La globalización ha provocado una alteración crítica en los sistemas educativos de diversos países del mundo

CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

        La globalización ha provocado una alteración crítica en los sistemas educativos de diversos países del mundo; esto en relación a las numerosas transformaciones socio- económicas - político- culturales que han emergido en la sociedad producto de la globalización. Avance acelerado que ha generado que los seres humanos traten de adaptarse bruscamente a los cambios que suscitan. No obstante, cuando los mismos tratan a través de la educación asimilarlos, salen a relucir nuevas permutaciones que alargan el margen de acercamiento.

        Estas transformaciones salientes han generado nuevas formas de concebir la enseñanza y el aprendizaje, planteando la necesidad de volver a pensar el sentido y la naturaleza de la profesión docente, sobre todo en relación a la acción pedagógica que estos profesionales ejercen para afrontar de manera satisfactoria los nuevos retos profesionales, entre los cuales se encuentra el fortalecimiento de los valores.

        Los abrumantes cambios han generado secuelas tanto positivas como negativas en el contexto educativo contemporáneo. En relación a este último aspecto, se puede hacer mención a la falta de aplicación de los valores sociales, ya que según autores como Vásquez, (2013), “los valores son conocidos e identificado por el hombre, solo que su aplicabilidad no se lleva a cabo” (p.65). Situación que ha desencadenado conductas negativas en los niños, niñas y adolescentes.

        Este fenómeno se le atribuye en parte, a que los valores sociales primordiales no se enseñan ni promueven en la familia como célula fundamental de la sociedad, dejando dicha responsabilidad en manos del docente. Al respecto Vaillant, (2010) expresa: “a la escuela y a los docentes de hoy se les exige hacer todo lo que la sociedad, los estados y la familia no están haciendo” (p.67). Idea que exige una práctica pedagógica del docente que permita fortalecer y darle uso consciente a los valores.

        Al docente postmoderno, como responsable principal de los procesos enseñanza y aprendizaje, se le demanda la innovación de herramientas y estrategias que permitan cumplir a cabalidad con lo establecido en el Currículo Nacional Bolivariano, donde los valores se encuentra entre el perfil del egresado del subsistema inicial bolivariano, contexto en estudio de la presente investigación. Los mismos se establecen como parte de una formación holística del educando, permitiéndole enfrentar la realidad compleja donde se desenvuelve, actuando bajo principios y normas que enmarcan los valores sociales.

        Para Rollano (2012), los valores sociales “son aquellos principios que rigen los comportamientos humanos, y dirigen las aspiraciones de los individuos, orientándolos hacia conductas que presumen la mejora en el desarrollo de la colectividad” (P.98). Es decir, los valores no son pues el resultado de una comprensión y, mucho menos de una información pasiva, ni tampoco de actitudes conducidas sin significación propia para el sujeto.

        Es considerado como algo más complejo y multilateral pues se trata de la relación entre la realidad objetiva y los componentes de la personalidad, lo que se expresa a través de conductas y comportamientos, por lo tanto, sólo se puede educar en valores a través de conocimientos, habilidades de valoración - reflexión en la actividad práctica con un significado asumido; de aquí el papel protagónico que juega el docente en esta aspiración.

        En una sociedad cambiante es necesaria una formación integral, general y profesional, que propicie el desarrollo de la persona como un todo y favorezca su crecimiento personal, su autonomía, su socialización y la capacidad de convertir en valores los bienes que la perfeccionan; estando el docente de educación física vinculado con tal aspiración; de allí que el profesional a través de los contenidos que conforman el área académica que orienta, debe apoyar y promover el desarrollo de valores sociales como componente principal para mantener buenas y armoniosas relaciones con sus semejantes.

        La Educación Física como área académica, permite a través de sus contenidos la enseñanza y el fomento de valores sociales como la tolerancia y la identidad, entre otros; específicamente por medio de las actividades lúdicas, recreativas y deportivas que se prestan para ello, solo hace falta la disposición del docente de asumir tal tarea, propiciando clases liberadoras y actos formativos que permiten fomentar hábitos y valores conducentes al alcance de una mejor salud física, equilibrio psicosocial y, por consiguiente, una adecuada calidad de vida.

