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La Libertad Política


Enviado por   •  13 de Enero de 2013  •  7.404 Palabras (30 Páginas)  •  596 Visitas

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La Libertad Política.

"La Libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social."

KENNEDY, John Fitzgerald

¿Cuánto se ha criticado al mundo cuando nos niega la LIBERTAD para realizar las actividades que por instinto o deseo nos gustaría hacer?

Se han encontrado muchas maneras para expresar lo infame de los actos castrantes del hombre y de las instituciones que limitan el actuar de un individuo y provoca exigir Libertad, ¿atendiendo a qué?; ¿reclamando qué?, ¿Qué nos faculta para gritar LIBERTAD?

Es común hablar de Libertad, y el concepto ha evolucionado con otros términos, como derecho, independencia, moral, igualdad, ley, liberalismo, libre albedrío y dignidad.

Así mismo, existe, dentro de la Libertad, un extenso catálogo al que nos podemos referir; sin embargo, el presente ensayo se enfoca a la Libertad Política en la que debería estar inmerso cualquier ciudadano.

Libertad.- “Del latín libertas - atis, que indica la condición del hombre no sujeto a esclavitud. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar… Desde afuera hacía adentro, la libertad es el conjunto de condiciones necesarias e inmediatas para la manifestación de la personalidad y para su pleno desarrollo… Facultad que debe reconocerse al hombre, dada su conducta racional, para determinar su conducta sin más limitaciones que las señaladas por la moral y por el derecho… Dominio del hombre sobre sí mismo: poder de la conciencia y de la voluntad humanas sobre el organismo que integra la personalidad, y que se ejerce por medio de la ejecución de todos aquellos actos propios de la naturaleza del individuo en estado de convivencia social…” ; de tal manera que la Libertad es concebida como la capacidad del ser racional y consciente de establecerse a sí mismo estándares de conducta en cada situación concreta. En este sentido, es una consecuencia inmediata de la conciencia y a la voluntad, y se identifica con el libre albedrío: todo individuo ha experimentado que puede ser un principio absoluto de acción, actuando o dejando de actuar, actuando de esta o de aquella manera. Es una facultad exclusiva del ser racional, capaz de interiorizar el mundo bajo una gran variedad de aspectos.

San Agustín justifica la existencia del mal en el mundo como necesario para establecer la Libertad que el hombre recibió de Dios, es decir, lo que es llamado libre albedrío, y le otorga voluntad al hombre y refiere que se ha convertido en un problema. Así mismo, indica que el ser humano es el que pisa el mismo camino y lleva a muchos a hacer la misma ruta que está en el bien o en el mal, lo que genera conflictos por estar adherido al poder de la voluntad del hombre de elegir libremente entre el bien y el mal en función de su capacidad para participar en la felicidad.

La voluntad se considera como un valor neutro, toda vez que puede ser usado para el bien o para el mal, y es ahí donde existe un efecto de Libertad, toda vez que ese valor o virtud es lo que provoca esa Libertad.

Otra de las principales virtudes del ser humano es la dignidad humana, su conocimiento tiene como finalidad promover el desarrollo de ésta en la persona y su relación con la Libertad.

En tal tesitura, es necesario destacar la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que invoca la “dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana” , y luego afirma en el artículo 1º que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” ; relacionando el concepto de Libertad al de dignidad.

Posteriormente y hasta la fecha, el concepto de dignidad humana ha sido incluido en diferentes pactos internacionales, y en diversos instrumentos condenatorios de todas aquellas prácticas que son directamente contrarias al valor de la dignidad inherente de la persona, por decir algunas, tales como la tortura, las penas degradantes, la esclavitud, las condiciones inhumanas de trabajo, las discriminaciones de todo tipo; de la misma manera, un gran número de constituciones nacionales en el mundo se avocaron a hacer referencia explícita al respeto de la dignidad humana como fundamento de los derechos enunciados y como la finalidad esencial del Estado de Derecho. Es por eso, que se destaca la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, que como reacción a las atrocidades cometidas en la sociedad y en virtud a la presión ejercida por diversos organismos no gubernamentales así como la celebración de tratados internacionales, establece en su artículo 1° que: “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su Libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y Libertades de las personas.”

La Libertad del individuo encuentra su expresión en el derecho civil, la persona debe ser protegida; su dignidad no debe ser vulnerada.

De la conservación de la dignidad del hombre se desprenden dos grandes derechos o bienes inherentes a la persona humana; tales son la Libertad y la igualdad.

