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PRIMERA ENTREGA SEGUNDO CORTE

KMPUZANO19 de Noviembre de 2011

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PRIMERA ENTREGA SEGUNDO CORTE

ESPAÑA REALIZA PRIMER VUELO CON BIOCOMBUSTIBLES

por , Notimex | Fecha: 10/03/2011

Los biocombustibles son una alternativa viable al agotamiento de energías no renovables, como el gas y el petróleo.

- AFP/GettyImages

Forma parte del proyecto español “Vuelo verde"

MADRID, España.- La aerolínea Iberia y la petrolera Repsol llevaron a cabo hoy el primer vuelo español propulsado por biocombustibles, en la ruta de puente aéreo Madrid-Barcelona, a través de un Airbus A320.

Durante el trayecto se consumieron unos dos mil 600 kilogramos de una mezcla de biocombustible de camelina y carburante JET A-1 convencional, que permitieron un ahorro de cerca de mil 500 kilogramos de emisiones de bióxido de carbono (CO2).

De acuerdo con un comunicado conjunto, el biocombustible de segunda generación utilizado en la prueba, es una mezcla realizada por ASA con Bioqueroseno Parafínico Sintetizado producido por Honeywell-UOP y evaluado y acreditado por Repsol en su Centro de Tecnología.

Esta mezcla permite un ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero cercano al 20 por ciento.

Tiene las mismas características que el carburante Jet A-1 que se usa en aviación y contiene un 25 por ciento de biocarburante de camelina, una planta oleaginosa no comestible que no requiere condiciones ambientales específicas y puede cultivarse en España.

Iberia se ocupó de la planificación de los aspectos operativos del vuelo (avión, tripulación, programación, entre otros) y, para la asistencia en tierra de este avión en Barajas, utilizó un coche eléctrico modelo iON de Peugeot.

La compañía está realizando pruebas con distintos tipos de estos vehículos para ver cuál se adapta mejor a las condiciones atmosféricas del aeropuerto.

El comunicado explicó que en este vuelo Iberia aporta, además, los medios técnicos y de personal necesarios en el mantenimiento, incluidas sus instalaciones en La Muñoza, próximas al aeropuerto de Barajas, donde se realizó la carga del biocombustible. La aerolínea española también monitorizó permanentemente con Airbus y éste, a su vez, con los fabricantes de motores, la certificación técnica y operativa de este biocombustible para su uso en aviación comercial.

Repsol se encargó de la obtención, distribución y logística del combustible, cuya formulación ha sido evaluada y acreditada por los investigadores del Centro de Tecnología de la firma, que lo han sometido a distintos ensayos de alto rendimiento.

Esta operación se enmarca en el proyecto piloto “Vuelo verde”, pionero en el sector aéreo de España, y que nació en febrero de 2011 con el objetivo de avanzar en la utilización de biocombustibles en la aviación.

BIOCOMBUSTIBLES Y EL DESABASTECIMIENTO ALIMENTARIO

Por: FÉLIX MANZUR | 8:44 p.m. | 28 de Septiembre del 2011

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Cuando en Taiwán se inicio la industrialización masiva, el sector agropecuario fue desatendido. Vino el mayor colapso en la seguridad alimentaria, al escasear los productos de la canasta familiar, y se importó prácticamente casi todo lo necesario para atender los requerimientos nutricionales de la población.

En Cuba, el cultivo del azúcar, con las famosas zafras tan ponderadas por el régimen comunista, descuidó también otros segmentos productivos y ocasionó carestías y hambruna al no tener planes de contingencia. Se insistió en el monocultivo y se olvidaron, inclusive, del régimen proteínico alimenticio que vulneró la salud de los isleños, lo que generó hasta ceguera en niños, adultos y ancianos.

En México, según el Carnegie Endowment, de Washington, por no tener un plan B que protegiera los embates del Nafta y el TLCAN, desde 1994, cuando empezó el tratado de comercio exterior, se perdieron diez millones de hectáreas y dos millones de empleos.

El nuevo milenio trae consigo nuevos paradigmas en cuanto a la productividad y también nuevos esquemas alternativos y tecnológicos para la generación de energía que mueva al mundo contemporáneo. Uno de estos nuevos escenarios que jalará la productividad del sector agropecuario será el del 'boom' de los biocombustibles.

Si bien es cierto que traerá consigo trabajo y maximización de la productividad rural, también podría desencadenar el mayor desabastecimiento alimentario o, peor aún, el mayor atentado mundial contra la seguridad alimentaria de los pueblos.