        Para autores como Pérez, (2012), “la educación física contiene una paternidad ideológica direccionada al acceso del hombre hacia los valores más elevados”. Es decir, los docentes de esta área académica tienen un fuerte peso en la transmisión de valores para que los jóvenes formen su propio autoconcepto. Ya que fruto de las clases participativas y de las interacciones - aprendizaje social que estas contienen, los niños y adolescentes van interiorizando y organizando su propia escala de valores. Los valores suponen una concepción de lo deseable, de lo preferible frente a lo opuesto, son preferencias obligatorias aprendidas en el proceso de socialización llevado a cabo en la escuela- familia y sociedad.

        En atención a lo planteado, integrar los valores sociales, tema central del actual estudio, al aprendizaje de manera intencionada y consciente significa no sólo pensar en el contenido como conocimientos y habilidades, sino en la relación que tiene con los valores. El conocimiento posee un contenido valorativo y el valor un significado en la realidad, el que debe saberse interpretar y comprender adecuadamente a través de la cultura y por lo tanto del conocimiento científico y cotidiano, en ese sentido el valor también es conocimiento, pero es algo más, es sentimiento y afectividad en el individuo.

        Según Campos, (2008), “del mismo modo que es posible tratar un valor desde el contenido de la educación física, también lo es desde el saber hacer de este (la habilidad y la capacidad)”. Es decir, tanto se puede incorporar los valores en la enseñanza de la educación física como esta puede fortalecer los valores desde su teoría – práctica. Visto así el proceso de enseñanza-aprendizaje adquiere un nuevo contenido por su carácter integral, enfoque que sustenta las actuales teorías educativas. Se trata entonces de alcanzar comportamientos como resultado de aprendizajes conscientes y significativos en lo racional y lo emocional.

        Ahora bien, la atención a los valores sociales se ajusta al empleo de uno de los principios pedagógicos de la Educación física como es la solidaridad y socialización; sin embargo, estos suelen dejarse ver como tácitamente en cualquier actividad que implique el trabajo colectivo, pero resulta oportuno conocer la postura que el profesional de la Educación Física tiene sobre el tratamiento que merecen los mismos dentro de sus clases liberadoras y como este profesional los lleva a cabo.

        Lo antecedido, surge en relación a reiteradas observaciones participadas hechas por el autor del estudio en escenarios educativos, donde se visualiza una ausencia de valores sociales en la conducta de los educandos; aunado a ello, la actuación que muestran los adultos que han transitado durante varios años por instituciones educativas, dejando ver una sociedad carente de valores.

         Para Delors, (2011),  “los docentes de educación física no incorporan los valores sociales dentro de la planificación de cada clase, pues ellos consideran que están inmersa en toda actividad que desarrollan” (p.34). Es decir, la incorporación de los valores sociales es inferida por estos profesionales como inmerso en todo acto educativo; no obstante, escasamente se aprecia la práctica de los mismos en la sociedad, por lo que se vive actualmente las consecuencias del descuido de la educación en valores.

        La enseñanzas de los valores no tiene un lapso de tiempo especifico; sin embargo, se recomienda fortalecer los mismos durante el preescolar, nivel integrante del subsistema Inicial Bolivariano, caso Venezuela, donde se atiende los niños con edades comprendidas entre 4 a 6 años. El interés de abordar esta etapa biológica es motivado a que según autores como Wolfolk (2010) “si no aprenden desde temprana edad a discernir lo que está bien de lo que está mal, difícilmente lo aprenderán cuando sean adolescentes o adultos” (p.65).

        En relación a lo planteado, la Asamblea General de las Naciones Unidas (2010) plantea la necesidad de unir nuestros esfuerzos para desarrollar el concepto de la paz y la promoción de una educación en valores desde edades tempranas. La razón de comenzar a partir de estas edades se debe a que la transmisión de los valores sociales y morales comienza desde los primeros meses de vida, aunque se consolidará en edades posteriores.

        Para Ávila, (2009), “los primeros años de vida de nuestra especie son como determinantes para que la integración de los sujetos en las sociedades”. Al respecto, las diferentes disciplinas que estudian el comportamiento de las personas,  hacen referencia a que mientras más temprano se inicie una formación adecuada a las normas, costumbres y valores ético-morales postulados en la sociedad como válidos y prioritarios, mayor será su contribución al progreso económico y cultural de su contexto..

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