En el ensayo La Economía Política de la Libertad , de Michael Oakeshott, se procura el argumento de la igualdad desde la perspectiva de la “experiencia” de la Libertad. En dicho ensayo formula argumentos contra los que creen en la Libertad de manera abstracta, y de una manera irónica señala Oakeshott que debemos ser claros sobre lo que entendemos por Libertad. Sugiere que debemos definirla; y agrega que cuando sepamos lo que es, habrá tiempo suficiente para buscarla, amarla y morir por ella. De tal manera que para este profesor inglés no existen ni definiciones, ni principios teóricos universales tales como Libertad e igualdad.

Sin embargo, en principio, y por satisfacción de las formalidades respectivas a la metodología, resulta necesario establecer la idea, el concepto y la definición de “Libertad”, y así tenemos que Benjamin Constant de Rebecque, en su artículo "De la Libertad de los antiguos comparada con la de los modernos", publicado en 1819, expone que “Liberty today is everything that guarantees the independence of citizens from the power of government.”

Por otra parte, el Artículo 4º de la Declaración Universal de los Derechos del hombre y del Ciudadano de 1789 establece que "La Libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio al otro..." ; frase la cual al ser ligada a la parte del discurso enunciado el 15 de julio de 1867 por Benito Juárez, al entrar triunfante en la Ciudad de México tras la derrota y fusilamiento de Maximiliano I de México de Habsburgo y el derrocamiento del Segundo Imperio Mexicano, que reza: “…Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.” ; nos hace ver que el concepto de Libertad se ve limitado por el derecho o la misma Libertad de los demás individuos que forman parte de la sociedad.

De la misma manera, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española señala que Libertad es la “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos...” , sujetándola a la voluntad de las personas, como así lo relacionaba San Agustín estableciendo que un individuo puede frustrarse independientemente de su educación, por su propia voluntad, lo que significa que la autoconciencia de la Libertad individual hace que el individuo se responsabilice de sus actos y establezca así mismo su propia Libertad; agregó que los hombres son radicalmente libres, así atribuye más importancia a la Libertad en el individuo, esta idea de San Agustín introdujo un cambio antropológico fundamental en cuanto a su realidad humana, una nueva visión del hombre en Siglo IV ; inclusive anterior a la Edad Media, en el mundo grecorromano, la Libertad del individuo era un estatus social, significaba no ser esclavo, pertenecer a la clase privilegiada, no puede ser vendido ni obligado a realizar trabajos forzados. A partir de ese pensador, se reconoce a la Libertad como una característica inherente al hombre.

La Libertad ha sido un tema de discusión en las diversas corrientes filosóficas que se han desarrollado a través de los siglos, por lo que es necesario apuntar lo más relevante al respecto; así, el racionalismo descontextualiza la acción humana, esto se traduce en la construcción de un orden social mecánico en el cual se plantea el problema de la Libertad; por un lado es problemática la Libertad porque, plantea Kant en su Crítica a la Razón Pura, como el problema en el que el hombre es libre o no, planteándose si puede ser y es libre el hombre, esbozando el tradicional problema filosófico de si el hombre es libre o la Libertad es una ilusión. Si todo tiene un funcionamiento necesario, mecánicamente no puede existir Libertad, Kant lo aplica al orden natural y también lo plantea con respecto al orden social, así la Libertad no tiene espacio de aplicación.

John Locke afirmaba que “hemos nacido, pues, libres de la misma manera que hemos nacido racionales (...) la Libertad del hombre se fundamenta en el hecho de que está dotado de razón.” Definió la Libertad con estas palabras: “La Libertad, pues, no es lo que Sir Robert Filmer llama ‘el derecho para cada cual de hacer lo que le apetezca, como gustare, y no estar a ley alguna sujeto’; sino que la Libertad de los hombres bajo gobierno consiste en tener una norma permanente para vivir de acuerdo a ella, una norma común establecida por el poder legislativo que ha sido erigido dentro de una sociedad; una Libertad para seguir los dictados de mi propia voluntad en todas esas cosas que no han sido prescritas por dicha norma, un no estar sujetos a la inconstante, incierta, desconocida y arbitraria voluntad de otro hombre.” Dejando ver en su manera de expresarse el sentido predominante del iuspositivismo con matices individualistas.

Montesquieu, en contraste con Benjamin Constant, describió que es necesario distinguir lo que es independencia de lo que es Libertad. “La Libertad es el derecho de hacer lo que las leyes permitan; y si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes prohíben, no tendría más Libertad, porque los demás tendrían el mismo poder, y la Libertad política de un ciudadano es la tranquilidad de espíritu que proviene de la confianza que tiene cada uno en su seguridad, para que esta Libertad exista, es necesario un gobierno tal que ningún ciudadano pueda temer a otro. Cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en la misma persona o el mismo cuerpo, no hay Libertad; falta la confianza, porque puede temerse que el monarca o el Senado hagan leyes tiránicas y las ejecuten ellos mismos tiránicamente”. Desarticulando así el concepto de independencia al sentido de Libertad, que sí bien es cierto es fácil relacionar los conceptos, este jurista nos hace una clara distinción doctrinaria de dichos conceptos. Además, nos empieza a referir en la Libertad política que ha sido poco cuestionada y explorada.

