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La disciplina, la instrucción y la personalidad del docente


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2014  •  3.158 Palabras (13 Páginas)  •  271 Visitas

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aprendizaje. Según ellos, un profesor debe: respetar, aceptar y atender al alumno; proponer metas gratificantes así como contenidos significantes; o crear un clima que facilite las relaciones personales. En la medida en que sus profesores no reúnen las características del “buen docente”, los estudiantes consideran que éstos también son responsables de su situación de fracaso. Esta situación provoca en el día a día un ambiente escolar de incomunicación, incomprensión, aburrimiento y desarraigo, que inevitablemente incidirá en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La percepción que los estudiantes tienen de sus profesores. Cuando los escolares expresan lo que esperan de sus profesores hacen referencia, fundamentalmente, a cualidades tanto personales como profesionales que éstos deben poseer y cumplir, respectivamente. Según R. Nash (1978), las características que los estudiantes manifiestan en sus percepciones como deseables en el desempeño del rol docente son las siguientes:

a) En primer lugar, y en relación con la disciplina, el profesor, ante todo, tiene la obligación de mantener el orden en la clase.

b) En segundo lugar y una vez impuesta la disciplina, se espera que el profesor enseñe temas bien definidos y específicos. Este aspecto es valorado fundamentalmente en función de que el profesor mantenga o no ocupados a los escolares así como la posibilidad que ofrece éste para que los alumnos intervengan o no con sus comentarios en el desarrollo de las clases. No obstante, el profesor, además de enseñar, debe hacer lo posible para que aquello que se está explicando se entienda, mostrando en todo momento su disponibilidad para ayudarles.

c) Por último, los profesores en su trato con los escolares deben mostrase justos, amistosos e interesantes. La justicia en un profesor se valora en función de que las decisiones que tome ante determinadas situaciones no sean incongruentes, ofensivas ni orientadas por el favoritismo hacia un alumno o grupo de alumnos en concreto. Por su parte, las muestras de amistad por parte del profesorado hacia sus alumnos son percibidas por estos últimos como un premio; es algo que no se espera, pero cuando la reciben lo agradecen. Desde un punto de vista profesional y personal, un docente es valorado como interesante cuando éste muestra claridad en aquello que enseña y sabe cómo exponer el tema de una forma que sea comprendido por todos. En definitiva, el profesorado mejor valorado por los escolares es aquel que se caracteriza por ser tranquilo y afectuoso y con el cual se puede conversar fácilmente y compartir bromas con el grupo como síntoma de complicidad.

d) La percepción que tienen los escolares de las actividades del aula. El hecho de que, en la mayoría de los casos, los objetivos y contenidos de la enseñanza no se presenten a los estudiantes de forma clara y explícita, no quiere decir que éstos no perciban, a través del desarrollo del proceso educativo, las intenciones que subyacen en las actividades y directrices que reciben de los docentes. Conocer las percepciones u opiniones que los estudiantes tienen sobre la conducta de los profesores y los procesos educativos desarrollados en el aula pueden ayudarnos a valorar si existe correspondencia entre lo que se planifica y lo que finalmente se proyecta a los destinatarios en el proceso educativo. De acuerdo con esta hipótesis, D. Glover y S. Law (2004) realizaron un estudio en el que pudieron inferir algunos de los elementos que son valorados por el alumnado como favorecedores del proceso educativo: un ambiente escolar apropiado y estimulante; disponibilidad de los recursos (p.e. los libros, material deportivo); ayuda y motivación por parte de los profesores tanto en el logro de conocimientos como de las principales habilidades; un aprendizaje significativo, adecuado e interesante.

En esta percepción favorable del proceso educativo experimentado en el aula, la conducta del profesor tiene un papel fundamental. La disciplina, la instrucción y la personalidad del docente se revelan como los principales elementos que influyen en la creación de una imagen positiva de la escuela. En relación con estos elementos, H. Hargreaves (1978) señala que los alumnos manifiestan actitudes de agrado o desagrado según el status que adopte el docente sobre la base de los roles asumidos y practicados. Así, la disciplina, como prerrequisito para una enseñanza adecuada, se valorará positivamente en la medida en que el docente la utilice como medio para mantener el control en la clase sin ser demasiado rigurosos, para fomentar equidad con los alumnos (evitando con ello los favoritismos) o para la imposición de castigos cuando no se cumplan las normas establecidas, aunque éstos no deben ser extremos.

La instrucción, como tarea prioritaria del docente, debe desarrollarse en un ambiente de cordialidad, apertura, apoyo y motivación por parte del profesorado. Por último, se creará un clima cordial, relajado y amigable en las relaciones interpersonales que se desarrollen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, si la personalidad del docente se relaciona con características como la jovialidad, paciencia, comprensividad, sentido del humor e interés por los alumnos como personas singulares.

La siguiente variable de estudio de la investigación es el Rendimiento Académico y área de comunicación y esta definido por:

Los “términos de evaluación educativa y rendimiento académico, con frecuencia son considerados sinónimos” (Rodríguez & Gallego, 1992, p. 7). Debido a la diversidad de definiciones consultaremos el Diccionario Pedagógico, este indica que el “rendimiento, es la relación entre lo obtenido y el esfuerzo empleado para obtenerlo. Nivel de éxito en la escuela, en el trabajo, etc. Respuesta satisfactoria a las exigencias” (Crisólogo, 2004, p.325). Para Martínez (2007), desde un enfoque humanista, indica que el rendimiento académico, es “el producto que da el alumnado en los centros de enseñanza y que habitualmente se expresa a través de las calificaciones escolares” (p. 34). Según el Diccionario Enciclopédico de Educación, rendimiento académico es un: Nivel de conocimiento de un estudiante. Intervienen factores como el nivel intelectual, la personalidad, la motivación, las aptitudes, los intereses, los hábitos de estudio, la autoestima o la relación profesor-alumno. Cuando se produce un desfase entre el rendimiento académico y el rendimiento que se espera del alumno, se habla de rendimiento discrepante, un rendimiento académico insatisfactorio es aquel que se sitúa por debajo del rendimiento esperado. En ocasiones puede estar relacionado con los métodos didácticos. (Marti, 2003, p. 376).

Para Adell, (2004) el rendir es alcanzar el mejor resultado en el menor tiempo y esfuerzo posibles,

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