Los biocombustibles, que no es otra cosa que transformar el alimento humano en energía que mueva los carburadores del mundo y devoren la canasta familiar, requieren un tratamiento especial o un plan B que proteja los recursos necesarios para la seguridad alimentaria.

Veamos un ejemplo sencillo y lacónico de lo que significa potenciar la productividad de estos combustibles y la incidencia en el encarecimiento de un simple producto y la secuela devastadora sobre los 'clusters' o cadenas productivas, valores agregados y cadenas de valor alimentarias. El maíz, que a través de milenios y centurias ha sido uno de los productos básicos en alimentación planetaria, sufrirá una de las mayores transformaciones en cuanto a precios inalcanzables para las poblaciones vulnerables. Su precio, que estaba antes del 'boom' de los biocombustibles en algo más de trescientos mil pesos la tonelada, se trepó hasta casi los ochocientos mil pesos, aunque ha caído últimamente. El kilo de azúcar está en un cincuenta por ciento más caro. Como si fuera poco, los valores agregados de estos productos y su transformación industrial o artesanal en harinas, confituras, heladería, arepas, pastelerías y horneados, croquetas, hasta la sencilla y popular caramañola, el choclo y las apetecidas tortillas, como también las sofisticadas y bien empacadas 'country crackers' y 'cornflakes', se elevarán con precios inalcanzables para los más pobres de las comunidades; incluso, algunas desaparecerían del mercado si continúan subiendo.

Los biocombustibles, indudablemente, ayudarán a las economías del mundo. Crearán nuevos escenarios en la productividad, en la creación de miles de fábricas y millones de puestos de trabajo en todos los puntos cardinales. Inclusive, atenuarían el colapso que se preveía en nuestro país del sector agropecuario, ante la entrada en vigencia del TLC con los Estados Unidos.

Este gran esquema traerá también hambruna y desabastecimiento alimentario. Los grandes, medianos y pequeños plantíos le venderán a quien mejor pague sus productos y, lógicamente, no va a ser el de la tienda de la esquina ni el del centro comercial el mayor comprador, sino las fábricas que transformen estos productos en etanol o biodiésel para los vehículos y sus voraces carburadores de 'fuel injection'.

¿Qué hacer, entonces, como plan de contingencia para asegurar la seguridad alimentaria y evitar el desabastecimiento? Como primera medida, proponer o insinuar al Congreso, al Ministerio de Agricultura y a la Presidencia de la República un proyecto de ley que se podría denominar derecho de inclusión alimentaria. ¿En qué consistiría?

Sencillamente en que, como estamos viendo las alzas inclementes de los productos básicos de la canasta familiar utilizados para la fabricación de biocombustibles, urge tener un plan B que proteja al ciudadano en su derecho a la alimentación, con precios módicos o por lo menos asequibles. Este derecho de inclusión alimentaria establecería parámetros porcentuales obligatorios para ser vendidos en tiendas, supermercados y centrales de abastos con precios de sustentación comerciales y no monopolísticos. Un ejemplo sencillo y entendible: quien siembre mil hectáreas de maíz, yuca, caña, remolacha, palma u otro producto para ser vendido al fabricante de biocombustible debe destinar obligatoriamente el 10 por ciento de su producción a la seguridad alimentaria. O sea, para ser vendido para consumo humano y no para los vehículos. Lógicamente, a costos de canasta familiar. El control lo establecerá el Estado a través del Ministerio de Agricultura, del ICA y de Corpoíca.

Si no somos planificadores y previsivos, el desabastecimiento vendrá y las consecuencias políticas, sociales y económicas serían peores, lo que nos encadenaría a conflictos geopolíticos ocasionados por los nuevos paradigmas mercantiles o industriales.

BIOCOMBUSTIBLES A PARTIR DE MADERA Y AGUA

Una compañía de Georgia, Renmatix, descubrió una manera de convertir los desechos de las cosechas en biocombustibles usando, no enzimas ni ácidos, sino agua.

MAR 27 SEP 2011 | 16:10

Renmatix, una compañía norteamericana, ha vencido donde otros han fallado. Logró convertir desechos de la agricultura en biocombustibles usando sólo agua comprimida a altas temperaturas. El objetivo de la empresa es comercializar esta tecnología que convierte en combustible a pedazos de madera, celulosa y otras partes no comestibles de las cosechas. Si funciona, este proceso podría reducir la dependencia americana en petróleo extranjero y, aparte, ayudaría al medio ambiente porque fomentaría el uso de energía renovable.

Como funciona con desechos de la agricultura este biocombustible es mejor porque no necesita de grandes campos cultivables que hoy se

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