Por otra parte, los ilustrados fueron optimistas, se preocuparon por el interés general y fomentaron las ciencias y la cultura, buscaron el bienestar del ciudadano. A pesar del optimismo de la ilustración y el racionalismo, existe una visión negativa de la Libertad y del hombre, esto se da en tal sentido en virtud a la influencia del protestantismo, en un principio el protestantismo, como movimiento cristiano occidental, es anti-racionalista, pero al correr el tiempo, se acercó al racionalismo, destacando principalmente la Libertad es la causa del mal, de los pecados, de los defectos humanos, la Libertad conduce al mal y pervierte mentes; apoyando lo anterior Benito Spinoza, quien considera que la Libertad es engañosa, porque nuestro comportamiento viene determinado por una razón, por ello la Libertad no existe. El racionalismo que en un principio es humanista, se acerca al protestantismo, y por consiguiente se considera que la Libertad es la causa del mal, la Libertad se entiende como necesaria, y se establece que así es también necesario eliminar las consecuencias de la Libertad, en otras palabras, la responsabilidad, y así se establece la idea de la existencia de un mundo natural, en el que las cosas no suponen una responsabilidad del hombre, lo que hagamos con las cosas da lo mismo, así seguimos siendo libres, pero no responsables de nuestros actos, esto se traduce en un proyecto social, en el que lo que se busca es construir una especie de zoológico humano, donde las necesidades básicas estén cubiertas, aunque sea de manera precaria, con tal de que el hombre no tenga que afrontar el riesgo inherente a la Libertad, así no puede el hombre fracasar por sí mismo, obtiene el tener cubiertas sus necesidad mínimas a cambio de renunciar a la Libertad de equivocarse en sus actos para buscarse su supervivencia.

Los historicistas sitúan a la historia en el lugar en que los racionalistas ponían a la razón como lo más importante, mantienen la dualidad del mundo, naturaleza y hombre, tratan de explicar el enigma que es el hombre. Para los racionalistas el hombre es razón, para los historiadores el hombre es historia. La historia es el efecto de la Libertad, es lo que el hombre ha hecho de manera libre y se diferencia de lo que en la naturaleza ocurre de forma cíclica y repetitiva, de forma necesaria, sin margen para la Libertad, la naturaleza actúa siempre de la misma manera.

En la Edad media hubo muchas revueltas populares, de campesinos libres, lo que demuestra que existía un acentuado sentido de la Libertad individual, en muchos casos eran personas acomodadas, que se defendían de los nuevos ataques a la Libertad personal, se crean dos grandes instituciones: las universidades y los hospitales, lo que nos hace ver, por una parte, el interés del mundo por la educación institucional del individuo; y, por otra, el cuidado de los enfermos, lo que no tiene precedentes en el mundo antiguo; denotando un gran interés por el ser humano.

Para John Stuart Mill, existía un reto para la Libertad humana que ya no provenía de los malvados reyes ni de las instituciones corruptas, sino más bien de "la tiranía de la opinión y el sentir predominantes" ; para Marx, el capitalismo industrial mantenía su tiranía sobre la clase obrera a través del sutil mecanismo de la ideología burguesa, más eficaz que la fuerza política para sostener el moderno sistema de producción. Incorporando en este momento el “harm principle” de Mill: uno es libre de hacer todo aquello que no afecte derechos de terceros; lo que hace referencia a aquella condición de los hombres en cuya virtud la coacción que algunos ejercen sobre los demás queda reducida, en el ámbito social, al mínimo. Tal estado es descrito como estado de Libertad.

Según Anne-Louise Germaine Necker, hija del ministro de Hacienda de Luis XVI, en 1804, indica de forma muy incisiva que la Libertad es antigua y la tiranía moderna; agregando que lo más grande que el hombre ha hecho se debe a lo incompleto del hombre.

Sigmund Freud quería ayudar al individuo moderno a deshacerse de la tiranía de un pasado que lo esclavizaba inconscientemente y hacía desaparecer la Libertad del individuo; así, manifestó al estudiar los impulsos sexuales que hay un censor que ejerce su influjo, y que tal censor es el Yo; él es el que decide lo que debe y lo que no debe exteriorizarse, dotándole conceptualmente conciencia al individuo.

Isaiah Berlín denomina de otro modo a la Libertad moderna, habla de Libertad negativa: “normalmente se dice que soy libre en la medida en que ningún hombre o ningún grupo de hombres interfieren en mi actividad (...) Ser libre en este sentido quiere decir para mí que otros no se interpongan en mi actividad. Cuanto más extenso sea el ámbito de esta ausencia de interposición, más amplia es mi Libertad.”

