Legalizacion de la marihuana en uruguay
manfreth123Práctica o problema14 de Noviembre de 2013
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Practica # 1
Legalizacion de la marihuana en uruguay
o 1. Como lo demostró la elección en Estados Unidos, ese país se encamina hacia la legalización. México no debe seguir peleando una guerra contra una droga que se legaliza cada vez más. Como lo ha escrito Sergio Aguayo, la legalizaciónestadunidense es “una bofetada para Felipe Calderón y una lección para los mexicanos”.
o 2. El 32% de la población en Estados Unidos ya puede ir a un dispensario a recibir marihuana por razones médicas. 11 millones 753 mil habitantes de Colorado y Washington aprobaron el uso recreativo de la mariguana. En Massachusetts se aprobó normar la droga para fines médicos. Alrededor de 50% de la población estadunidense está a favor de alguna forma de legalización de la mariguana.
o 3. Como lo argumenta un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, la posible legalización de la droga a nivel estatal en Estados Unidos podría provocar una caída importante en los ingresos de los narcotraficantes mexicanos.
o 4. Entre los beneficios que la legalización podría traer estarían tratar a los adictos como enfermos y no como criminales, aminorar los ingresos de los cárteles, disminuir la violencia y el número de muertos por la lucha contra el narcotráfico.
o 5. Un informe elaborado por Carlos ZamudioAngles y Jorge Hernández Tinajero evidencia el casi nulo resultado de la policía del Distrito Federal en el propósito de identificar y detener a las personas que encabezan las bandas de narcomenudeo de la marihuana. La labor de la policía se ha enfocado a detener a consumidores y vendedores en flagrancia, y no como producto de una labor de inteligencia. Los vendedores detenidos son fácilmente reemplazables por las bandas del narcotráfico.
o 6. Los detenidos por consumo tienen que ser liberados porque la ley no castiga este acto y una encuesta practicada a más de 300 consumidores de marihuana reveló que dos de cada tres habían sido extorsionados por la policía. He allí las limitaciones de una política centrada en combatir la oferta a través de la mera clausura de puntos de venta o la captura de quienes la consumen.
o 7. Una alternativa propuesta son los “clubes de cannabis” para tratar de erradicar las redes de narcomenudeo. Estas asociaciones brindarían una serie de ventajas reales a los usuarios. Generarían actividad económica para el Estado vía impuestos; eliminarían la necesidad de acudir a los traficantes ilegales; garantizarían estándares de calidad que no se obtienen en el mercado negro; ofrecerían servicios informativos de reducción de riesgos y daños para la salud.
o 8. La legalización también ayudaría al cultivador de la planta, que vería su cultivo como una legítima actividad agraria y económica. El productor tendría contacto directo con el usuario y eliminaría al intermediario, quien actualmente desempeña un papel ilegal.
o 9. A pesar de la guerra contra el narcotráfico, el consumo ilegal de drogas no se ha frenado, sino que ha aumentado en los últimos años. Las drogas están más al alcance de la población que hace seis años. En el Distrito Federal, en 2006 había 5 mil puntos de narcomenudeo y ahora hay 13 mil.
o 10. Ante la realidad de lo que está ocurriendo, hasta el propio Felipe Calderón se unió recientemente a los mandatarios de Honduras, Belice, Costa Rica y Guatemala para pedir a la OEA un análisis completo de las implicaciones sociales, políticas y de salud que traería para sus países la legalización del consumo, producción y distribución de marihuana.
o 11. Luis Videgaray, coordinador para la Transición Gubernamental del equipo de Enrique Peña Nieto –ante la legalización creciente en Estados Unidos–, ha dicho lo siguiente: “Estamos atentos a estas modificaciones que cambian un poco las reglas del juego en relación con Estados Unidos, que creo que nos tienen que llevar a revisar las políticas conjuntas de combate al tráfico de drogas y, en general, de seguridad”.
o 12. La oposición a la legalización en México –70% de los encuestados– está enraizada en la falta de información que tiene la sociedad sobre el tema. Por ello la necesidad de discutir y difundir las ventajas y desventajas que la despenalización traería consigo.
o 13. En cada reunión binacional de alto nivel en las últimas décadas se habla de que habrá un enfoque diferente, un método distinto de encarar la lucha contra las drogas y la violencia que engendra, pero no es así. La estrategia estadunidense –que México compra y aplica– sigue siendo la misma.
