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Manejo Reproductivo

27 de Marzo de 2014

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INTRODUCCIÓN

El desarrollo sexual de las hembras bovinas a temprana edad tiene gran importancia para la producción. Esta revisión nos recuerda cuales son y cómo influyen las distintas variables que determinan el momento en que se produce la pubertad en los bovinos hembra otro punto importante es la selección de hembras para el primer servicio la cual se realiza teniendo en cuenta un grupo de características.

El ciclo estral representa un patrón cíclico de actividad ovárica que permite a las hembras ir de un periodo reproductivo de no receptividad a uno de receptividad permitiendo establecer el apareamiento y el subsecuente establecimiento de la gestación.

Según el nivel tecnológico en porcinos se utilizan sistemas de monta controlada, libre e inseminación artificial.

PUBERTAD

Es el primer período en que se establece la capacidad reproductiva sexualmente; caracterizada por la maduración de los órganos genitales, desarrollo de las características secundarias del sexo, ocurriendo la primera menstruación de la hembra; Plant; (1994).

Esta definición es válida para la especie humana y en otros primates. La definición de la pubertad se ha hecho bajo diversos criterios ; la mas ampliamente aceptada es la que menciona Dyrmudsson; (1973) que define la pubertad como el momento en que el animal es capaz de reproducirse por primera vez. Sorensen, Jr; (1991) puntualiza que la pubertad es la edad a la cual es factible la concepción física y fisiológica ; además sostiene el mismo autor, que algunos investigadores consideran el inicio de la pubertad como la presencia de folículos maduros capaces de mantenerse, e igualmente la presencia de un cuerpo lúteo.

Estas estructuras sin embargo, aparecen en ocasiones en el anestro , significando que la hembra no muestra signos del estro ; por tanto no es capaz de concebir; así mismo otros investigadores dependen en forma exclusiva de los signos del estro, pero no en todos los casos hay ovulación. Vatti; (1962) precisó la Pubertad como la época en que se alcanza la madurez sexual que confiere al individuo la capacidad de reproducirse la especie.

López Sebastián; (1989) expresa que la madurez sexual es la expresión de la capacidad reproductiva de un individuo, es decir, la fertilidad real de la hembra, teniendo su valor como expresión de la eficacia reproductiva.

SELECCIÓN DE LAS HEMBRAS PARA EL PRIMER SERVICIO

Se debe dar prioridad a las características de mayor variabilidad genética aditiva qué maximicen el beneficio económico:

Producción de leche. En los sistemas de Doble Propósito (DP) los ingresos provenientes de la leche suelen constituir alrededor del 70% de los ingresos totales. Hasta la fecha, la evidencia ha mostrado que esta característica tiene suficiente variabilidad genética como para justificar su inclusión en programas de selección, y su enorme importancia económica indica que debe ser considerada como prioritaria en la evaluación y selección de hembras. Para medir la producción de leche se recomienda hacer pesajes individuales a intervalos regulares. En sistemas DP, debido a la práctica común de la alimentación a pastoreo, se asume que los efectos de las condiciones ambientales sobre la producción diaria son muy marcados, por ello se recomienda pesajes al menos cada dos semanas en estos sistemas de producción.

La cantidad de leche total producida por lactancia de cada hembra se calcula multiplicando la producción del día de pesaje por el número de días entre un pesaje y otro y luego sumando los subtotales.

En los sistemas de producción en los que el ordeño va acompañado del amamantamiento natural, es común observar diferencias en cuanto a la proporción de leche dejada para el becerro dependiendo de su edad y estado físico. Esto constituye una fuente de variación no genética que afectará la comparación entre vacas por lo que, en la medida de lo posible, el productor debe tratar de que el sistema de ordeño sea uniforme para todas las vacas.

Otros factores no genéticos importantes que afectan los niveles de producción de leche de un rebaño son: año de parto, época del año en que ocurre el parto, edad de la vaca, número de ordeños por día, período seco previo y período vacía actual.

Eficiencia reproductiva. La fertilidad es de primordial importancia económica.

Una mayor eficiencia reproductiva conlleva un mayor número de períodos de máxima producción láctea a través de la vida de la vaca, un mayor número de vacas en ordeño, una mayor disponibilidad de animales para selección de reemplazos y mayores ventas de machos para carne o reproducción. Además, la disponibilidad de novillas de reemplazo es el principal factor determinante de la intensidad de selección que se puede ejercer en cada rebaño.

