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Podemos definirlo como el desajuste negativo entre capacidad real de un alumno y su rendimiento escolar valorado académicamente


Enviado por   •  16 de Agosto de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.080 Palabras (9 Páginas)  •  214 Visitas

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Fracaso Escolar

Podemos definirlo como el desajuste negativo entre capacidad real de un alumno y su rendimiento escolar valorado académicamente.  Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hay que adoptar tres perspectivas en el estudio del fracaso escolar. Desde una perspectiva sistémica, el fracaso escolar ocurre cuando el sistema educativo no consigue el objetivo de una educación inclusiva que fomente el aprendizaje de los estudiantes. Desde una perspectiva de las escuelas, el fracaso ocurre cuando la escuela no garantiza un entorno de aprendizaje adecuado. Desde una perspectiva individual, el fracaso escolar se puede definir como el fracaso del alumno en obtener un nivel mínimo de conocimiento y habilidades, que puede terminar conllevando el abandono

 Este término tiene que ver con la expectativa que se tiene desde el punto de vista del currículo. Se define como fracaso escolar cuando no coinciden estas expectativas predeterminadas con capacidades, potencialidades y talentos diferentes, con el desempeño que tiene el estudiante. El fracaso escolar se puede definir como un fenómeno dado en los escolares que presentan bajo rendimiento escolar, discapacidades en las materias instrumentales como lectura, escritura y cálculo.

En este concepto polimórfico, todos los que intervienen en la educación tienen su responsabilidad: la sociedad, la familia, la institución escolar, los profesores, los alumnos y aun los legisladores. En realidad, se trata de un fracaso social, porque de un modo u otro la disfuncionalidad afecta al conjunto de la sociedad.

En México al igual que en otros países de América y Europa, el índice de fracaso escolar a nivel medio superior ha aumentado en los últimos años, estadísticas mostradas por el Centro para el Desarrollo del Alto Potencial (CEDAP) señalan que a escala internacional, México presenta un 31% de la población estudiantil de bachillerato con éxito escolar al igual que Suecia, Italia, España, Luxemburgo, Grecia y la República Checa; en comparación con Estados Unidos que presenta un 71% de alumnos exitosos. Más de un millón de alumnos abandonan sus estudios durante el ciclo escolar, lo que para el país se tradujo en pérdidas de más de 34 millones de pesos. Éste fue el costo que debió pagar México por el más de un millón de estudiantes que abandonaron sus estudios en los diferentes niveles de educación, señaló recientemente la Secretaría de Educación Pública (SEP), entidad que, además, agregó que no sólo es un problema económico, sino que también esta realidad impactará de forma negativa en el desarrollo de la nación. 

Factores determinantes del fracaso escolar.

En el contexto presentado, se describen a continuación algunos de los factores que influyen en el rendimiento académico. No hay que olvidar, que el fracaso escolar depende, en mayor o menor grado, de numerosas variables, que configuran una enmarañada red en la que es harto complejo calibrar la incidencia específica de cada una. En general, los diversos estudios que intentan explicar el fracaso escolar lo hacen partiendo de las variables que aluden a los tres elementos que intervienen en la educación: padres (determinantes familiares), profesores (determinantes académicos) y alumnos (determinantes personales). Entre las variables personales más estudiadas se encuentran la motivación y el autoconcepto.

  • Motivación: se considera como un elemento propiciador de la implicación del sujeto que aprende: cuando un alumno está fuertemente motivado todo su esfuerzo y personalidad se orienta hacia el logro de una determinada meta, empleando para ello todos sus recursos. En torno a la influencia de la motivación, algunas investigaciones ponen de manifiesto que la motivación mantiene una relación circular con el nivel de procesamiento de la información y éste, a su vez, con el rendimiento. En otras investigaciones se ha hallado que la motivación es uno de los elementos que más discrimina entre repetidores y no repetidores, siendo los repetidores los que más se aburren en clase
  • Autoconcepto: resulta de la interiorización que el sujeto hace de su imagen social. Se elabora a partir de las diferentes interacciones con el contexto y agentes sociales y resulta de gran importancia el trato de aceptación o rechazo recibido de los demás, especialmente de los otros significativos. el autoconcepto académico está en la base del futuro éxito/fracaso escolar, formándose desde la Educación Infantil a partir del contacto con los iguales y la actitud y expectativas del profesor. Otras investigaciones encuentran que, cuanto mayor es el autoconcepto del alumno, más estrategias de aprendizaje utiliza, lo cual le facilita el procesamiento profundo de la información. En otros estudios se ha hallado que el autoconcepto predice mejor el rendimiento que variables como la edad o el género del alumno.
  • Hábitos y técnicas de estudio: Así como es necesario que los alumnos estén motivados, también se precisa que rentabilicen el esfuerzo que conlleva el estudio. Los hábitos (prácticas constantes de las mismas actividades) no se deben confundir con las técnicas (procedimientos o recursos). Unos y otras, sin embargo, coadyuvan a la eficacia del estudio. De un lado, el hábito de estudio es necesario si se quiere progresar en el aprendizaje. De otro, conviene sacar el máximo provecho a la energía que requiere la práctica intencional e intensiva del estudio por medio de unas técnicas adecuadas.

Otro grupo de determinantes del rendimiento son los socio familiares. La condición educativa atribuida a la familia está fuera de toda duda y discusión, siendo cada vez mayor la conciencia de la importancia del papel de los progenitores en el progreso y desarrollo educativo de sus hijos.

  • Clase social: las investigaciones al respecto informan de que, a medida que se asciende en la escala social, los resultados y expectativas futuras son mejores. En uno de los últimos estudios se informa que los alumnos de clase alta presentan un mejor uso de estrategias meta cognitivas que los de clase social más baja. La influencia de la clase social está mediada por el nivel cultural que, a su vez, determina las expectativas, valores y actitudes de la familia respeto a la educación, es decir, la motivación de logro depende más del nivel cultural de los padres que de su nivel de ingresos.

La percepción de apoyo familiar por parte del hijo incide directamente en el rendimiento, mientras que el nivel de estudios de la madre lo hace indirectamente. Otras investigaciones señalan que los componentes familiares más influyentes en el rendimiento no son los socioculturales o económicos, sino los de la dimensión afectiva o psicológica; es decir, aunque una buena formación académica de los padres, especialmente de la madre, y un ambiente cultural positivo favorecen el rendimiento escolar, son las variables afectivas y relacionales las que destacan como factor de rendimiento.

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