Tal y como lo escribiera el mismo Murray Rothbard: la Libertad es “la condición en la cual los derechos de propiedad de una persona sobre su cuerpo y propiedad material legítima no son transgredidos”. La Libertad es un estado en el cual los derechos de propiedad de una persona sobre su propio cuerpo y su legítima propiedad material no son invadidos ni agredidos. Finalmente sentencia: “Entonces, el libertario es obviamente un individualista, pero no un igualitarista. La única ‘igualdad’ que defendería es la igualdad del derecho de cada hombre a la propiedad de su persona, a la propiedad de sus recursos sin utilizar que ocupe y a la propiedad de otros que haya adquirido a través de un intercambio voluntario u obsequio.”

Según Tomás Melendo, la Libertad es la parte de la voluntad, elemento constitutivo de las personas, de poder elegir entre uno o más bienes. Es la elección del bien que perfecciona, eso es una verdadera Libertad: con responsabilidad.

Así, es recurrente establecer que la Libertad del hombre proviene de la ley natural. El hombre es libre por naturaleza y libremente tiene la facultad de decidir la opción que más le convenga para su perfeccionamiento, lo que debe hacer con responsabilidad, como así refería San Agustín.

En tal contexto, se puede aplicar la Libertad al plano social y político, que significa un estado de ausencia de coacción proveniente del grupo, principalmente del poder público. En este sentido, el individuo, que puede hacer todo lo que no está prohibido por la ley, es libre, lo que constituye un principio fundamental del derecho. En dicha acepción, el término se opone tanto a opresión como a libertinaje, conocidos como el defecto y el exceso de la Libertad, porque impiden a los demás el uso legítimo de ese mismo derecho. El único sentido auténtico de la Libertad política dentro de un régimen democrático es el uso de los derechos con responsabilidad y el ejercicio consciente de los deberes.

Podemos hacer extensiva la definición de Libertad a toda la tradición liberal, dado que, más allá de las particularidades de la definición empleada en cada caso, podemos encontrar en todos ellos la primacía de la Libertad de los modernos sobre la Libertad de los antiguos.

Con tales antecedentes, resulta posible estudiar lo que es la “Libertad política”, misma que surgió como uno de los intereses más potentes que concebían los ilustrados del siglo XVIII. Dicho concepto ha sido abordado a lo largo de la historia reciente, hasta nuestros días, no obstante ello, el concepto aún no se ha establecido con claridad, pero permite preguntar si el ciudadano se encuentra realmente en un ámbito de Libertad política.

La Libertad política, esto es, el ciudadano libre, existe en tanto y en cuanto se crean las condiciones que permiten a éste, como poder menor, resistir al poder superior que, de otra forma, le aplastaría o, al menos, podría hacerlo. Lo que pedimos de la Libertad política es protección contra el poder arbitrario y sin límite absoluto. Considerando que una situación de Libertad es una situación protegida que permite a los gobernados oponerse de manera efectiva al abuso de poder por parte de los gobernantes, y además lo faculta para elegir el poder que se ejercerá sobre él.

Lo que hoy se conoce como Libertad civil era una situación desconocida entre la mayor parte de los pueblos de la antigüedad. Las repúblicas griegas sometían a los individuos a un régimen social casi ilimitado. De la misma forma, en Roma existía una opresión individual idéntica que caracteriza el auge del poderío del Imperio Romano; el ciudadano romano se había constituido en cierta forma esclavo de la nación de la que formaba parte; se entregaba por entero a las decisiones del soberano, del legislador; le reconocía el derecho de velar todos los actos así como a forzar su voluntad; pero es porque él era a su vez ese legislador y ese soberano; sentía con orgullo toda la valía de su sufragio en una nación tan poco numerosa, como para que cada ciudadano fuese un poder en potencia; y esta conciencia de su propio valer constituía para él una muy amplia compensación. Entonces, era, de alguna manera, una Libertad colectiva, no individual. Es más, el destino del ciudadano romano era tal que su cuerpo, su educación, su fortuna, eran entregados al arbitrio del Estado, porque no admitía la indiferencia.

Para Aristóteles el hombre era un “zoon politikon”. Porque el hombre vive en la polis y porque la polis vive en él. Por lo tanto, en el vivir político y en la politicidad los griegos no veían una parte o un aspecto de la vida; la veían en su totalidad y en su esencia. Por el contrario, el hombre no político era un ser defectuoso, un “idion”, un ser carente, cuya insuficiencia consistía precisamente en haber perdido, o en no haber adquirido, la dimensión y la plenitud de la simbiosis con la propia polis. Brevemente, un hombre no político era simplemente un ser inferior, un menos que hombre.

