Los procesos de enseñanza – aprendizaje
jose.garcia20Apuntes4 de Junio de 2020
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Los procesos de enseñanza – aprendizaje
1. Concepciones sobre la enseñanza
La enseñanza, como cualquier actividad humana contextualizada en un tiempo y en una cultura, sufre también la evolución y la influencia social y cultural del espacio–tiempo, en que se produce.
En un primer momento, la enseñanza tiene un sentido de transmisión de conocimientos. El profesor tiene un papel preponderante; es el responsable directo y único de la transmisión de conocimientos; el alumno es un receptor.
El concepto de enseñanza evoluciona hacia una forma de hacer basada en modelos conductistas, la enseñanza como condicionamiento; los modelos tecnológicos o cibernéticos marcan otra concepción de la enseñanza en la que la especificación de objetivos, estrategias de acción, recursos y evaluación, se organizan para lograr el aprendizaje previsto, la enseñanza como dirección; los modelos genéticos (Piaget. 1973, 1975), expresivos ( Eisner 1985; Stenhouse, 1984), humanistas (Rogers, 1976) y comunicacionales (Hargreaves, 1987) marcan otra etapa en la concepción de la enseñanza como arte y técnica de favorecer el desarrollo integral de los sujetos a partir de la creación de situaciones experienciales capaces de favorecer el desarrollo. La enseñanza se concibe como orientación del aprendizaje.
“La enseñanza como actividad que va más allá del aula, conectando los aspectos sociales e instructivos (modelos ecológicos. Doyle, 1977). El propio medio ambiente es fuente de contenidos de instrucción y es el marco de referencia para las actividades, experiencias y aprendizajes. El contexto cultural, familiar, centro, aula, están interaccionando en el proceso de enseñanza. La dimensión social (medio social y cultural, microclima de aula) se considera como un componente más a tener en cuenta en el proceso instructivo (Medina, 1988; Erikson. 1977, 1982, 1986).
Un concepto moderno de enseñanza implica conectar la escuela al territorio, orientar el aprendizaje, más que dirigirlo hacia un fin preespecificado (...) y ampliar el espectro de espacios de formación, más que reducirlos a los aprendizajes intelectuales ” (Zabalza. 1990, 147). La opinión de Zabalza muestra la visión generalizada que se mantiene hoy sobre el concepto de enseñanza, en cuanto que objeto especifico y fundamental de la Didáctica y, en ese sentido, puede existir una gran coincidencia con el concepto de currículum.
La enseñanza como acción: el profesor, como profesional que desarrolla la acción, estructura esa acción de acuerdo con sus creencias, actitudes... es decir, se tiene en cuenta también la “esfera interna o central de la enseñanza” (Schroder, 1979). El pensamiento y las actitudes del profesor se constituyen en parte determinantes y condicionantes de la práctica educativa, tanto en su planificación, como en su desarrollo (Marcelo. 1987; Villar Angulo. 1986; Marrero).
La enseñanza como actividad práctico-reflexiva (Medina, 1989) plantea la cuestión de la profesionalización docente, basada sobre el conocimiento de la teoría y la investigación en la práctica. La enseñanza es una actividad que promueve el aprendizaje de los alumnos y la formación del docente, a través de la reflexión.
Desde la perspectiva socio-crítica, los autores que representan esta corriente (Carr y Kemmis, 1988; Zeichner, 1989; Apple, 1979), consideran que la enseñanza es una actividad crítico-reflexiva que ha de provocar la emancipación del profesor y, sobre todo, la de los alumnos.
Como síntesis, podemos decir con Medina (1989), que la enseñanza es una actividad didáctica, intencional, formativa y promovedora de aprendizaje, esencialmente interactiva y abierta a la profesionalización reflexiva del docente.
2. Enseñanza y aprendizaje
Algunos autores consideran que el aprendizaje es el segundo concepto objeto de la Didáctica. El aprendizaje como campo didáctico está siempre en función de la enseñanza. La enseñanza seria el objeto de primer orden; la enseñanza es el concepto aglutinador.
La enseñanza adquiere sentido didáctico cuando se vincula con el aprendizaje. Fenstermacher (en Wittrock. 1989, 153) indica que entre enseñanza y aprendizaje existe una dependencia ontológica o relación de carácter semántico. El significado del primer término parece que requiere la existencia del segundo. De esta forma sale al paso de la discusión de relación causal, que suele establecerse cuando la realización de una actividad presupone, como efecto, la consecución de otra, como lo sería, en este caso, el suponer que enseñar requiere aprender para que la primera se produzca como tal. Considera este autor que son dos conceptos ontológicamente dependientes, que difieren claramente sin que se pueda establecer una estructura paralela entre los conceptos de enseñanza y aprendizaje. El aprendizaje puede realizarlo una persona sola, la enseñanza exige por lo menos la existencia de dos personas. El aprendizaje implica la adquisición de algo, la enseñanza implica dar algo.
