La Quinta Disciplina
felipeol6 de Abril de 2012
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LA QUINTA DISCIPLINA
INTRODUCCIÓN
Desde muy temprana edad nos enseñan a analizar los problemas, a fragmentar el mundo. Al parecer esto facilita las tareas complejas, pero sin saberlo pagamos un precio enorme. Ya no vemos las consecuencias de nuestros actos; perdemos nuestra sensación intrínseca de conexión con una totalidad más vasta. Cuando tratamos de ver la “imagen general” tratamos de ensamblar nuevamente los fragmentos, enumerar y organizar todas las piezas.
Las herramientas e ideas presentadas están destinadas a destruir la ilusión de que el mundo está compuesto por fuerzas separadas y desconectadas. Cuando abandonamos esta ilusión podemos construir “organizaciones inteligentes”, organizaciones donde la gente expande continuamente su aptitud para crear los resultados que desea, donde se cultivan nuevos y expansivos patrones de pensamiento, donde la aspiración colectiva queda en libertad, y donde la gente continuamente aprende en conjunto.
“La capacidad de aprender con mayor rapidez que los competidores quizás sea la única ventaja competitiva sostenible”. Al crecer la interconexión en el mundo y la complejidad y el dinamismo en los negocios, el trabajo se vincula cada vez más con el aprendizaje. Ya no basta con tener una persona que aprenda para la organización, llámese Ford, Sloan o Watson. Ya no es posible “otear el panorama” y ordenar a los demás que sigan las órdenes del “gran estratega”. Las organizaciones que cobran relevancia en el futuro serán las que descubran como aprovechar el entusiasmo y la capacidad de aprendizaje de la gente en todos los niveles de la organización.
Quizás la razón de mas peso para construir organizaciones inteligentes es que solo ahora comenzamos a comprender las aptitudes que dichas organizaciones deben poseer. Durante largo tiempo, los esfuerzos para construir organizaciones inteligentes fueron como avances a tientas, hasta que se llegaron a conocer las aptitudes, conocimientos y caminos para el desarrollo de tales organizaciones. Lo que distinguirá fundamentalmente las organizaciones inteligentes de las tradicionales y autoritarias “organizaciones de control” serán el dominio de ciertas disciplinas básicas. Por eso son vitales las “disciplinas de la organización inteligente”.
LAS DISCIPLINAS CENTRALES
DOMINIO PERSONAL
Las organizaciones sólo aprenden a través de individuos que aprenden. El aprendizaje individual no garantiza el aprendizaje organizacional, pero no hay aprendizaje organizacional sin aprendizaje individual
Kuzuo Inamori, fundador y presidente Kyocera (líder mundial en tecnologías de cerámicas utilizadas en componentes electrónicos) declara: “En cualquier organización la fuerza activa es la gente. Y la gente tiene su propia voluntad, su propio parecer y su propio modo de pensar. Si los empleados no están motivados para alcanzar metas de crecimiento y desarrollo tecnológico... no habrá crecimiento, mayor productividad ni desarrollo tecnológico”. Inamori cree que explotar el potencial de la gente requerirá de una nueva comprensión de la “mente subconsciente”, la “fuerza de voluntad” y la “acción del corazón... el sincero deseo de servir al mundo”. Inamori argumenta que los directivos deben redefinir su tarea. Deben abandonar el “viejo dogma de planificar, organizar y controlar” para comprender “el carácter casi sagrado de su responsabilidad por la vida de tantas personas”. La tarea fundamental de los directivos consiste en “brindar las condiciones que capaciten a la gente para llevar vidas enriquecedoras”.
“Dominio personal” es la expresión que Senge usa para la disciplina del crecimiento y el aprendizaje personal. La gente con alto nivel de dominio personal expande continuamente su aptitud para crear los resultados que busca en la vida. De su búsqueda de aprendizaje continuo surge el espíritu de la organización inteligente.
El dominio personal trasciende la competencia y las habilidades, aunque se basa en ellas. Trasciende la apertura espiritual, aunque requiere crecimiento espiritual. Significa abordar la vida como una tarea creativa, vivirla desde una perspectiva creativa y no meramente reactiva.
