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Matute Caso Policial


Enviado por   •  28 de Abril de 2015  •  4.354 Palabras (18 Páginas)  •  243 Visitas

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Caso Matute: Los secretos del Edecán de Bachelet

Documentos obtenidos por El Ciudadano demuestran que traficante mencionado en el proceso por la muerte de Jorge Matute Johns tenía línea directa con escolta presidencial de Ricardo Lagos. En sigilo, la ministra Carola Rivas interroga a ex funcionarios de Carabineros que denuncian la existencia de una red narco que involucra en posible calidad de encubridor al ahora edecán de Michelle Bachelet.

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Una desagradable sorpresa se llevó el ingeniero Eduardo Sepúlveda Pedreros cuando observó que dos vehículos se dirigían raudamente a golpear su parachoques trasero por el espejo retrovisor. En el lluvioso Concepción, esa medianoche de junio del año 2000, no podía elegir otro rumbo que no fuera el sector de Lomas de San Andrés. Sobresaltado pensó seguramente en sus hijos, los que mantenía allí ocultos fuera de todo peligro. Acechado, sin embargo, por el temor de que pudieran seguirlo, pescó el teléfono y llamó rápidamente al teniente de OS7 de Carabineros, Jaime Guzmán Pons.

Una patrulla recibió la orden de interrumpir sus diligencias en Coronel para constituirse en escena lo más pronto posible. Al llegar estaba Sepúlveda, quieto en su refugio, y a no más de 50 metros el par de vehículos sospechosos. “¡OS7!”, gritó el funcionario a cargo del procedimiento. Lo que atinó a responder uno de los ocupantes fiscalizados era que tenía un familiar que trabajaba en la Dirección de Inteligencia de Carabineros.

Hace pocos días, en compañía del uniformado que atendió el llamado del ingeniero hostigado, el jefe de la sección antidrogas penquista, Rodrigo Uribe Ibáñez, había entrevistado a una testigo de nombre Susana Ramírez, cónyuge de Eduardo, la cual había convivido en secreto con un traficante al que apodaban “Mañungo”.

Éste, de nombre Manuel Hernández Delgado, conocido comerciante y dueño de prostíbulos de Coronel, había incentivado la adicción de Susana por la cristalina cocaína, trayéndola consigo en sus viajes a Coquimbo y Santiago, tanto para coordinar la compra de drogas a un ciudadano peruano como para efectuar entregas a clientes de selecta reputación.

En palabras de la mujer convertida en informante, ese personaje de bigotes, famoso por la distractora baliza que montaba en un Subaru Legacy adquirido directamente a la Colonia Dignidad y enchapado con una placa metálica que decía “República de Chile”, poseía antecedentes claros sobre los captores del universitario Jorge Matute Johns, el protagonista del enigma policial que tenía crispado a todo un país.

Pero había otra cosa que a esa fecha concentraba la atención de la prensa mientras la jueza Flora Sepúlveda se aprestaba a investigar la arista “Mañungo” en el caso de presunta desgracia que tenía sobre los hombros: la detención de un hombre que había sido imposible de tocar en Carabineros, incluso cuando funcionarios de la misma institución denunciaron al ahora edecán de la presidenta Michelle Bachelet por integrar junto a él una potente red de narcotráfico protegida por policías.

LA COFRADÍA

“¿Podemos conversar el asunto de las fotografías? Yo también estoy trabajando en otro caso que usted sabe”, soltó el capitán y psicólogo Claudio Carrera cuando llegó hasta el penal El Manzano y se presentó ante “Mañungo” en julio del 2000.

El otro caso al que se refería el policía era el misterioso desvanecimiento de Jorge Matute, ocurrido hacía pocos meses en la discoteca del cirujano Bruno Betanzo, local que, la noche del 19 al 20 de noviembre de 1999, había sido visitado circunstancialmente por Coke, su amigo Gerardo Roa y las hermanas Maldonado, sin que el primero del grupo volviera jamás a los brazos de su madre.

Pese a que la antigua acompañante de Hernández, Susana, había dicho a la PDI que el traficante sabía lo ocurrido con Matute, la mujer declinó seguir colaborando con Investigaciones, aludiendo a supuestos maltratos verbales del comisario de la Brigada de Homicidios de Santiago, Héctor Arenas, quien llegó a investigar el caso a un mes de la desaparición. Lo que originalmente declararía en tribunales versaba sobre el caso Matute y “lo que menos se me preguntó fue sobre ese caso”, comentó la ex amante de “Mañungo” a sus verdes custodios.

2. Rafael Rojas y BacheletTanto las observaciones de Susana como la conversación de Carrera con el narco del Subaru, ocurrida 26 días después de la detención de éste último en un operativo que dio inicio al denominado caso del “cartel de Coronel”, constan en una carpeta de más de 600 páginas de procedimientos del OS7 a las que accedió El Ciudadano.

Así las cosas, en ese interrogatorio de julio, un cúmulo de imágenes incautadas en un restorán de Playa Blanca administrado por la hermana de “Mañungo” era la carta que Carrera tenía bajo la manga. A las pistas de baile de “La Casona de Mirla” solían concurrir decenas de carabineros en servicio activo, entre los que resaltaba el nombre de un funcionario que desde 1994 a 1997 había estado a cargo del organismo institucional llamado a combatir el tráfico de estupefacientes en la Región del Biobío.

“Tenemos al teniente Rojas. Él admitió en Santiago que lo conocía. ¿Usted lo ubicaba?”, le preguntó el capitán. Obtuvo como respuesta un silencio y tres “no” consecutivos.

El inquisidor consultaba así por la persona de Rafael Rojas Agurto, oficial que ingresó a la policía uniformada en enero de 1985 y al que se le concedió un traslado oneroso desde Concepción a La Moneda, pasando a integrar el Grupo de Escolta Presidencial de Eduardo Frei Ruiz-Tagle en 1998. Tres años antes de velar por la seguridad personal de Frei, Rojas había sido señalado por una testigo de OS7 – que no es Susana – como alguien cercano al traficante mencionado en el caso Matute.

Rojas no podía ocultar su interés en la desaparición del joven de Villa Spring Hill. Fue por eso que, debido a que en el caso comenzaba a vislumbrarse la posible participación delictual de agentes con placa, se jactó de ser amigo del entonces ministro del Interior, José Miguel Insulza, para demostrar el poder que a su juicio ostentaba frente a ciertas amistades de la Octava Región. No obstante, sólo pudo ponerse el cordón dorado cuando Bachelet regresó al palacio de gobierno: en 2014 fue nombrado edecán junto a tres oficiales respectivos de las Fuerzas Armadas, cargo desde el cual comparte diariamente con la jefa de Estado, coordinando su agenda protocolar y asistiendo casi a la totalidad de sus actividades.

En la causa rol 21.600 del ex Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano o “caso Mañungo”, llevado adelante por el

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