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La Responsabilidad Social Del Arquitecto


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  1.455 Palabras (6 Páginas)  •  1.184 Visitas

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1. Introducción

La arquitectura es el fiel reflejo del hombre material y espiritualmente. No sólo se escucha como la música, o se observa como la pintura; la arquitectura se vive, y se vive con todos los sentidos, se disfruta o se sufre, nos resulta cómoda o incómoda. Por eso la arquitectura necesita mucho más que tener cierto sentido estético, tiene que favorecer siempre los gustos y las necesidades de quien la vive, la goza o la sufre.

La arquitectura no es obra únicamente de los arquitectos, es obra de una sociedad entera. En ella se reflejan sus necesidades, sus gustos, su geografía, su cultura, etc. Entonces, ¿el arquitecto es un mero traductor, o puede ser también un innovador?

El papel del arquitecto ha cambiado a través de los años. En las sociedades primitivas se hacía arquitectura sin arquitectos, no había ningún especialista, la gente construía de una manera tan natural como lo era cazar, cultivar, practicar ritos, etc.

En las primeras sociedades, la arquitectura y quienes la realizaban estaban plenamente identificados, pues reflejaba sus gustos, sentimientos, necesidades y cultura. Y es por eso que cada región tenía un estilo único. Antes se hacía naturalmente, mediante la experiencia y los aciertos y errores lo que hoy se realiza a través de múltiples ensayos para conseguir un prototipo. En aquellos tiempos construir era un fenómeno corriente dentro de un patrón predeterminado, como el lenguaje o el vestido.

Hoy, dada la complejidad del mundo moderno, nuestro papel ha dejado de ser natural, por lo tanto no estamos integrados, no estamos confundidos en la sociedad.

Hoy en día, el papel del arquitecto es diferente según el país y el lugar donde se ubique:

En un país de economía libre, estará sometido al principio de la oferta y la demanda. Será exitoso en la medida que satisfaga las necesidades de una sociedad individualista. Solamente servirá a una minoría elitista, y el hombre común, que forma las mayorías será relegado al contratista, al productor industrial o a otros profesionales.

En los países de economía socialista, trabaja de forma masiva, cumpliendo instrucciones dictadas por las necesidades sociales. El edificio personalizado e individual cede el paso al edificio que se repite en serie. El arquitecto se mueve dentro de un marco económico, social y político que en mayor o menor medida, le marca el camino.

En conclusión, podemos decir que la arquitectura tendrá éxito en la medida en que se confunda y se compenetre con su tiempo y con la sociedad a la cual sirve.

2. La situación social del arquitecto

El profesional en general, y entre ellos el arquitecto, que debe su subsistencia al cobro de honorarios, sólo le es posible trabajar para aquellos que puedan pagar su proyecto. En consecuencia, ejerce su profesión dentro de un medio social que tiene alto nivel cultural, a la altura de grupos similares en los países más avanzados del mundo.

Los arquitectos son profesionales que en su mayoría poseen una amplia visión del mundo contemporáneo, además los medios de comunicación modernos permiten tener en su propio taller ejemplos de las principales obras construidas en cualquier parte del mundo.

El arquitecto entonces, tiende a mirar más hacia afuera porque su fuente de inspiración es externa, y porque el nivel cultural de su clientela, le exige modelos extranjeros, sean o no adaptables a cada país.

Los problemas sociales actuales hacen que la clientela potencial del arquitecto sea muy limitada, debido a la incapacidad económica y/o cultural para solicitar sus servicios de la gran mayoría de la población. Esto explica el escapismo de los arquitectos hacia soluciones individualistas sin ninguna repercusión social. Soluciones de tipo esteticista que satisfacen una reducida clientela. También explica la frustración de muchos arquitectos que intentan resolver los problemas de los grupos de menores recursos económicos.

Últimamente han surgido empresas estatales con el fin de resolver los problemas de vivienda de los sectores pobres de la sociedad. Así surge el término de “vivienda de interés social”, que en una u otra forma, constituye siempre una vivienda subsidiada.

3. Posibilidades a diversos niveles

El arquitecto, como todos los profesionales, constituye una minoría y, por lo tanto, es un ser privilegiado, situación que le da derechos, pero también obligaciones. El problema está en que sea capaz de devolver a la sociedad, en servicios, lo que ésta le dio al formarlo. El ejercicio privado de la profesión es un derecho que tiene como todo ciudadano para proporcionarse su subsistencia, pero en países pobres, de economía en desarrollo, sería faltar a una obligación sagrada el limitarse a este reducido trabajo. Sería como el sastre de lujo en un país de desnudos.

Es necesario que el arquitecto a través de su profesión deje de lado su torre de marfil e ingrese en equipos

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