Cuando el dominio personal se transforma en disciplina - una actividad que integramos a nuestra vida - encarna dos movimientos subyacentes. El primero consiste en clarificar continuamente que es importante para nosotros. A menudo pasamos tanto tiempo afrontando problemas en nuestra senda que olvidamos por qué seguimos en esa senda. El resultado es una visión borrosa e imprecisa de lo que realmente nos importa. El segundo consiste en aprender continuamente a ver con mayor claridad la realidad actual. Al moverse hacia un destino deseado, es vital saber donde estamos ahora parados. La yuxtaposición entre visión (lo que deseamos) y una clara imagen de la realidad actual (donde estamos en relación con dónde deseamos estar) genera lo que denominamos la “tensión creativa”: una fuerza para unir ambos puntos, causada por la tendencia natural de la tensión a buscar resolución. La esencia del dominio personal consiste en aprender a generar y sostener la tensión creativa en nuestras vidas.
En este contexto “aprendizaje” no significa adquirir más información, sino expandir la aptitud para producir los resultados que deseamos. Se trata de aprendizaje generativo. Y las organizaciones inteligentes no son posibles a menos que en todos los niveles haya personas dispuestas a practicar esa forma de aprendizaje.
Las gentes con alto dominio personal comparten varias características. Tiene un sentido especial del propósito que subyace a sus visiones y metas. Para esas personas una visión es una vocación y no sólo una buena idea. Ven la realidad actual como un aliado, no como un enemigo. Han aprendido a percibir las fuerzas del cambio y a trabajar con ellas en vez de resistirlas. Son profundamente inquisitivas y desean ver la realidad con creciente precisión. Se sienten conectadas con otras personas y con la vida misma. Sin embargo no sacrifican su singularidad. Se sienten parte de un proceso creativo más amplio, en el cual pueden influir sin controlarlo unilateralmente.
Viven en una contínua modalidad de aprendizaje. Son muy conscientes de su ignorancia, su incompetencia y sus zonas de crecimiento y sienten una profunda confianza en sí mismos.
Las personas con alto nivel de dominio personal son más comprometidas, poseen mayor iniciativa, tienen un sentido más amplio y profundo de la responsabilidad en el trabajo y aprenden con mayor rapidez
En el tipo de organización que procuramos construir, el pleno desarrollo de las personas está en el mismo plano que el éxito financiero.
Algunos temen que el dominio personal amenace el orden establecido de una compañía bien administrada. Es un temor valido. Otorgar poder a la gente dentro de una organización no alineada puede ser contraproducente. Si la gente no comparte una visión común ni “modelos mentales” comunes acerca de la realidad de los negocios, el poder que reciba sólo aumentará el estrés organizacional y las dificultades para mantener la coherencia y el rumbo. Por eso la disciplina del dominio personal se debe ver siempre como una más dentro del conjunto de disciplinas de una organización inteligente. El compromiso empresarial con el dominio personal es ingenuo y necio si los líderes de la organización carecen de capacidad para construir una visión y modelos mentales compartidos que sirvan de guía a quienes toman decisiones locales.
La Disciplina del Dominio Personal
El desarrollo del dominio personal comienza por abordarlo como una disciplina, una serie de practicas y principios que se deben aplicar para ser útiles.
Visión personal: Una visión real no se puede comprender al margen de la idea de propósito. Con propósito nos referimos a por qué un individuo cree que está vivo. Como premisa fundamental la idea tiene una gran potencia. Entre otras cosas, implica que la dicha puede ser un resultado de vivir en coherencia con nuestro propósito. Algunas organizaciones expresan este mismo principio con la expresión de “interés genuino”. Pero visón no es lo mismo que propósito. Propósito es similar a dirección, a un encabezamiento general. La visión es un destino específico, la imagen de un futuro deseado.
El propósito es abstracto. La visión es concreta. Podemos decir que nada existe hasta que existe una visión. Pero también podemos decir que una visión sin propósito es sólo una buena idea.
Cuando la visión se alcanza (o no), nuestro sentido de propósito nos guía más allá, nos impone una nueva visión. Por eso el dominio personal debe ser una disciplina. Es un proceso de focalizarse continuamente, una y otra vez, en lo que una desea de veras, en nuestras visiones.
Sostener la tensión creativa: Con frecuencia la gente siente gran dificultad para hablar de sus visiones, aunque las visiones sean nítidas. ¿Por qué?. Porque tenemos la dolorosa conciencia de la brecha que existe entre nuestra visión y la realidad. “Me gustaría fundar mi propia compañía pero no tengo capital”. Estas brechas pueden crear la impresión de que una visón es fantasiosa o antojadiza.
Pueden desalentarnos o angustiarnos. Pero la brecha entre visión y realidad es también una fuente de energía. Si no hubiera brecha, no habría necesidad de acción para moverse hacia la visión. La brecha es fuente de energía creativa. Llamamos a esta brecha tensión creativa.
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