La Sub-utilización De Los Recursos Humanos En Venezuela

ESTUDIO DETALLADO O PORMENORIZADO DE LAS DISTINTAS MANIFESTACIONES DE SUBUTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS EN VENEZUELA

La subutilización entendida de una manera simple consiste en darle a algo especifico un uso distinto para lo cual fue creado.

Ahora bien, ya no se duda que el capital más importante en cualquier proceso productivo lo representan las personas, pero su importancia no se mide en términos cuantitativos monetarios, como ocurre con otras formas del acervo material, sino con indicadores cualitativos sociales, pues su valor está dado por los conocimientos que poseen y la capacidad de que disponen para desempeñarse con productividad, esto es, con eficiencia y eficacia, en una sociedad sujeta a un creciente proceso de globalización. Es necesario que se entienda mejor que el ser humano no es un factor más de la producción sino el factor, por excelencia, de la producción, y es el trabajo humano lo que hace conmensurable a bienes y servicios muy distintos. Si bien los factores inanimados ayudan a dar forma al producto del trabajo, el significado y el contenido del trabajo está sólo en los mismos hombres y mujeres.

Entendiendo entonces la importancia del capital humano en el proceso productivo de cualquier organización, ya sea pública o privada, sin importar la razón social de la misma, se puede decir que en nuestro país se evidencia una falta de oportunidades de empleo reales donde los venezolanos, que constantemente están egresando de la gran cantidad de universidades existentes en el país, puedan desempeñar una labor en torno a los conocimientos adquiridos durante su periodo de formación académica.

No es una fantasía que en Venezuela en los últimos años han estado egresando constantemente miles de profesionales en distintas áreas del conocimiento, pero también es cierto que nuestro país no cuenta con la cantidad de empresas necesarias para captar a este personal, originándose por consiguiente el desempleo y el aumento de la economía informal.

Aunado a esto se encuentra el hecho de que las personas en su desespero por conseguir un empleo que le permita subsistir y el mantenimiento de su familia, en la mayoría de los casos, aceptan cualquier cargo dentro las organizaciones, aun sin que este sea o este acorde con su preparación académica; situación esta que genera la subutilización de los recursos humanos en las empresas.

Pero lamentablemente a esta realidad hay que sumarle el hecho de que en nuestro país, los recursos humanos no son administrados correctamente por las empresas, porque una cosa es contratar a una persona sin el perfil adecuado para ocupar un puesto vacante dentro de la organización y otra distinta es no brindarle a éste el adiestramiento y la capacitación necesaria para desempeñarse de manera eficiente en su puesto de trabajo.

Es lamentable, encontrarse con un significativo número de empresas en donde su liderazgo administrativo, muchas veces se caracteriza por ser poco participativo, más bien autocrático desfavoreciendo los logros de la empresa y afectando seriamente la utilización correcta de cómo debe ser manejado el recurso humano, transformándose muchas veces en altos costos que afectan significativamente el recurso financiero de la empresa

Actualmente, los recursos humanos no son administrados como corresponden, lo cual generan altos costos por improductividad. Si se adoptan medidas para la adquisición de insumos verificando su calidad, otro tanto debe hacerse con los recursos humanos. No sólo cuentan las aptitudes y capacidades, sino que en la actual gestión se le tiende a dar una importancia fundamental a la cultura y comportamiento de la organización y del sector o área dentro del cual debe desempeñarse el individuo, de manera de seleccionar a este no sólo por sus capacidades, sino además por las aptitudes para integrarse armónicamente al grupo de trabajo.

Pero, más allá de los cálculos económicos, la subutilización de los profesionales tiene un costo social y psicológico: la sensación personal de frustración cuando el joven egresado no logra alcanzar las expectativas por las que ha luchado y la percepción de que se vive en la sociedad actual en las que el éxito no tiene relación con la capacidad o el esfuerzo individual, sino con estructuras de poder que distribuyen recompensas de acuerdo a criterios que no toman en cuenta el desempeño personal.

Cabe destacar que existe una importante subutilización de recursos humanos que, luego de pasar por un largo y costoso proceso educativo, no encuentran empleo en las actividades para las cuales se formaron. Esto implica costos para el Estado, que financia parte de la educación superior, para las familias, que deben restringir sus gastos para financiar la educación de sus hijos y para los jóvenes, que deben invertir tiempo y dedicación para la obtención de una formación.

Al contrario de lo que indica el sentido común, y de lo que puede ocurrir en otro tipo de sociedades, en el caso estudiado la falta de oportunidades no se expresa en un desempleo masivo de titulados universitarios, sino en formas menos evidentes de lo que hemos llamado la subutilización invisible.

Esto es, formas de subempleo y de trabajo en ocupaciones para las que se está sobre calificado; y no podría ser de otra forma, si se considera el hecho de que no existen mecanismos de seguridad social que le permitan a alguien estar desempleado durante mucho tiempo. La persona no puede esperar hasta que aparezca el empleo que quiere, sino tomar el primero que le permita generar ingresos.

A pesar de que desde el punto de vista social no se emplea plenamente la capacidad de los recursos humanos que se han formado, desde una perspectiva individual la educación continúa siendo un mecanismo para acceder a mayores ingresos, aún cuando no se trabaje en la profesión que se estudió.

Las remuneraciones que obtienen los egresados universitarios son sensiblemente mayores a las que reciben las personas que no han estudiado, independientemente de la actividad que realicen, lo cual refuerza la idea de que, a pesar de todo, la educación continúa siendo importante como mecanismo de movilidad social. Los egresados han mejorado sus ingresos pero no por las vías esperadas, pareciera que la necesidad, madre de la creatividad, impulsa formas inéditas de movilidad social, que podrían estar escapando a la capacidad de interpretación que se tiene con los actuales marcos analíticos.

No obstante, el impacto positivo que la educación tiene, independientemente de si se ejerce o no la carrera estudiada, hay un grupo importante de profesionales que aunque se desempeñan

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