos problemas, que no deben verse como obstáculos, a la hora de su abordaje, entre ellos:

• se ve mas relacionado con realidades sociales “vivas” que provoca reacciones particulares en los alumnos.

• A diferencia de otras edades, mantiene abiertos los límites de su conclusión o final indefinido porque es lo que estamos viviendo.

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Por Convención nos referimos a los últimos 2 siglos cuando hablamos de historia contemporánea, pero debemos cuestionar este convencionalismo que nos remite a contemporáneos tiempos lejanos como la revolución francesa.

La semántica de contemporánea se aleja de la mera concepción cronológica

Debe remitir a la relación de simultaneidad (no necesariamente coincidencia cronológica) entre unos hechos y su descripción y explicación histórica. Se debe posicionar al historiador frente a hechos y no frente a fechas.

“Es conocida la resistencia de los profesionales mas rutinarios a incluir como objeto de estudio esas situaciones históricas mas inmediatas a nosotros, arrastrando todavía el prejuicio de origen positivista que hizo un dogma de la imposibilidad de que el investigador y el docente de la historia entren en el análisis modo histórico de las realidades sociales vivas” tal autodelimitación no esta justificada, y fue refutada ya hace bastante por la escuela de Annales.

La historia reciente es una manera plausible de denominar a un cierto trayecto cronológico de la evolución social, el más cercano a nosotros, delimitado por el hecho de mostrarnos procesos de los cuales puede decirse, en algún modo, que están vigentes.

Llamamos historia reciente a un proyecto que es más de enseñanza de la historia que de su investigación.

Para explicar la historia, es necesario comprender la realidad social de quienes enseñan y aprenden historia, por lo que sería conveniente tratar de explicar el pasado desde el presente, y viceversa.

Dicho esto, podemos afirmar que la historiografía no es solo el procedimiento científico para explicar el pasado, sino un discurso que intenta explicar la dialéctica pasado presente en la evolución social.

La complejidad del tema, reside en que pasado y presente, no son categorías cerradas sino constructos, y en que no hay ciencia de lo temporal, sino de algo en el tiempo.

Ciertas corrientes (ligadas al positivismo) entienden que la actividad historiográfica es la reconstrucción del pasado en forma de relato, donde éste es un discurso que reproduce una secuencia de acontecimientos ordenados en sucesión temporal, posee un principio y un final y es una representación de una acción conclusa. Con un corte entre pasado y presente, es decir que desde esta perspectiva, solo corresponde a la historia estudiar lo que “ya pasó”.

Un individuo, generalmente ve su experiencia personal como presente, su realidad esta más acá de la historia, de lo que “ya pasó”, por eso, en términos convencionales, se suele aludir a la historia como “aquello que no se ha vivido”, lo que se vivió se siente como presente.

Se suele postular que el grado de conclusión de los hechos se relaciona con su lejanía en el pasado. Quien cree que es más fácil hablar desideologizadamente nos lleva a hacer de la historia un discurso ideológico, solo que de más fácil construcción, vale aclara que cierto grado de subjetividad es inevitable, al menos en lo que respecta a las ciencias sociales. La lejanía temporal nunca podrá ser garantía de este distanciamiento.

Desde el positivismo, también se niega precisamente que la historiografía pueda proporcionar una pista para el conocimiento del presente social, pero esto es fácilmente refutable ya que la cercanía o lejanía de los hechos al observador, pueden tener implicancia técnica pero es irrelevante, y que la llamada “objetividad del historiador” tenga como condición su lejanía temporal con respecto a los hechos que estudia, es una falacia.

En las ciencias sociales, las condiciones de objetividad residen en otros supuestos, no se limita a reconstruir “con verdad” al estilo Rankeano las situaciones sociales pasadas.

Historiográfica y sociología están muy relacionadas, el historiador debe abordar con sus propios instrumentos al tiempo que los perfecciona, las situaciones sociales inmediatas, la historia mas reciente, resolviendo con nuevos medios el problema de la relación historia/documento y buscando nuevas conceptuaciones para explicar conceptos en marcha.

Existe otra característica diferenciadora en este proyecto que es la que se refiere a la problemática siempre viva, de la sectorización del estudio de la historia. Parece difícil concebir la posibilidad de una verdadera explicación si no es integrada, es decir, si no tiene en cuenta todas las dimensiones y los desarrollos complejos que se encuentran implicados e imbricados en la evolución acumulativa de un grupo humano. Entramos con ello a otro terreno complejo y difuso: el de la supuesta historia total. La historia reciente o es una explicación integrada o pierde su sentido ultimo.

El gran peligro de la enseñanza de la historia es que el alumno no capte precisamente el sentido de lo histórico por que no acertemos más que a transmitir la información sobre realidades muertas.

Un proyecto Didáctico:

La explicación de las relaciones sociales, ecológicas y comunicativas, en cuyo seno desarrollamos nuestra humanidad como proceso construido históricamente, es el fin claro que debe tener una enseñanza de la historia verdaderamente educativa.

El esfuerzo instrumental que habría que desarrollar también seria importante, ya que, habría que sumar a los medios tradicionales de información histórica, a los materiales de archivo y bibliográficos y a los medios audiovisuales, experiencias mas activas, como la entrevista oral, el manejo de documentación administrativa, el uso de encuestas y la observación directa.

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