La complementariedad del aprendizaje respecto de la enseñanza viene explicado porque el aprendizaje complementa y marca la dirección a la enseñanza. “Permite que la enseñanza sea una actividad “para”, esencialmente práctica y con pretensión optimizadora.” (Medina, 1990).
3. El aprendizaje desde el punto de vista didáctico
El aprendizaje es objeto de estudio de otros ámbitos del conocimiento como la Psicología. Desde el punto de vista de la Didáctica, interesan los conocimientos en torno al aprendizaje en cuanto que se convierten en una aportación al conocimiento de la enseñanza: “La teoría didáctica pretende gobernar el aprendizaje, la teoría psicológica dice qué es el aprendizaje.” (Gimeno Sacristán. 1981, 136). En este mismo sentido podemos considerar la afirmación de Fernández Huerta (1983), cuando manifiesta que observar a los alumnos y comunicar como se comportan, es quehacer psicológico; observar a los alumnos para indicarles lo que han de hacer o de evitar, es quehacer didáctico. Correspondería, pues, a la Psicología las funciones descriptivas, explicativas e incluso predictivas, del comportamiento y a la Didáctica, funciones de intervención, de carácter práctico, para facilitar y promover el aprendizaje. Intervenir en el proceso de aprendizaje, entendido tanto como tarea, tanto como resultado a partir de la toma de decisiones o de la actividad denominada enseñanza.
Parece evidente que si queremos promover el aprendizaje a través de una actividad denominada enseñanza, los que enseñan, cuanto más y mejor conozcan las teorías del aprendizaje, que les proporciona la psicología, en mejores condiciones se hallarán para ejercer una enseñanza óptima.
Podemos argumentar que la teoría del aprendizaje en cuanto que subsistema psicológico tiene una influencia decisiva en el subsistema didáctico (interpretación y relación de los elementos didácticos que se organizan en los modelos de enseñanza). No interesa a la Didáctica los componentes de las diversas teorías del aprendizaje en sí, sino, las aportaciones que se derivan de todas ellas para el proceso didáctico
El valor de la teoría del aprendizaje para la Didáctica se concreta en varios aspectos (Gimeno Sacristán. 1981, 136-39):
a) Las teorías del aprendizaje llevan implícitos diversos tipos de aprendizajes. La existencia de tipos de aprendizajes (cognoscitivos, afectivos, motrices) ha promovido la existencia de taxonomías de objetivos. A partir de los objetivos previstos habrá que pensar en las actividades más idóneas para promover uno u otro tipo de aprendizaje, las estrategias de enseñanza y el tipo de evaluación.
b) Las teorías del aprendizaje explican el proceso que sigue el sujeto que aprende. El conocimiento del proceso facilita la intervención en el propio proceso, es decir, la toma de decisiones en la prescripción normativa.
c) Según la teoría del aprendizaje que consideremos (aprendizaje significativo, aprendizaje por descubrimiento, condicionamiento operante, procesamiento de la información,…) la normativa diferirá y los elementos didácticos en juego serán diferentes. De la teoría del aprendizaje puede derivarse un modelo de enseñanza.
d) De la influencia de la teoría del aprendizaje se produce una relación interdisciplinar a nivel de conceptos (motivación, refuerzo, asimilación, estructura mental, maduración discente...) y de modelos de pensamiento que repercuten de forma significativa en la propia teoría de la enseñanza.
e) La toma de postura del aprendizaje, en la cuestión de la influencia del medio en interacción con el sujeto, va a ser de gran importancia en la enseñanza.
Conocer el aprendizaje facilitará la enseñanza; el conocimiento del aprendizaje facilitará la toma de decisiones más adecuadas para promoverlo pero no será suficiente para determinar cual es la acción de enseñanza más adecuada. Los modelos de aprendizaje escolar han de ser considerados como marcos que faciliten el análisis de la enseñanza más que modelos de enseñanza en si mismos. Gimeno Sacristán (1981) concreta en seis puntos los criterios, a tener en cuenta, para juzgar el valor de una teoría psicológica del aprendizaje, desde el punto de vista didáctico:
1) El tipo de aprendizaje al que se refiere.
2) La potencia de explicación del proceso de aprendizaje que posee la teoría.
3) La comprensividad de la teoría del aprendizaje respecto del modelo didáctico, sus elementos y relaciones.
4) La validez de la teoría o su transferencia del aprendizaje animal al aprendizaje humano.
5) La toma de postura respecto
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