ENFOQUES DE ENSEÑANZA Y LA LABOR DOCENTE

ENFOQUES DE ENSEÑANZA Y LA LABOR DOCENTE.

 Según G. Fenstermacher y J. Solis (1998) los diseñadores de políticas y reformadores educativos parten del supuesto de que la juventud necesita aprender ciertas cosas para llegar a ser ciudadanos y trabajadores capaces y competentes en una sociedad globalmente competitiva.

Los citados autores realizan un interesante y claro aporte sobre los enfoques de enseñanza. Aportes  teóricos que colaboran para reflexionar sobre algunas concepciones básicas de la labor docente. Ya que, tal como ellos lo señalan, “la manera de entender la docencia  tendrá un gran efecto en lo que haga el docente”

A continuación se ahondará  en cada uno de ellos:

a). El primer enfoque que mencionamos es el denominado “Ejecutivo”  cuya filosofía se asienta en los postulados del positivismo y el conductismo, caracterizado por la importancia otorgada al tiempo empleado en la enseñanza;  las indicaciones sobre el aprendizaje; la retroalimentación evaluativa y la corrección de errores, la  generación de oportunidades de aprendizaje; y  la adquisición de conocimientos específicos.

 El docente es visto como un gerente de una fábrica, como un ejecutivo que planifica, ejecuta el plan, evalúa sus esfuerzos, hace la revisión y vuelve a actuar.

Respecto al indicador tiempo, es el docente  quien toma las decisiones sobre el modo en que distribuirá el tiempo de los estudiantes  dentro del aula.

 Las indicaciones sobre el aprendizaje son como mapas y carteles de señales,  que son empleados  para alertar a los alumnos sobre lo que hay que aprender y también el modo en que hay que alcanzar esos saberes.

 En el caso de la retroalimentación evaluativa, se refleja cuando los docentes  corrigen rápidamente los errores tanto de las tareas escritas como orales. El refuerzo  se observa cuando  va desde una sonrisa fugaz llegando a recompensas más tangibles como dulces, u algún otro obsequio.

 Otro aspecto, relacionado con la oportunidad de aprender, tiene que ver con el contenido.

 Un docente ejecutivo  entiende a los contenidos como datos específicos, ideas, temas o perspectivas que se deben inculcar en la mente de los alumnos. Y su eficacia  se refiere a la capacidad que tiene un docente en el aula de producir resultados que se sitúen por encima de los previstos en los test estandarizados de rendimiento.  

 En este caso la enseñanza, se caracteriza por, el uso extensivo de las aptitudes ejecutivas que incluyen las técnicas de  manejo de tiempo, la educación del contenido enseñando a lo que miden las pruebas  y el ofrecimiento de suficientes oportunidades de aprender.  

 De modo que en el Enfoque Ejecutivo de la Enseñanza, y citando la siguiente fórmula DφExy, podemos sintetizar diciendo que: El docente (D) utiliza ciertas aptitudes organizacionales y de manejo  de enseñanza (φ) para impartir a los estudiantes (E), datos específicos, conceptos, habilidades e ideas (x) a fin de que tengan más posibilidades de adquirir y retener ese conocimiento  específico (y).

 El Enfoque Ejecutivo además posee similitud con el denominado modelo “Tradicional”  (R. Porlan 1993), cuyas características son las siguientes:

- Los únicos contenidos validos son los extraídos de las disciplinas.

- No son contenidos relevantes las concepciones de los alumnos, los puntos de vista no científicos, o la información proveniente del trabajo directo con la realidad.

- La estructura de contenidos seleccionados (orden, secuencia, etc.), guarda coherencia con la lógica de la disciplina formal a la que pertenece.

- Los contextos sociales en los que se produce el conocimiento disciplinar, así como los procesos a través de los cuales se lleva a su formación y aceptación por la comunidad científica no son criterios relevantes.

- El conocimiento disciplinar es un conjunto acumulativo de datos, conceptos y teorías que han superado la prueba de veracidad científica y que poseen un único significado verdadero.

- El conocimiento disciplinar es superior a cualquier otra forma de conocimiento.

- El papel social de las disciplinas y la relación con otras formas de conocimientos no son importantes como contenidos de enseñanza y aprendizaje.

- Los libros de textos poseen una información adecuada desde el punto de vista científico y psicológico.

b). En contraposición  al enfoque centrado en la transmisión de contenidos y datos específicos, G. Fenstermacher  y J.Solis  identifican el  Segundo Enfoque como: “Terapeuta”, posteriormente denominado “Cultivador”, basado en el existencialismo y el humanismo.