Lo que se ha plasmado hasta aquí es la importancia de la Libertad como valor fundamental para la tradición liberal, asimismo, se ha explicado por qué la Libertad es una, y las distintas Libertades en tanto constituyen una sola Libertad se completan y complementan, y las distinciones señaladas sobre el concepto sirven a fines analíticos, pedagógicos incluso, pero la Libertad es una, aunque la Libertad se decline en plural. Las libertades son garantía de la Libertad. La Libertad es condición de las libertades. Como ha dicho el mismo Hayek “aunque los usos de la Libertad son muchos, la Libertad es una, además entendiéndola como aquella facultad de individuo, para actuar de forma autónoma y responsable.

La Libertad política es entonces aquella libre determinación, como manifestación de la voluntad del individuo, referente a la organización social que quiere tener, pues el hombre tiene pleno derecho a escoger el tipo de organización política a la que quiere pertenecer.

Isaiah Berlin establece que la Libertad política requiere de dos tipos de Libertades, en el sentido negativo, tenemos las libertades civiles, como la Libertad de pensamiento, opinión, prensa, reunión, asociación, entre otras; y en el sentido positivo, el Estado debe asegurarnos la soberanía que recae sobre los miembros de la sociedad, para lo cual debe crear las instituciones que permitan participar en dicha actividad.

La Libertad política no es sólo una “no interferencia” por parte del Estado, también significa una Libertad para elegir a nuestros representantes, para organizarse libremente y participar de forma activa en la vida política.

En tiempos recientes se han aprendido las verdaderas características de esta Libertad política, y a raíz de esto se han ido desarrollando cada vez más libertades cívicas. Pero el error es creer que Libertad política es únicamente el derecho a sufragio o la libertad de organizar un partido político. Si seguimos el concepto de democracia se verá que es la forma de organización en la cual la soberanía y la titularidad formal del poder residen en todos los miembros de la nación. Pero en lo fáctico se tienen democracias representativas donde la gente ejerce su “soberanía” a través del voto principalmente.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos asegura una serie de derechos, la relevancia de este tipo de Libertad hace imperante una intervención estatal para hacer concretos tales derechos, como en la Libertad política, en virtud a que el Intervencionismo legal o ilegal por parte del Estado se presenta en distintas especies de la Libertad.

Sería aberrante afirmar que las personas electas son titulares de la soberanía si no creamos instancias para que la ejerzan, así también no podemos asegurar que las personas ejerzan su libertad política habiendo barreras puestas ya sea por el Estado, el poder de algunas personas o la desigualdad de oportunidades que sufren éstas.

La Constitución también señala que la soberanía sólo se ejerce por medio de las elecciones populares y el plebiscito. Además, en su parte dogmática consagra garantías tales como la Libertad de opinión, de información, de reunión, el derecho presentar peticiones a las autoridades, de asociación, a sindicalizarse en la forma que la ley determine. Sin embargo a pesar de garantizar tales situaciones, que de igual forma son limitadas, no se crean las instancias para producir la efectiva participación política, es decir que no se especifica cómo ejercer dichos derechos y “libertades.

Tal situación ha sido “aprovechada” por ciertos sectores de la población a fin de reclamar y exigir métodos de elección de representantes efectivos y han puesto el dedo en la llaga refiriendo que México es un país dotado de una Constitución y leyes escritas tan justas y democráticas, pero que en nuestro sistema gubernamental no se cumplen dichas normas, por lo que se ha afirmado que este es un país sin Libertad política, sin libertad de la palabra, sin prensa libre, sin libertad de sufragio, sin partidos políticos, sin ninguna de nuestras más preciadas garantías sobre la vida, la Libertad y, por consecuencia, de la felicidad general; y así ya lo había establecido Montesquieu al decir que “ha llamado libertad al Gobierno que se ajustaba más a sus costumbres o sus inclinaciones” ; entonces, si el gobierno electo no cumple con las expectativas de los individuos constituidos en una sociedad, exigen libertades, reclaman la opresión, pero esto es en virtud a que no se sienten satisfechos o identificados con el tipo de gobierno establecido, que necesariamente deberá ser emanado de la Constitución; lo que ha provocado revoluciones, cambios democráticos, protestas, pero sin que se haya provocado una solución efectiva, puesto que esto no basta para obtener un resultado satisfactorio, ni se obtendría éste aún y cuando se le ofrezca al mundo el más sorprendente ejemplo de supresión de la verdad y propagación de la mentira, como dice John Kenneth Turner ; sino que resulta indispensable que el Gobierno demuestre, con actos suficientes e indubitables, que sabe y debe respetar todos y cada uno los derechos del ciudadano y fomentar las libertades en general, o cuando menos, que está dedicado a que su intervención se vea como necesaria para satisfacer de manera sincera la necesidad vital de respetarlas y defenderlas ante cualquiera que pretenda violentarlas y que con toda honradez dedica sus esfuerzos para que los gobernantes futuros desprecien menos las instituciones.

