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Medio Ambiente


Enviado por   •  15 de Abril de 2013  •  4.295 Palabras (18 Páginas)  •  307 Visitas

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PERCEPCIONES DEL MUNDO E IDEOLOGÍA: LECTURAS DE LA HISTORIA

PROBLEMATIZACIÓN DE NUESTRO MUNDO

Por añoranza de lo inesperado, nosotros, habitantes de un planeta regido por burocracias y reglamentos nacionalistas, controlado por pasaportes y fronteras, seguimos creando regiones que no caben en este mundo, lugares que se insertan en los rígidos atlas oficiales con tenacidad y artimaña de anarquistas. Alberto Manguel (1) Las riquezas incalculables de petróleo, gas, minerales, agua, productos agrícolas y pecuarios y recursos biogenéticos hacen de Sur América una de las más importantes despensas genéticas, energéticas, alimentarias y culturales del planeta, con gran atractivo para los inversionistas privados. Los grupos financieros internacionales, con fondos que han pasado por diversas denominaciones –como petrodólares, eurodólares, euromonedas y préstamos financieros internacionales–, hoy día incorporan un nuevo producto denominado los “derivados financieros”,que son opciones de compra o venta de acciones o divisas para todo tipo de productos y que en la actualidad alcanzan el novedoso y sofisticado mercado del control, exploración y explotación de territorios. El 30 de diciembre de 1901, ante la Segunda Conferencia Internacional Americana, en la ciudad de México, se presentó la relación de los viajes de exploración hechos por el Señor general don Rafael Reyes y sus hermanos don Néstor y don Enrique, titulado “A través de la América del Sur” (2). Ahí quedaron destacadas la riqueza hídrica y su red natural de interconexión fluvial como uno de los potenciales principales de Sur América. La realización del Ferrocarril Intercontinental y las hidrovías, junto con algunos nodos de unión carreteadles, harían posible el sueño de la red suramericana para el intercambio comercial de la región con el Pacífico (Asia) y el Atlántico (Caribe, Estados Unidos y Europa). Desde entonces, están visionadas varias redes y rutas de intercambio como la vía fluvial y marítima que puede interconectar y avanza sobre el río Putumayo (Colombia) y llega hasta Rio de Janeiro (Brasil). El oro, las esmeraldas, los productos agrícolas y pecuarios, la riqueza y variedad biogenéticas, las riquezas, energéticas e hídricas y, obviamente, la posición geoestratégica fueron la base fundamental de esa anticipada y ambiciosa propuesta política y comercial. El texto de Reyes, iniciado con la sentencia “En ninguna ocasión, como en la presente, hemos vacilado tanto para dejar correr la pluma sobre el papel”, presagiaba el proceso de ocupación, explotación y usurpación del territorio de nuestra América del Sur durante los siguientes “cien años –ya no solo– de soledad”.

El mundo se entera de América Desde el siglo XVI, América del Sur se perfilaba como uno de los más grandes e influyentes poderes políticos de Europa y el mundo, y las redes y sistemas viales para el intercambio comercial (fluviales, marítimas y de caminos reales y veredales) comenzaron a ser la preocupación fundamental para esta naciente economía colonial. “La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia”, como anotara Gabriel García Márquez (3). Guerras de independencia, golpes militares, derrocamientos de gobiernos democráticos, violencias de todo cuño, y un cúmulo de imposiciones políticas, comerciales, financieras y culturales marcan el ritmo de la historia de este apetecido rincón de la Tierra en el que las exigencias de la globalización económica del liberalismo a ultranza hacen de nuestra América del Sur un territorio estratégico en lo político y lo económico. Fueron expediciones precursoras para el conocimiento de la riqueza continental la del gran navegante fluvial don Miguel María Lisbo (brasileño), quien atracara en La Guaira (Venezuela) el 21 de septiembre e 1852; las expediciones y relatos del Barón de Humboldt, que exaltaban los Valles de Aragua, también en Venezuela, y las incursiones por el Río de la Magdalena, el Atrato, el Darién, La Plata y tantos otros. Y cómo no mencionar las inolvidables páginas de relatos, visiones y sentimientos libertarios del Correo del Orinoco (4), fundado por Simón Bolívar en Angostura en junio de 1818.

Valores estratégicos Todo este telón escénico es sucedido por un sinnúmero de intervenciones que nueva ocupación. De 1904 a 1914(5), la Fundación Rockefeller proyectaba la conquista del “exótico paraíso selvático” del Amazonas. En 1924 se extendía “cordón sanitario” desde México hasta el norte de Sur América, con el fin fundamentan la gran misión de sin fronteras el de proteger la incipiente pero lucrativa industria frutícola multinacional. La década del 30, como puede apreciarse en el documento presentado por la Sociedad Americana de la Biblia (19 de mayo de 1931), presencia centenares de misiones evangelizadoras en busca de la salvación de este tradicional “centro de impiedad latinoamericano”, y el espíritu filantrópico de la Fundación Rockefeller inunda los campos paganos de nuestra América sureña. El eco de los incas (sabios aborígenes) quedó para siempre atrapado en la expedición a los Nascas, al Tiahuanaco y a las 3.000 millas de Cordillera Andina recorrida en la misión investigadora de 1937. La “Venezuela Connection” de 1939, que culmina con la “Compañía de Fomento Venezolana”, presagia también los actuales organismos y pactos comerciales (ALCAOMC). Abastecedores de energía y alimentos durante la Segunda Guerra Mundial, fuimos objeto de grandes inversiones para el saqueo de nuestros recursos. Igualmente, las más grandes empresas de telecomunicaciones nunca antes vistas se apoderaban paulatinamente de nuestro espacio radioeléctrico. Programas de radio de CIAA. Rockefeller; 1.267 periódicos expandidos como una gran red de información desde México hasta la Patagonia (Chile-Argentina). También, el Instituto Nacional Indígena, la Fundación Interamericana de Educación, el Instituto Lingüístico de Verano y el Consejo de Investigaciones Sociales fueron unas de las tantas organizaciones que en la década del 40 continuaron la estrategia de expansión social y cultural de los intereses estadounidenses sobre nuestro territorio. Los memorables 1942, 1948, 1953, años del Plan Marshall, nos recuerdan a los habitantes de estas olvidadas comarcas que la conquista por la vía de la guerra era en serio. La inquietud por la superpoblación de nuestro continente en los años 50 y 60 nos colocó nuevamente en la mira. “La Sangre del Cóndor”, en la década del 60, como eufemísticamente se denominó, fue el plan de control natal de poblaciones indígenas más genocida que recuerden los hermanos bolivianos; los cerca de 200.000 niños(as) que morían en América Latina antes de cumplir dos años en esta misma década;

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