La mayoría de los estimados de variación genética para características de fertilidad en hembras en el trópico son muy bajos, pero es probable que los resultados disponibles subestimen la variación genética real, puesto que los parámetros generalmente utilizados para medir fertilidad (número de servicios por concepción, días de intervalo entre partos, etc.) no permiten cuantificar el comportamiento de los animales “problema” que no vuelven a concebir o parir. Por otra parte, existen evidencias de una marcada correlación negativa entre fertilidad y producción de leche en rebaños tropicales, con indicios de tener base genética, lo cual hace necesario incluir ambas características en el programa para evitar la disminución de la fertilidad a causa del avance genético que pueda lograrse en producción de leche.

Los factores no genéticos que deben considerarse en la evaluación de la fertilidad de hembras dentro de un rebaño normalmente incluyen: año de parto, estación de parto, edad de la vaca, normalidad o anormalidad del parto anterior, sistema de servicio (natural o artificial) e inseminador (en caso del uso de inseminación artificial).

Crecimiento. Se debe incluir el peso del becerro como uno de los indicadores del mérito de la vaca (habilidad materna) en sistemas de ordeño con amamantamiento sin suplementación del becerro. En estos sistemas, es posible que la restricción del amamantamiento promueva la búsqueda más temprana de nutrientes distintos a la leche materna (forrajes, por ejemplo) lo que incrementaría las diferencias entre vacas debidas a un efecto no genético. Por lo tanto, el peso del becerro a una edad anterior al destete (4 meses de edad aproximadamente) es un indicador más preciso del mérito de la madre. En caso de que el sistema esté basado en amamantamiento restringido con suplementación de los becerros, el crecimiento predestete de los becerros es un mal indicador de la habilidad materna, más aún si los becerros son alimentados en grupos de manera que aquellos que consuman menos leche puedan compensar con un aumento en el consumo de alimento.

En cuanto al crecimiento postdestete, la selección debe ser aplicada a las novillas. Así, deben descartarse aquellas novillas que no alcancen el peso requerido para servicio a una edad razonable, el cual debe ser de 65 a 70% del peso adulto. Se sugiere fijar una edad límite entre 3 a 6 meses por encima de la edad promedio a la que las hembras alcanzan la edad de servicio en el rebaño bajo consideración, de tal manera que aquellas novillas que no se preñen antes de la edad límite fijada deben ser eliminadas del rebaño.

Apariencia externa. Los animales a seleccionar deben estar libres de defectos anatómicos hereditarios que afecten su desempeño productivo, de eso no cabe duda. Por lo tanto, la discusión en este punto no se referirá a la toma de decisiones con respecto a la existencia o no de defectos visibles, sino a la enorme importancia económica que parece dársele a las características de conformación o tipo, como si la conformación tuviera un valor per se muy importante. Sin embargo, la única justificación aceptable de esta situación sería que la conformación sirviese como base confiable para predecir el comportamiento productivo, especialmente en aquellas características que son difíciles o imposibles de medir en el animal vivo o que sólo se manifiestan al final de su vida, tales como peso al sacrificio o características de calidad de la canal.

En términos generales, se sabe que la evaluación de la conformación es subjetiva y, aun en manos de clasificadores expertos, la diferencia entre ellos ejerce efectos importantes sobre los puntajes asignados a los animales. Además, ningún aspecto de la conformación ha demostrado ser consistentemente más útil que los datos de producción para predecir el valor genético del animal para características productivas. Así que el exagerado valor atribuido en el mercado a animales excelentes en conformación no es justificable en términos de su valor al productor comercial.

Estas son razones suficientes para concluir que ningún aspecto de conformación debe incluirse en programas de selección en el trópico mientras no se cuente con datos científicos generados localmente que lo justifiquen económicamente.

Otras características. Ocasionalmente pueden ser incluidos otras características en la selección, dependiendo de la importancia económica que posean en ciertas circunstancias. Una de ellas es el porcentaje o volumen de sólidos lácteos. Sin embargo, la dificultad de medir sólidos en vacas individualmente y la falta de compensación económica por calidad organoléptica en la actualidad imposibilitan su inclusión en forma generalizada.

La sobrevivencia es de vital importancia económica. Tradicionalmente, las características asociadas con la habilidad

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