También es necesario notar que existen estándares mínimos que la ley debe establecer para asegurar la Libertad política en México y en su sistema judicial, ya que la vida humana posee una dimensión social necesaria, hay elementos determinantes que obligan al hombre a desarrollarse en sociedad para ver que sus intereses primigenios se realicen, estos intereses son tres: la supervivencia, la libertad y la autonomía; los cuales son situaciones provechosas que no pueden satisfacerse plenamente si no es en sociedad, con la ayuda y colaboración de otros, y además procurando esos intereses para los demás; así, es el propio hombre quien amenaza el cumplimiento de sus intereses primigenios, es por eso que las sociedades instituyen reglas jurídicas de comportamiento que facilitan y aseguran la convivencia o cooperación social, para lograr ciertos estándares como igualdad, supervivencia, entre otros, y se ve mermado en la libertad para satisfacer sus necesidades en sociedad.

El Derecho regula el comportamiento social por medio de normas, y la obligatoriedad de estas normas es propia sólo del Derecho. Los juicios normativos prescriben conductas obligatorias, que deben asumirse. Con la institucionalización del poder en un Estado, el derecho expresará y protegerá los intereses fundamentales que se determinen por la autoridad; y así surge el intervencionismo del Estado en la sociedad y en la actividad del individuo para procurar el cumplimiento de los intereses primigenios ya mencionados y así mismo la satisfacción de las necesidades de la sociedad; incluida la libertad política.

El Derecho posee una dimensión política, es decir que en la actualidad se encuentra politizado, a tal grado que es proporcional al tipo de Estado que se encuentra en el poder, así un estado fascista, autocrático o democrático producirá un conjunto de normas de la misma naturaleza; lo que encuentra un reflejo efectivo en la libertad política de los ciudadanos.

Los bienes o valores que el derecho asegura por su sola presencia son el orden, la seguridad y la igualdad jurídica, entendiendo al primero como el ordenamiento de la conducta social, y la renuncia al uso de la fuerza; a la segunda, como el conocimiento exacto de las acciones que son o no son correctas en una sociedad, teniendo como antivalor de la seguridad a la arbitrariedad; y, a la tercera, como el trato igual para los que son iguales; y estos bienes son las bases del Estado para la satisfacción de los intereses primordiales del ciudadano.

El valor de lo jurídico se encuentra puesto al servicio de otros valores o fines, es decir que el derecho incluye una dimensión dualista del valor, en primer término corresponde a la legalidad, que es el valor que admite la observancia de la ley; y, en segundo plano, la justicia, es decir, el cumplimiento de los valores o fines de los que el derecho se constituye como portador y garantizador, que serían el orden, la seguridad y la igualdad jurídica.

Como puede apreciarse en lo antes expuesto, se presenta lo que el derecho pretende; sin embargo, la igualdad que más se acerca a la Libertad, es aquella que establezca una institución de la propiedad que permita la distribución más amplia, y que evite más eficazmente las concentraciones grandes y peligrosas de poder, como así lo establece el profesor Michael Oakeshott , quien manifiesta que la libertad política implica el derecho a la propiedad privada, una institución de la propiedad tal que permita a todo miembro de la sociedad una igualdad de derechos para disfrutar de sus capacidades personales y de cualquier otra cosa obtenida mediante los métodos de adquisición reconocidos por la sociedad; por lo que relaciona a la Libertad con los estándares de sociedad, la cual vive bajo las normas que han sido dictadas por el Estado, por lo que la Libertad se ve politizada, e inclusive limitada por el mismo Estado, comprendida la Libertad política que se ve inmiscuida en el valor de lo jurídico y la legalidad que involucra a la observancia del orden, seguridad e igualdad que deben desprenderse de las leyes.

Sí bien es cierto que el Derecho no es el medio eficiente y suficiente para alcanzar la plena Libertad política, también es cierto que históricamente ha sido un elemento para asegurar nuestros derechos, así el pueblo ha pretendido manifestarse al respecto, exige y desea que resulta necesario que de manera inmediata surja en México una sociedad empapada de lo que debe entenderse y es la Libertad política, así como los beneficios que ésta puede reportar a los pueblos. De la misma manera, la sociedad debe tener estar convencida que la Libertad política por si sola resulta impotente para lograr la felicidad de los pueblos, recordando la idea de que el pueblo debe identificarse con el tipo de gobierno en el poder por la ilusión del cumplimiento de los valores del Derecho.

