La riqueza oculta de la educación

La riqueza oculta de la educación.

Por: Karent Yisssel Galicia Rojas.

"Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean."

Mijail Bakunin

La sociedad ha evolucionado con el tiempo, nosotros como seres sociales nos tuvimos que adaptar al cambio que nos dictaba la sociedad y la tan nombrada globalización, en algunos casos el cambio de realizó de manera correcta, en otros ámbitos el cambio correcto aún  no se logra…

Si bien los sistemas y métodos educativos nos marcan de debemos tomar en cuenta nuestro entorno, la pregunta es: ¿Cómo hacerlo en una sociedad que está en constante cambio? La adaptación del método educativo, desde mi punto de vista, aún no ha logrado el resultado necesario que requiere la sociedad actual, hemos ido brincado de un “método” a otro, hemos ido copiando métodos que no se adaptan a nuestra realidad mexicana; todo esto culmina es problemas educativos que aún no se resuelven.

Uno de los problemas de la educación, que no debería ser un “problema”, sino más bien una solución es esta “riqueza oculta” que aún no logramos ver de lleno; esta riqueza de cual se habla no es más que la diversidad cultural, tema que se acomoda perfectamente en nuestro tejido mexicano. Actualmente nuestro contexto pedagógico nos hace hincapié en el ámbito cultural, donde según  el libro Educación y Diversidad Cultural (2008) publicado por la Unesco nos invita a ofrecer una educación orientada al conocimiento, comprensión y diálogo entre personas de diferentes culturas; donde “la vida en los centros educativos promueve relaciones interculturales de respeto y fraternidad en un contexto sociogeográfico local y subregional, caracterizado por la multiculturalidad” (Educación y Diversidad Cultural, 2008).

Se supone que deberíamos ver a la globalización con una gran oportunidad para relacionarnos y convivir con otras naciones inclusive con otras personas, pero lamentablemente la verdad es otra muy distinta, la famosa globalización ha venido a marcar aún más la brecha entre los “adinerados” aquellos que tienen la facilidad  de obtener aquello que anhelan, de los “desafortunados” aquellos que sus posibilidades para salir adelante son nulas; hablando de cuestiones educativas, es uso de la tecnología está de moda, es parte de esta gran globalización, sin embargo en México solamente el 18% de escuelas públicas cuentan con computadoras con acceso a internet para sus alumnos de educación básica (El Universal).

En cifras esto equivale a que de los poco más de 198 mil planteles que cuentan con equipo de cómputo, sólo 35 mil 630 tienen acceso a internet para la educación de los alumnos. Según estadísticas de la SEP (Secretaría de Educación Pública) hasta mediados del año pasado existían 1 millón 25 mil 629 computadoras instaladas para 25.6 millones de alumnos.

Y la pegunta aquí  es: ¿y la globalización?; la respuesta es fácil, la globalización se encuentra en las escuelas privadas.

 Al respecto, Francisco Ciscomani, Subsecretario de Educación Básica de la SEP menciona que las escuelas privadas: “Normalmente tienen mayores recursos o los alumnos pueden acceder a un instrumentos informático que pueden utilizar en el salón de clases, porque están financiados por ellos mismos, o bien por sus propias familias.” Y agrega: “Hasta ahora, la Secretaría de Educación Pública, no tiene programas que estén dirigidos al uso de tablets, computadoras personales o teléfonos inteligentes. En todo caso, se trata de esfuerzos personales de maestros o alumnos.  En el sistema público, la tendencia ha sido la de prohibir el uso de los celulares en el aula debido a que no se utilizan con fines educativos y distraen la atención de la clase (El Universal)”.

Con estas estadísticas nos damos cuenta como la globalización nos ha afectado más que lo que nos ha beneficiado, o al menos a los sectores que más lo necesitan.

Por un lado experimentamos la fascinante proximidad de múltiples culturas; pero por otro vemos cómo aumentan la xenofobia, el racismo y las discriminaciones, basadas en diferencias de color, sexo o rasgos étnicos (Educación y Diversidad Cultural, 2008).

Hablar de globalización nos hace compartir y vivir otras culturas, pero solo aquellas que puede ser aceptados o bien vistas por la sociedad, es decir, que aquellas que nos son agradables hacen que exista racismo de manera más arraigada, en muchas cuestiones aceptables, nos gusta hablar de diversidad, pero en muchas otras solo se convierte en una oportunidad más la discriminación y la marginación basadas en diferencias de color, sexo o rasgos étnicos.

Pese a que en muchos países de Latinoamérica han comenzado a hablar sobre el reconocimiento de la diversidad cultural esto no concreta que se hable de una aceptación y de un respeto a las diferentes etnias y sobre todo de una valoración, se sigue imponiendo una clase dominante la cual todo aceptamos inocentemente, olvidando que estas etnias son las que dieron origen a la sociedad.

“En la actualidad, la interculturalidad ha ido siendo asumida por nuestros países como la exigencia de reparación de una “deuda histórica” con los pueblos originarios por parte de la sociedad mayoritaria blanca o mestiza, para dar a las etnias el  lugar que se merecen en la sociedad, que es un lugar de iguales. Por su parte, los pueblos indígenas interpretan la “inter-culturalidad” en un sentido sociopolítico y despliegan su defensa como proyecto de emancipación frente al liberalismo económico y a los procesos de globalización cultural o simbólica, que amenazan con hacer desaparecer sus culturas” (Educación y Diversidad Cultural, 2008).

Para la mayoría de nosotros la interculturalidad es una cuestión de reconocer que existen diversas formas de pensar un vivir en un mismo terrero, la gran diferencia es como las personas de estas etnias ven este proceso intercultural. Para ellos no solo es darles valoración y respeto, mucho menos tiene que ver con devolverles el lugar que les corresponde; para ellos es rescatar la manera en la que han vivido siempre, rescatar eso que son y de lo cual se sienten orgullosos y que la globalización les ha arrebatado, ellos lo ven como una liberación económica a  la cual la mayoría de nosotros estamos encadenados.

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