ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Intelectuales Y El Poder


Enviado por   •  7 de Abril de 2014  •  2.051 Palabras (9 Páginas)  •  196 Visitas

Página 1 de 9

LOS INTELECTUALES Y EL PODER

En “Los intelectuales y el poder”, una entrevista entre Foucault y G. Deleuze, se hace una distinción entre teoría y práctica. Para Deleuze, en su época se están viviendo de forma diferente las relaciones entre teoría y práctica. La práctica se entiende como una aplicación de la teoría, siendo al mismo tiempo la práctica creadora de una futura teoría; en todo caso, las relaciones entre ambas formaban parte de un todo, y en su época son concebidas como más parciales. Diferencia la teoría como relativa a un campo pequeño, y que puede aplicarse en otro dominio “la práctica es un conjunto de conexiones entre un punto teórico con otro y la teoría un empalme de una práctica con otra”. Para él, el intelectual teórico deja de ser un sujeto, una conciencia representante o representativa, para él sólo queda acción, acción de teoría o de práctica. Describe una teoría como que es necesario que sirva, que funcione. El problema político más importante para el intelectual es saber si es posible una nueva política de la verdad, pues la verdad siempre aparece ligada al poder, la produce el poder, como se pone de manifiesto en el último de los textos,”Verdad y poder”. La verdad debe entenderse en este sentido, como un conjunto de procedimientos que vienen reglamentados por la ley, entre otras.

Con respecto al tema de los intelectuales y el poder, Foucault hace una diferenciación entre lo que significó el intelectual tradicionalmente y lo que es hoy en día. Antes, el intelectual tenía una posición en la sociedad burguesa, en el sistema de producción capitalista y en la ideología, además, el discurso intelectual revelaba una cierta verdad, y descubría relaciones políticas allí donde no se podían ver, aunque esas características no siempre se daban juntas. Respecto a la situación de los intelectuales hoy, éstos son conscientes de que la masa no necesita de ellos para saber (un ejemplo de ello sería el Mayo de 68 parisino), pero además saben que existe un sistema de poder que no deja que ese saber, ese discurso intelectual se vea. Por ello, Foucault cree que “el papel del intelectual no es el de situarse un poco en avance o un poco al margen para decir la muda verdad a todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez objeto e instrumento: en el orden del saber, de la verdad, de la conciencia, del discurso”.

En este sentido dice que es lo que la teoría es, una práctica, local o regional, que lucha por una infiltración y a la toma de poder; para Foucault existe una especie de discurso contra el poder que es el realmente importante, un contradiscurso, como puede ser ejemplo el que mantienen los prisioneros, que es más importante que la teoría sobre la delincuencia. Este tema de los sistemas punitivos y el poder es tocado por Foucault en su estudio “Vigilar y castigar”. Para él, la prisión es la única forma donde el poder se puede poner de manifiesto, y además justificarse como poder moral. Antiguamente, el poder estaba encarnado en la figura del rey, en el que se materializaba el Estado, pero tras la desaparición de este el poder se vuelve abstracto, se disuelve en una serie de instituciones que lo siguen perpetuando y reproduciendo, sistema punitivo, educativito, sanitario, etc…

Foucault diferencia un tipo de lucha anti-judicial, que es la propia lucha contra el poder, y una lucha contra las injusticias de la justicia, que por lo que lucha es por que funcione mejor la institución judicial, asumiendo sus principios. En este sentido, para él, los tribunales populares de los que se habla en el texto tercero, son utilizados por la burguesía para recobrar el movimiento de lucha contra la justicia, por lo cual, pertenecen a una ideología burguesa que se aliena con la masa.

El pensamiento de Foucault, no cree que Marx y de Freud sean suficientes para saber lo que es realmente el poder, cree que es aún más complejo que lo derivado de estas posiciones, porque el análisis tradicional de los aparatos de Estado no agotan el ejercicio del poder, sino que éste es visible e invisible, esta por todas partes y se ejerce por todas partes, el propio Foucault no se muestra seguro de que sea posible deshacerse de forma definitiva del poder. Pero si cree que para saber quien aspira al poder habría que observar minuciosamente una serie de nociones como son la de dirigir, gobernar, dominar,… “por todas partes donde existe el poder, el poder se ejerce. Nadie, hablando con propiedad, es su titular; y sin embargo, se ejerce siempre en una determinada dirección” (pagina 84). Por ello, cuando se lucha contra el poder, cada lucha se desarrolla alrededor de un foco particular del poder, nunca desde una noción de poder entendida globalmente; eso es para Foucault una inversión de poder, un paso, en función de las luchas contra el poder. Lo que da lugar a la generalidad de la lucha contra el poder, es el propio sistema de poder, en todas sus formas y aplicaciones; no es pues la lucha contra un todo, sino contra áreas particulares del poder, de imposición (como revoluciones del proletariado, de los prisioneros…), si se lucha contra el poder, todos los que lo reconocen como intolerable se pueden comprender en la lucha, activa y pasivamente.

En relación a este último punto, vendría la crítica de Foucault al marxismo, al cual acusa de ser una ideología más y que en principio lo que pretendían los marxistas con la dictadura del proletariado era la inversión de la estructura capitalista para ocupar las posiciones dominantes, manteniendo la estructura de dominadores-dominados casi intacta, lo que sería una perpetuación del poder, o eso es lo que yo entiendo desde la lectura de este libro.

PODER CUERPO

En el capítulo titulado “Poder-cuerpo”, y una vez más aludiendo al estudio “Vigilar y castigar”, se nos dice que las sociedades del siglo XVII, el cuerpo del rey (como ya había comentado anteriormente en este trabajo) jugaba un papel fundamental, “el cuerpo del rey no era una metáfora, sino una realidad política: su presencia física era

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com