Parlamento

“Entre los individuos, la amistad nunca viene dada, sino que debe conquistarse indefinidamente” (Simone de Beauvoir).

Distinguidos miembros del jurado, autoridades educativas, compañeras y compañeros.

Mi nombre es Misael Barajas Galvez, representante del sexto grado grupo “A” de la escuela primaria 5 de Febrero turno vespertino, el día de hoy vengo a presentarles mi punto de opinión con referente a “La práctica de los valores en mi escuela y en mi familia que permiten tener una mejor participación social”.

Elegí este tema porque al igual que ustedes comparto la ilusión por transformar a México, anhelo tener un país seguro donde se practiquen los valores, donde abunde el respeto, la verdad, la honestidad, la paz, la amistad y el amor para fortalecer así la armonía y la convivencia entre todos nosotros.

Sé que actualmente existen muchas influencias negativas en nuestra sociedad, sé que la delincuencia y las drogas nos han rebasado, que la falta de honestidad nos rodea, que la fe en los buenos actos se ha perdido, sé que el estrés y lo acelerado del vivir de los adultos los mueve a centrarse en cuestiones materiales, sé que el hambre abunda, que el desempleo, la falta de economía mueve a las personas a estar ocupados siempre y que ahora sus presencias en los hogares hacen falta, hacen falta los buenos ejemplos y la educación con amor y límites; por este motivo considero importante que los niños y niñas como yo recibamos una educación adecuada en casa y en nuestras escuelas basada en valores, sólo de esta manera seremos capaces de tomar nuestras propias decisiones con criterio propio pudiendo convivir en sociedad como una personalidad firme y madura.

En mi opinión los valores más importantes que deben estar unidos a la educación de cualquier niño o niña son: convivir en paz, tolerancia, convivencia, respeto mutuo, derechos humanos, inclusión, medio ambiente, salud y sexualidad, prevención de violencia, honestidad, sinceridad, comunicación asertiva, esfuerzo para conseguir metas, perseverancia, etc.

Es importante que cada persona tenga valores fijos para encajar adecuadamente en la sociedad; juzgamos a todas aquellas personas que tienen un actuar ante nuestros ojos negativo, pero nos hemos preguntado ¿cómo fue educado?, hemos volteado a ver ¿cuáles son sus bases familiares?, hemos analizado ¿dónde y con quién creció?, sabemos las vivencias que ha tenido, las cuestiones que lo orillan a ser así. Nosotros mismos como niños rechazamos y juzgamos a quien es diferente a nosotros sin pensar si a esa persona le falta amor, si esta carente de muestras de respeto, no sabemos si le falta ser incluido, si le falta ser escuchado, si le falta ser atendido.

Por eso yo creo que educar en valores no es un deber solamente de la escuela y de los maestros, la educación en valores debe empezar desde nuestra casa y desde que nosotros los niños somos bien pequeños. Desde que nacemos nuestros padres tienen que darnos una educación que nos ayude a desarrollarnos adecuadamente y a convertirnos en personas empáticas, coherentes y con principios, deben a través de su amor y de sus ejemplos enseñarnos a respetar, a convivir de manera adecuada con todos nuestros semejantes, es su obligación mostrarnos el mundo a través de ejemplos positivos, yo creo fielmente que los valores hacen buenas a las personas y por ello debemos practicarlos.

Conversando con mis compañeros y compañeras de grupo ellos opinan que en la actualidad pocos ciudadanos practican los valores, es común andar por ahí y escuchar groserías, ver cómo la gente prefiere cerrar los ojos y fingir que están dormidos con tal de no ceder el lugar a alguien que verdaderamente lo necesitan, es notorio ver como una persona prefiere guardarse un cambio mal dado que devolverlo. Es súper común observar cómo nos hacemos de lado si pasa una persona mal vestida o que huele mal producto de su trabajo, pero qué hemos de aprender si desgraciadamente lo vemos en los ejemplos de nuestros adultos.

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