Necesidad de la Formación Axiológica en Niños y Niñas Desde la Casa y la Escuela

¿Es Necesaria la Formación en Valores de los Niños, Niñas y Jóvenes Desde la Familia y la Escuela?

Los humanos como seres racionales y  sociales, sentimos la necesidad de estar todo el tiempo interactuando con los demás, esto nos expone en todo momento  a estar expuestos en todo momento a algún tipo de aprendizaje, bien sea de tipo cognitivo o de tipo social, entre otros.

Es muy notorio si se habla de educación en valores, se relacionan inexorablemente dos aspectos fundamentales que van estrechamente ligados con la conducta. Estos aspectos son la moral y los valores. La moral como reguladora  de la conducta de los individuos y los valores como determinadores de las reglas de conductas.

Es evidente la pérdida de valores y la necesidad hoy día de fortalecer la educación en valores de los individuos de nuestra sociedad, lo cual supone un esfuerzo enorme desde la familia como primer corresponsable de la educación de sus hijos y la escuela como garante del fortalecimiento de este proceso.

Desde el ámbito familiar, resulta casi que obligatorio hacerse los siguientes cuestionamientos, ¿Desde qué momento se empezaron a perder los valores en la sociedad moderna?, ¿Están realmente los padres convencidos en la formación en valores de sus hijos como prioridad?, ¿Qué acciones se están tomando para promover los valores desde el hogar?, ¿Está la familia haciendo bien la tarea o por el contrario, cediéndole esta responsabilidad a la escuela?

En ese mismo sentido, ¿están dadas las condiciones en las escuelas para la formación en valores?, ¿se está dando más relevancia al aspecto cognitivo que a al aspecto moral?,

El eje central de este ensayo estará enfocado en realizar una defensa de la necesidad de la educación en valores a los niños, niñas y jóvenes desde la familia y la escuela, con el fin de fortalecer la sana convivencia en una sociedad  como la nuestra.

Se define como educación en valores como:

Según Garza, J y Patiño, S (2000) “Un replanteamiento cuya finalidad esencial es humanizar la educación”.

Por su parte, Juárez, J y Moreno, M (2000) al referirse a la educación en valores indican que “las cosas pasan pero queda el valor de lo que esas cosas fueron, y es en ese momento cuando el valor comienza a tener sentido en la persona”, suponiendo así que “educar se convierte en una realización constante de valores, transmitiéndolos, ponderándolos y cultivándolos, como una forma de internalizarlos y la mejor manera de evaluar la internalización de un valor es a través de la actitud ejemplificarte del individuo”

Este punto de vista reafirma que el educar en valores es un proceso constante que necesita de abonar el terreno para luego cultivarlo y a lo largo del tiempo ver los frutos resultado de este proceso, tanto así que sí  el trabajo fue bien hecho los frutos del proceso perdurarán en el tiempo. Partiendo de aquí estaríamos dando respuesta a nuestro primer interrogante  y parece ser que la clave está en el tiempo, y el cambio de la forma de vida en un proceso que en Colombia se llamó la urbanización, que consistió en que las familias del campo se vinieran para las ciudades, obligando con esto a los padres a salir a trabajar y dejar a sus hijos la mayor parte del tiempo solos o al cuidado de otras personas, descuidando la transmisión de valores por causa del excesivo trabajo. Esto también guarda relación con nuestro segundo interrogante, y es que a partir de la urbanización, comienza otro estilo de vida y este tiene que ver con acumular riquezas para vivir mejor, lo cual supone que se le da más prioridad al trabajo y a conseguir dinero que a lo que realmente perdurara en el tiempo que es la formación en valores. Con respecto al tercer y cuarto interrogante, son pocas las acciones que se están tomando en las familias para educar en valores porque la prioridad está enfocada al campo productivo, lo cual conlleva a que está responsabilidad se le traslade a la escuela, tanto así que se ha vuelto común la lucha escuela – padres de familia para encontrar responsables en el fracaso conductual de los niños.

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