Se debe dejar claro que la Libertad política proporciona al hombre el derecho de emitir su pensamiento, el derecho de reunirse, el derecho de ejercer el oficio, profesión o industria que le acomode, el derecho de transitar libremente por el territorio nacional, y entre otros muchos derechos y prerrogativas. Tiene el derecho de votar y ser votado para los cargos públicos de elección popular, derechos los cuales otorgan legalmente poder al ciudadano, cumpliendo así con el principio de proporcionalidad de poder entre la sociedad y el Estado. Sin embargo, y al estar inmersa la sociedad en un Estado de Derecho, a cambio de las libertades, se presentan las obligaciones, especificando a estas como una limitación legítima a las mismas libertades en relación a los demás individuos de la sociedad, pues es necesario establecer la característica impero-atributiva de la que está envestida la norma jurídica a la que el ciudadano se ha sujetado.

De manera inevitable, ante el poderío del Estado y su superioridad se encuentra la inferioridad social de los grupos denominados vulnerables, lo que hace completamente aparente la Libertad política, es decir, que estos grupos sociales no pueden gozar de ella plenamente. Existen elementos negativos tales como la ignorancia y la miseria que inhabilitan al hombre para pensar y emitir sus pensamientos plenamente, todo hombre que se ve sumergido en estos elementos, se ve limitado de manera cultural y política, se encuentra indiferente a la Libertad política, y aun cuando lograse pensar y emitir sus pensamientos, estos serían de una inferioridad intelectual tan marcada que su influencia sería nula por la imposibilidad de hacerlos preponderar sobre la argumentación de los hombres instruidos, y del mismo Estado que se encuentra superordinado ante tales situaciones. Intelectualmente, pues, las clases sociales desfavorecidas están subordinadas a las inteligencias de los hombres cultos y del mismo Estado.

De tal manera que se puede establecer que para poder estar en posibilidades de gozar de los derechos políticos también se necesitan la independencia económica y la instrucción, y todo hombre que pretenda dedicarse de manera honesta y sincera a trabajar por el bienestar de la sociedad debe combatir, con todas sus fuerzas, por un cambio de las condiciones políticas y sociales existentes.

En México, y para la mayoría de sus habitantes, el derecho de votar se reduce, en tales condiciones de ignorancia, a la tarea de firmar una papeleta y depositarla en la casilla, y con ello, como sociedad, nada se gana, en virtud a que sólo se provoca el cambio de los titulares de gobierno, los cuales realizan sus funciones en virtud a una serie de negociaciones políticas, lo que implica que para hacer algo bueno para la sociedad es necesario comprometerse en autorizar o permitir diferentes acciones que de alguna u otra manera limitará las Libertades de la misma sociedad.

Y de esa manera la Libertad política, no tiene el poder ni la facultad de ser una herramienta para que la sociedad alcance plenamente la satisfacción de sus intereses primigenios. Lo que se necesita de forma imperiosa, no sólo en México, sino todos los países que presumen de cultura y democracia, es la libertad económica, la cual es un bien que no debería ser parte de negociaciones políticas, tal y como al respecto señalaba Carlos Marx que los obreros sólo ganan lo suficiente para seguir siendo obreros , y no variar su condición, lo que provoca una sumersión en la ignorancia, y por ende una falsa Libertad política.

Cabe señalar que el Estado, al provocarse ser laico estableció las bases para expulsar a la Iglesia del Estado y dotar de Libertad religiosa a todos, lo que es conocido históricamente como la Teoría de las Dos Espadas, en virtud a la separación de dos poderes que ejercen sobre la sociedad; sin embargo, esto no ha sido suficiente para evitar que la iglesia intervenga en los asuntos políticos del Estado, la Libertad de culto no se ha presentado como el límite de la laicidad sino que ésta abarca necesariamente también el ejercicio de la Libertad política en razón a que no existen conductas o acciones que puedan ser prohibidas por contradecir las creencias de cualquier Iglesia, las cuales pretenden extenderse a los asuntos de índole política.

Por una parte, se estableció el Estado mexicano como laico, pero por otra se omitió prohibir a los sacerdotes su expresión política. En México fue necesario que el Estado expropiara sus bienes a la iglesia católica para limitar su poder económico, lo que provocó que el clero católico se sintiera ofendido, lo que no ha sido perdonado hasta la fecha. Por el contrario, los obispos no le dan la importancia suficiente a la prohibición de criticar las leyes y las instituciones, lo que se da así por qué en esta materia las violaciones a la Constitución son impunes por ser toleradas, lo que es aprovechado y únicamente han servido para echar en cara al Estado laico las victorias ganadas por la Iglesia; y en esa situación, la laicidad sufre agravios, siendo que no busca prohibir la expresión de nadie sino que pretende reivindicar las libertades, incluida la política. Se debe indicar los sacerdotes deben obediencia al Vaticano, el cuál es un Estado extranjero, por lo que no deberían disfrutar de una Libertad política plena. No se pretende que lleguen a perder su derecho al voto, pero los clérigos, al menos los mexicanos en este país, son ciudadanos y de ninguna manera pueden o deben estar limitados en sus derechos por dedicarse a una determinada profesión, pues así es protegida dicha garantía por la Constitución Mexicana; en tal función, México se ha permitido firmar diversos tratados sobre derechos civiles y políticos que no se ven reflejados en la legislación interna, lo que es una evidente contradicción.

