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Los Paraísos Fiscales En La Economía Global


Enviado por   •  7 de Abril de 2014  •  1.501 Palabras (7 Páginas)  •  230 Visitas

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Los paraísos fiscales en la economía global

Hace treinta o cuarenta años existían lugares en el mundo en donde los muy ricos, las grandes fortunas del globo podían acudir para poner a buen recaudo una parte importante de sus patrimonios. Eran una especie de “caja B” que servía para ocultar el origen poco apropiado de sus bienes, para hacerlos invisibles a los ojos de las autoridades o simplemente para proporcionar seguridad y vías de escape ante circunstancias que se tomaran como poco propicias o peligrosas.

Pero, a diferencia de lo que hoy representan los paraísos fiscales, no se podía considerar que fuesen lugares en los que se llevaran a cabo operaciones económicas en el sentido estricto o pleno del término.

Los nuevos paraísos no son meros depósitos sino auténticos espacios económicos especializados en proporcionar un nuevo y específico tipo de cobertura a un nuevo y singular tipo de operaciones económicas y financieras. Los paraísos fiscales son naciones o territorios que se organizan expresamente para servir de centros financieros a no residentes y para ello se caracterizan, fundamentalmente, porque no establecen impuestos sobre las operaciones o ganancias que allí se realicen, o porque solo lo hacen de forma simbólica, porque garantizan el completo secreto sobre lo que se lleva a cabo en su interior y porque no exigen que las sociedades que operen allí tengan una efectiva presencia física.

Hoy día, la práctica totalidad de las grandes empresas del mundo y sobre todo los bancos (desde luego también las más grandes de España como Telefónica, Repsol, La Caixa, Banco de Santander, BBVA, las grandes constructoras...) tienen filiales en estos paraísos, allí mismo obtienen altos beneficios y gracias a ellos disfrutan en otros lugares de condiciones más favorables.

Puede decirse, por tanto, con total rotundidad que los nuevos paraísos son la base de las operaciones financieras de la nueva economía globalizada de nuestra época.

Lo paradójico es que, en realidad, y gracias a esas características señalas, las empresas que se instalan en un paraíso fiscal solo existen virtualmente. La mayoría de ellas son filiales que no cuentan sino con una línea de teléfono y alguna representación compartida porque no van allí nada más que a cubrir objetivos que no requieren presencia operativa muy compleja:

- Ubicar en esos lugares los beneficios corporativos para no tener que pagar impuestos.

- Realizar operaciones de emisión de títulos de todo tipo que no serían permitidas en los países normales en los que actúan.

- Ocultar situaciones de endeudamiento o de dificultad, gracias al secreto garantizado, para permitir así que las cotizaciones de sus activos sean artificialmente más elevadas.

- Realizar blanqueo de dinero o traficar con fondos ilegales y criminales procedentes del comercio de armas, de drogas, de personas o destinados al terrorismo. O ambas cosas a la vez.

Con poco más que un teléfono y una mínima representación jurídica las grandes empresas y financieros del planeta disponen en estos paraísos de la estructura suficiente puesto que lo que llevan a cabo son simples operaciones contables, órdenes de compra y venta, inversiones especulativas y, en definitiva, la pura ingeniería financiera que hoy día inunda los mercados financieros.

Eso es lo que explica, por ejemplo, que en tres microterritorios del Pacífico como Anguilla, Barbados y las Islas Vírgenes británicas haya cerca de 60.000 sociedades, que en Liechtenstein (con poco más de 30.000 habitantes) se encuentren radicadas 40.000 empresas, que en Nauru, una isla del Pacífico de solo 21 kilómetros cuadrados, haya 400 bancos, o que en las Islas Caimán (30.000 habitantes aproximadamente) estén domiciliados 544 bancos, 70 fondos financieros y 30.000 compañías flotantes y que sea el quinto centro financiero mundial.

La razón de ser de los paraísos fiscales:

La aparición de los paraísos fiscales y su utilización absolutamente generalizada por los bancos y las grandes empresas del planeta no es una simple casualidad histórica. Como tampoco el hecho de que sean los propios gobiernos que a veces dicen querer terminar con ellos quienes les proporcionen la base material para que puedan existir. El gobierno español, por ejemplo, concedió en 2002 a Gibraltar, que tiene unos 28.000 habitantes, 100.000 números telefónicos pertenecientes al plan de numeración español, lógicamente, no para que hablaran del tiempo entre ellos; y la Unión Europea permite, al menos hasta 2010, que allí se puedan seguir registrando las sociedades ficticias utilizadas en el blanqueo de dinero, en la especulación de todo tipo y en la financiación de operaciones al margen de las leyes continentales.

Estos paraísos son un instrumento necesario y consustancial a la nueva

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