o 14. Año tras año, las posturas siguen siendo iguales. El espaldarazo estadunidense al presidente mexicano en turno, al que se congratula por su “valentía” y “compromiso”. La lista acostumbrada de acciones conjuntas, esfuerzos logrados para combatir la oferta de drogas en México y limitar el consumo en Estados Unidos. La lista ampliada de programas piloto que se echarán a andar, el flujo de armas que se controlará, los estudios de drogadicción que se pondrán en marcha. La historia se repite, gobierno tras gobierno.
o 15. Hay un involucramientoestadunidense cada vez mayor en México –en términos de presencia, asesoría, equipo, entrenamiento y recursos–, pero no hemos visto un viraje sustancial en la visión simplista y contraproducente que ha predominado desde hace décadas.
o 16. Ha llegado el momento de cuestionar la visión desde la cual el combate al narcotráfico parte de premisas supuestamente inamovibles: la “guerra” contra las drogas puede ser ganada; Estados Unidos puede reducir la demanda de drogas y lo intentará; la política antidrogas de Estados Unidos debe ser la política antidrogas del resto de América Latina; la legalización podría ser buena pero jamás ocurrirá.
o 17. Ha llegado la hora de cuestionar las ideas escritas en piedra, repetidas hasta el cansancio por funcionarios a ambos lados de la frontera, diseminadas por policy-makersestadunidenses y memorizadas por políticos mexicanos.
o 18. Cada una de las premisas convencionales de la “guerra” contra el narcotráfico puede y debe ser confrontada. Cada uno de los argumentos esgrimidos debe ser revisado. Ante la legalización creciente en Estados Unidos, la guerra contra las drogas –librada como se hace hoy– es cada vez más fútil. Cada vez más dolorosa.
o 19. México necesita demostrar la capacidad para determinar su propio destino y tomar decisiones que fortalezcan su seguridad nacional, promuevan su estabilidad política, construyan su cohesión social. Caminar en esa dirección entrañaría contemplar la despenalización limitada como un instrumento –entre otros– capaz de desmantelar un mercado demasiado poderoso para ser vencido por cualquier gobierno.
o 20. Es tiempo de que México comience un debate público, serio y amplio sobre la legalización de la marihuana. Ya basta de dedicar cada vez más recursos, más dinero, más armas y más tropas a una guerra que nunca se podrá ganar.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL PROYECTO DE LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA EN EL URUGUAY
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Ariel Gustavo Forselledo
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La discusión sobre la legalización de la producción y tráfico-comecialización de las drogas ilícitas no es nueva. La misma se ha prolongado por décadas en América Latina y casi siempre ha prevalecido el sentido ético y de protección de los bienes colectivos como la salud pública y la seguridad para que, al menos hasta ahora, tal legalización no se haya concretado. El enfoque de derechos humanos en las políticas públicas (fundamentalemente el vinculado a la protección de los derechos de la niñez y la adolescencia) también cumplieron su rol para impedir tal objetivo.
Es en este contexto que el gobierno del Uruguay conmociona la discusión sobre los temas que hacen a la prevención de la oferta y la demanda de drogas, incluyendo la legalización de la producción y comercialización controlada de la marihuana en un "paquete de medidas" sobre seguridad.
La reacción del colectivo social uruguayo fue inmediata, despertando la adhesión y alegría de aquellos que consumen marihuana y que ven a ésta como una "droga social más"; la utilización del tema por los medios de comunicación que lo encuentran muy atractivo y que, de buena fe, propalan información verdadera en combinación con información errónea o con antiguos mitos (y otros no tanto) como el de las "drogas blandas" y las "drogas duras", el de la prohibición del alcohol en los Estados Unidos en los años 20, el de cortarle el negocio al narcotráfico, etc. etc.
A esto se agregó la inconsistencia del gobierno frente al tema, anunciando medidas contradictorias como el monopolio de la producción por parte de Estado y al mismo tiempo la tercerización de la producción con control del Estado; la creación de un registro de consumidores conjuntamente con la declaración de la inconveniencia de crear registros; la vinculación de la legalización de la marihuana con la disminución prevista del consumo de pasta base; cosa por principio imposible de probar y, probablemente, con un efecto exactamente opuesto.
Por otro lado, la comunidad internacional reaccionó como era de esperar con sorpresa, en algunos casos con asombro y, en otros, con dejos de estupor ante la medida anunciada por el gobierno uruguayo. Otros actores, tradicionalmente a favor de la legalización, como es el caso del escritor Mario Vargas Llosa, aplaudieron la iniciativa.
El
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