 En este caso la enseñanza es entendida como guía, como asistencia u orientación del alumno, y está orientada a capacitar al estudiante en la selección, elaboración y evaluación de los contenidos a ser aprendidos. El objetivo  es el desarrollo individual  del estudiante para que llegue a ser un ser humano auténtico   y autorrealizado.

 En esta perspectiva lo que el alumno es no puede separarse de lo que aprende y de cómo lo aprende.  

 El acto de enseñar está mucho menos volcado a preparar el contenido (como en el enfoque ejecutivo) para que el estudiante lo adquiera y mucho más interesado en preparar al estudiante para las tareas de elegir, elaborar y evaluar lo que aprende. De hecho el propósito de enseñar  es la de capacitar al estudiante para que se convierta en un ser humano auténtico, una persona capaz de  asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende a ser, una persona capaz de tomar decisiones.

 El rol del docente en este enfoque, se caracteriza por conocer la autenticidad del estudiante, abordándola de modo abierto  y averiguando como proyecta  desarrollarse y experimentar su mundo teniendo en cuenta esas características particulares.  El conocimiento que selecciona esta determinado en función de que le permita al estudiante afirmar su personalidad.

 En el enfoque del terapeuta se considera como propósito esencial lograr la autenticidad del estudiante.

Desde esta perspectiva la formula  DφExy se entendería del siguiente modo: el docente (D) guía y asiste la enseñanza (φ) al estudiante (E) en la selección y el aprendizaje de x (conocimiento) de modo tal que y ( en tanto resultado, constituya una persona autentica o autorrealizada)

En este enfoque uno de los aspectos centrales  en la enseñanza es el énfasis en la relación educativa.  

 Este enfoque se asemeja al modelo de curriculum “Espontaneísta o Activista” citado por R. Porlan, cuyo foco de atención es el estudiante. Este modelo se constituye a partir de las siguientes creencias implícitas:

- La enseñanza a de basarse en las motivaciones espontáneas de los estudiantes.

- Para favorecer el aprendizaje lo más importante es que los alumnos se planteen problemas que les interesan para abordarlos ellos mismos.

- Una secuencia de actividades rígidas se contraponen al proceso natural de aprendizaje y a la diversidad de ritmos y estrategias mentales de los alumnos.

   Podríamos  sintetizar que en este enfoque lo importante es, no lo que puede ser enseñando, sino más bien lo que se aprende. Aprendizaje que cada uno descubre por sí mismo, es decir en donde el alumno se apropia personalmente del contenido. De ahí que el docente no sea alguien que imparte el conocimiento y aptitudes a otro, sino que es una persona que ayuda al otro a alcanzar su propio conocimiento.

  c). Finalmente, la sistematización realizada por G. Fenstermacher y J. Solis. identifican como último  y  Tercer Enfoque, el denominado “Liberador” en tanto, como su nombre lo indica, “procura liberar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la inercia y la trivialidad de la convención  y el estereotipo” (Fenstermacher, G. y Solis, J, 1998, p. 82).

 Aun cuando ambos podrían ser ubicados como dos enfoques diferentes, incluyen dentro de este al designado como “Liberador clásico” y al llamado “Liberador crítico” (o emancipador).

 El primero, “liberador clásico”, coloca el énfasis en el contenido de enseñanza  como estructura así como en la enseñanza de las habilidades implicadas en el desarrollo de esos contenidos. Este enfoque le otorga importancia a la “manera   de enseñar” de carácter general como las virtudes morales- honestidad, integridad, disposición imparcial y trabajo justo – e intelectuales- racionalidad, amplitud de espíritu, valoración de las pruebas, curiosidad, hábito mental reflexivo y escepticismo prudente-, y las que son propias de cada campo del conocimiento- literatura, música, física.  

 Así mismo acentúa la importancia de la relación entre aquello que se dice y lo que se hace en la enseñanza. El docente debe ser modelo para el estudiante.

 El mero énfasis en el contenido, no lo hace ser un docente liberador, sino que además hay que procurar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la inercia y la trivialidad de la convención y el estereotipo. De ahí que el contenido deba ser seleccionado con el particular propósito de liberar la mente del estudiante. Cabe agregar que en la perspectiva liberiana, las virtudes  morales e intelectuales se consideran parte del contenido.

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