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MASONERIA Y SU IMPACTO EN LA HISTORIA ECONÓMICA DE MEXICO


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  2.886 Palabras (12 Páginas)  •  560 Visitas

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“LA MASONERÍA Y SU IMPACTO EN LA HISTORIA ECONÓMICA DE MÉXICO”

Antes de entrar de lleno al tema, me gustaría definir primero que es la masonería:” la masonería se define a sí misma como una institución discreta de carácter iniciático, no religiosa, filantrópica, simbólica y filosófica fundada en un sentimiento de fraternidad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo social y moral del ser humano, además del progreso social.”

Pese a muchas especulaciones hechas por muchas y muy variadas corrientes religiosas, la masonería o Francmasonería, no esta peleada con la Religión en el sentido de negar la existencia de un ser supremo, si no todo lo contrario, están convencidos de la existencia de el GADU “Gran Arquitecto Del Universo”, la diferencia entre la masonería y las variadas instituciones que si son religiosas, es la formación de sus integrantes y del hecho de que la masonería es adogmática,

A continuación enlisto a distinguidos Masones que a lo largo de la historia de nuestro país gobernaron y de un modo u otro realizan aportaciones a la economía nacional:

Don Agustín de Iturbide (Emperador 1822-1823): Por la larga lucha de Independencia, la Provincia de México presentó, durante el Imperio de Iturbide, una crisis económica, social y política que consistió en: disminución en la producción agrícola y minera, interrupción del comercio, escasez de ingresos en la Hacienda Pública, intranquilidad pública, así como también se diluyeron las relaciones políticas entre pueblos y ayuntamientos y, entre éstos, las autoridades provinciales. Cuando Iturbide fue coronado el 21 de julio de 1822, no había dinero suficiente, por lo que redujo los gastos y obligó a los ricos a prestarle dinero al gobierno. Pronto no le quedó más remedio que tramitar préstamos con banqueros extranjeros.

Don Guadalupe Victoria (Presidente 1824-1829: La situación económica, que era ruinosa por la falta de ingresos hizo que el gobierno pidiera un empréstito usurario a unos banqueros ingleses para que le prestaran 32 millones de pesos. Cerca de 23 millones se usaron en gastos y salarios del ejército. Cuando llegó el momento de pagar los salarios de burócratas y militares, resultaba fácil convencerlos de rebelarse contra el gobierno.

Don Vicente Guerrero (Presidente 1830):

Gral. Don Manuel Gómez Pedraza (Presidente 1832):

Don Valentín Gómez Farías (Vice Presidente 1833): Debido a los últimos acontecimientos, la nación se encontraba empobrecida, pero no así la Iglesia, sus capitales estaban sin circular y por eso eran llamados de "manos muertas". Gómez Farías decretó que debían de empezar a venderse los bienes de la iglesia que estaban en desuso y dar posibilidad de que resurgiera la vida económica nacional mediante la circulación de tales recursos. El clero tenía otro método de enriquecimiento, el diezmo, que hasta ese momento era obligatorio e imponía año con año la "donación" a la Iglesia de la décima parte de lo logrado en el trabajo. Por una ley emitida e octubre de ese mismo año, Gómez Farías derogó toda coacción oficial para el pago del diezmo "cesa en toda la República la obligación civil de pagar el diezmo eclesiástico, dejándose a cada ciudadano en entera libertad para obrar en esto con arreglo a su conciencia.

Gral. Don Fco. Javier Echeverría (Presidente 1841): El gobierno de Echeverría duró dieciocho días, en los cuales logró aumentar en un 10% el impuesto al consumo, Regresó a la escena política como diputado por Veracruz en 1850 y 1851. Había muchas comisiones y asociaciones de beneficencia en México a las que Echeverría apoyaba económicamente. Donde se distinguió fue en la junta de cárceles y en la Academia de San Carlos, de las que fue presidente. A sus esfuerzos en la junta de cárceles se debe la casa de corrección de jóvenes. Generosamente de su bolsillo salvó de la ruina a la segunda institución, que en verdad había concluido, y se elevó á la clase del primer establecimiento que en su género hay en el Nuevo Mundo.

El único elemento con que para eso contó, fue la renta de lotería que cedió el gobierno á la academia en pago de lo que le adeudaba, pero en estado tan miserable que no había podido cubrir en algunos meses. Con los productos de esta renta, bien manejada, se han hecho al gobierno grandes suplementos, se adquirió en propiedad el edificio y otras tres casas, se trajeron de Europa hábiles profesores, se mantienen porción de pensionados en México y Roma, a los alumnos todos de la academia se franquea cuanto necesitaba para aprender, se van formando buenas galerías de grabados, pinturas y estatuas, y se auxilia con más de 45,000 pesos anuales a otros cinco establecimientos de beneficencia.

Francisco Javier Echeverría Migoni, quien fue altruista hasta el final de sus días, murió el 17 de septiembre de 1852, a los 55 años de edad, en su domicilio de la ciudad de México. Sus restos descansan en la capital del país.

Don Nicolás Bravo (Presidente 1842-1843): Elegido diputado por el Estado de México, volvió al Congreso en enero de 1841 y fue elegido presidente del Consejo, en sustitución y por ausencia del general Santa Anna, tomando posesión el 26 de octubre de 1842.

A pesar de su enfrentamiento con el Congreso, gobernó con decisión y energía, llamó a Lucas Alamán para redactar un "Plan para el desarrollo de la industria nacional" y ordenó la instalación en toda la república de Juntas de fomento comercial e industrial.

A pesar de todo, tuvo tiempo para iniciar algunas obras importantes, como el intento de comunicar ambos océanos a través del estrecho de Tehuantepec, el comienzo de las obras del puerto de Coatzacoalcos, la recluta de un nuevo cuerpo militar, la concesión de algunos títulos de ciudades, el uso de papel de fabricación mexicana en las oficinas públicas y el establecimiento de una Casa de Moneda en Culiacán.

Don Benito Juárez Garcia (Presidente 1858-1867 y 1871-1872): Juárez crea dos despachos nuevos, el de instrucción pública y el de fomento estando a la cabeza de ellos respectivamente Francisco Mejía y el Ing. Lasz Barcasten. Juárez planeaba educar e industrializar al país, pretendía expandir la educación pública con carácter gratuito y laico en todo el país con la construcción de cientos de escuelas. En ese tiempo la población de México era de siete millones de personas de las cuales cinco millones eran ignorantes y pobres. Sólo unos 800 000 eran letrados. Para hacerse de recursos Juárez despidió 60 000 militares ("Maestros por soldados" -decía-); también pidió

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