En tal tesitura, Arnoldo Martínez Verdugo , en el año 1978, planteó la Libertad política para todos los individuos, incluyendo, de manera natural y lógica a los sacerdotes, sin embargo, parte de la sociedad, principalmente política, se declaró abrumada y en ese entonces se rechazó tal pretensión. Algunos años después, cuando las corporaciones eclesiásticas fueron reconocidas plena y legalmente, a tal grado que se permitió la enseñanza religiosa en las escuelas privadas, se mantuvo la prohibición a los clérigos de criticar leyes e instituciones. Con tal situación, la iglesia católica expresó su conformidad y la restricción a la Libertad de expresión política de los sacerdotes no se ha vuelto a discutir. Por otra parte, los partidos religiosos están prohibidos para todos; las cualidades para ser votado están en otros preceptos diferentes a los religiosos y tienen otros motivos y no existe una propuesta en el sentido de modificar alguna de esas dos cosas.

La sociedad no tiene voz, aunque tenga voto; tomando en cuenta que la desinformación contaminante se sobrepone a la información real y utilitaria. Ellos tienen una influencia poderosa en la toma de decisiones. Los medios de comunicación ofrecen pautas de conducta, modelos, actitudes y actividades que forman parte del comportamiento diario de la sociedad; y ésta adopta diferentes costumbres, emociones, actividades, opiniones y estereotipos que son determinantes en la toma de decisiones y en la Libertad política de los individuos.

Por ello, es urgente crear una conciencia en la sociedad que haga surgir en ésta una necesidad de recepción crítica y de manera activa, y provoque individuos capaces de analizar los mensajes emitidos por los medios de comunicación para ejercitar de manera plena su Libertad política.

Entonces, lo antes planteado hace pensar que en la realidad, la sociedad no ejercita, como debería, y no puede ejercitar sus derechos políticos; pero eso no lo descarga de las obligaciones que le impone la ley; que el Estado no procura el libre ejercicio de la Libertad política, y la iglesia sólo pretende ser un acusador de las situaciones de gobierno que no le favorece, o de las que no encuentra identidad.

De tal manera, y al ser la Libertad política uno de los derechos fundamentales del individuo, y no obstante a que los esfuerzos por limitarla se han vuelto institucionales, dicha Libertad debe ser una prioridad para el Estado, como condición previa del desarrollo económico y del cambio social. El Estado tiene la obligación de garantizar la Libertad política de los individuos, sea cual fuere su condición, aún y cuando contravengan los intereses políticos, en tal virtud no es posible estar atendiendo la idea de Maquiavelo permitiendo que se violen la garantía de Libertad política en aras de justificar el fin del Estado de proteger los intereses de la sociedad, pues sería una completa restricción a los derechos del ser humano, y más aún sería en contra de su voluntad, violentando también la dignidad humana.

La Libertad política va más allá de los derechos a votar y ser votado, de la posibilidad de formar o pertenecer a un partido político; es uno de los derechos fundamentales más importantes que los ciudadanos tienen al ser una condición previa para el desarrollo de las naciones, como ya se asentó.

Es, junto a la libertad de expresión, la herramienta mediante la cual los ciudadanos pueden participar de manera efectiva en la toma de decisiones que, de alguna u otra manera, traerán afectaciones a su esfera jurídica y generará los antecedentes que servirán de cauce del camino que tomarán las futuras generaciones.

Es imprescindible tomar consciencia de la libertad política, ejercerla con voluntad y determinación para poder así enfrentar los retos que se presentan como nación en el plano nacional e internacional y sólo se puede tener consciencia tomando una postura activa, manifestando el interés, conocer las propuestas legislativas, de las reformas que se plantean; lo cual se logra con la libertad de los medios de comunicación y con el acceso a la educación, derechos que debemos defender a capa y espada.

Mas esta libertad exige ser conquistada día a día, atendiendo a la evolución conceptual de los derechos del hombre, misma que se traduce en la adopción de estándares axiológicos más altos.

La sociedad ha dado pasos importantes en su liberación de toda ideología religiosa o política dominante y represiva, pero se encuentra desprovista del ejercicio pleno de la voluntad, y Libertad sin dominio de la voluntad es sinónimo a indecisión o error.

De tal forma que, es a través del pleno ejercicio de la libertad política que podemos ejercitar una verdadera democracia, ya que parafraseando a Harry Truman: “La libertad es el derecho de elegir a quienes tendrán la obligación de limitárnosla”.

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