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La enseñanza y el docente


Enviado por   •  25 de Agosto de 2019  •  Trabajos  •  1.648 Palabras (7 Páginas)  •  63 Visitas

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Instituto Superior de Formación Docente Nº6

Profesorado en P.E.I y P.E.P

AEDE: Lengua

1ºE. Turno vespertino

Prof. Juliana Fernández

Trabajo Practico Nº1: “El saber didáctico”

Nombre y Apellido: Julieta Pamela Rios

Fecha de entrega: 13/05/2019

5. La enseñanza y el docente:

La enseñanza es la acción del docente que va a cumplir un papel en la sociedad, transcurriendo en un contexto histórico, social, cultural, etc. Cumplir este papel, implica una organización de actividades.

El profesor y su acción tiene ciertas características, como: en primer lugar, la enseñanza está encausada con una finalidad pedagógica, su intencionalidad se vincula en transmitir saberes en un proyecto educativo, situándose así bajo una asimetría con el estudiante.

En los objetivos, propósitos y contenidos a enseñar vamos a encontrar la intencionalidad educativa.

Pensar al docente como actor social supone reconocer la intención que dan sentido y dirección a las reflexiones y decisiones a qué y cómo enseñar.

Darle al alumno la confianza para resolver problemas, desarrollar el aprecio por las obras de arte, fomentar una actitud solidaria y el desarrollo de proyectos comunitarios, son puntos que cuentan como propósitos educativos y tienen como consecuencia, por ejemplo, a la hora de seleccionar un texto, diseñar una actividad, etc.

Al momento de definir propósitos y objetivos, los docentes se remiten a preguntas y tratan una serie de discusiones que llevan a cómo hacerlo, qué textos usar, etc.

Hablar de enseñanza es entrar en consideraciones acerca de qué es lo correcto, lo justo, en cada situación.

Que los docentes tengan propósitos y persigan objetivos claros no significa que la enseñanza no esté exenta de una cierta dosis de resolución. Es decir, por una parte es difícil establecer si la intervención docente ha dado sus frutos esperados. La enseñanza se ve como una forma de influencia, a largo plazo.

Por otro lado,  anticipar metas deseadas no impide que el docente este alerta de lo nuevo, lo no previsto. Parte de la tarea docente es “saber aprovechar la ocasión” en el encuentro pedagógico con el alumno. (Meirieu)

En segundo lugar, enseñar es la acción que está orientada hacia los otros y realizada con el otro. Es decir, en primera instancia, la enseñanza requiere de un proceso de comunicación. No hay dudas de que la forma de organización social de la tarea y el modo de comunicarse es relevante.

En la escuela la interacción se da en los alumnos, el grupo se relaciona y realizan intercambios que se desarrollan en el tiempo generando afinidades, alianzas, exclusiones, etc. Cada uno de los grupos es único, ya que su singularidad se va dando por las características de sus integrantes. Vale aclarar que no cualquier conjunto de personas es un grupo.

En un sentido más amplio, la enseñanza, se da en una disposición al sujeto-alumno. La acción pedagógica es una forma de influencia que va dirigida en una dirección determinada, hacia lo que se supone que es el bien para el niño o el joven.

El discurso pedagógico se ha ocupado de reproducir, las actitudes que deberían caracterizar al educador; confianza, aprecio, empatía, tolerancia, sensibilidad, etc.; es lo que se espera que apelen para las virtudes que están en la base de una buena enseñanza pedagógica.

Es importante encarar la enseñanza como forma de dialogo, el dialogo requiere de una comprensión de ambas partes, respeto, disposición a escuchar y poner a prueba las propias limitaciones y prejuicios (Burbules).

La enseñanza involucra un encuentro humano, ya que enseñar es participar en el proceso que lleva a formar una persona.

En tercer lugar, enseñar es desempeñar un papel de mediador entre los educandos y los saberes. El vínculo que el educador entabla con el alumno está marcado por el interés de facilitar su acceso a ciertos objetos culturales.

Por eso la actividad de enseñanza posiciona al docente en una condición de dos caras: esta de cara al alumno pero también ocupa una posición en relación con el saber. No implica solo el contenido y el conocimiento que posee acerca de su material de enseñanza, sino que lleva la marca personal del proceso que dio lugar a su construcción.

Hay factores sociales e históricos que operan en la construcción de esta relación; como ya se sabe, en la escuela se enseñan conocimientos, lenguajes, normas, modos de hacer que una sociedad produce y considera valiosos. Y los docentes son los que van a brindarles a los alumnos, saberes que fueron construidos por otros actores sociales, lo cual su propósito no tiene que ver directamente con la educación de niños y jóvenes. Por otra parte, esos saberes son públicos y forman parte de lo emocional, intelectual y técnico de una sociedad (Stenhouse).

Los docentes suelen tener escaza participación en las decisiones relacionadas al modo en que esos saberes son incluidos en el currículo y el lugar que ocupan en la formación.

El conocimiento del docente tiene de su materia y la relación que establece con ese saber, se inscriben en su historia como sujeto y, por lo tanto, están acompañados de representaciones que lo identifiquen.

En cuarto lugar, la enseñanza enfrenta  al docente a estar en situaciones contantemente inéditas, complejas, que tienen lugar en escenarios inciertos.

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