Porque Se Considera La Reflexion Como Uns Estrategia Que Debe Desarrollar El Docente

III. “¿POR QUÉ SE CONSIDERA A LA REFLEXIÓN COMO UNA COMPETENCIA QUE DEBE DESARROLLAR EL DOCENTE?”

Un aspecto fundamental dentro de la cotidianidad de la vida en el aula y como docente es el de “reflexionar” sobre el quehacer pedagógico y en la forma de hacer cada vez más efectiva mi labor como docente, rompiendo con esquemas tradicionales y/o cánones, proponiendo nuevas alternativas, estrategias y metodologías de trabajo donde los educandos sean participes de la dinámica del proceso de enseñanza – aprendizaje y protagonistas de su propio conocimiento.

Para continuar con el desarrollo de este tema tan significativo me parece importante partir definiendo que es la reflexión.

La reflexión proviene del término latino reflexio, se refiere al proceso que permite pensar detenidamente en algo con la finalidad de sacar conclusiones y analizar algo con detenimiento. Es una actividad que se lleva a cabo para tener consideración algo, meditando y pensando al respecto.

Teniendo como referente la definición de reflexión puedo seguir aunando en este tema de gran importancia.

“El proceso de reflexión empieza para los maestros cuando se enfrentan con alguna dificultad, algún incidente problemático o una experiencia que no se puede resolver de inmediato. Impulsados por una sensación de incertidumbre o incomodidad los maestro tratan de tomar distancia para analizar sus experiencias”

De acuerdo con este autor la reflexión tiene su propio espacio, y se necesita ir más allá de las cosas, llegar al hoyo del problema por decirlo de alguna manera, porque en ocasiones la reflexión que se hace suele ser superficial, sin llegar a una conclusión que favorezca la práctica educativa. Considero que la reflexión debe ser constante, e involucrarse de manera mental, física y emocional, pues es un proceso complejo, que involucra la intuición, emoción, pasión y no es algo que se pueda realizar de forma fácil, sino que es complejo porque simple y sencillamente implica analizar y reflexionar concienzudamente, esto es reconociendo mis fortalezas, pero también mis debilidades, es por ello que esta reflexión debe ser muy personal, y se necesita realmente estar interesados por nuestro quehacer educativo con los infantes.

“Tres actitudes básicas para esta acción: mente abierta, responsabilidad y honestidad”

John Dewey nos dice que estas actitudes son fundamentales al momento de llevar a cabo la reflexión pues el ser maestro es un arte e involucra nuestros sentidos pero también nuestro corazón.

Es necesario tener una mente abierta pues es necesario estar dispuestos al cambio, tener la disponibilidad de escuchar distintos puntos de vista, asumir distintas posturas y perspectivas que llevan a la confrontación de ideas, para así crear un nuevo conocimiento bien equilibrado. Como buen docente siempre es crucial estar reflexionando sobre lo que se hace, y constantemente preguntarse si lo que hizo fue lo correcto y porque, y por ende aceptar mis limitaciones y siempre aceptar nuevas propuestas, estrategias y metodologías de trabajo, que ayudan a superar mis limitaciones. Pero para ello es vital dejar atrás las ideas tradicionalistas y mitos que circulan alrededor de la educación preescolar y que no nos permiten superarnos como docentes y por lo tanto la educación nunca se supera. También me parece importante mencionar que es importante escuchar la opinión de distintos colegas, pues ellos nos darán otras propuestas que se pueden adoptar.

La responsabilidad es otra actitud fundamental al momento de reflexionar pues ser un maestro responsable, implica siempre tener en cuenta el papel tan importante que juego en la vida de los niños, pues de mi depende que ellos adquieran aprendizajes significativos, y por ende puedan desarrollarse integral y armónicamente, poniendo en juego todas sus capacidades. El papel que juego como docente tiene grandes repercusiones no solo académicas, sino también personales, políticas y sociales, recordemos que la escuela es una institución social y por ello nuestro papel no solo se limita a lo académico ,sino que conlleva aspectos que van más allá y que tienen que ver con la sociedad en la que nos encontramos inmersos, y en la actual sociedad tenemos grandes exigencias que nos piden a gritos superarnos, ser mejor día con día .

Por último la honestidad también es una actitud muy importante pues solo siendo honestos, podemos ser maestros reflexivos, la honestidad implica llevar a cabo de la manera adecuada la reflexión es decir, siendo responsables y teniendo una menta abierta. Como educadora reflexiva es necesario que continuamente evalué mi trabajo, mis formas de actuar con los niños y la manera que influye en ellos, si es negativa o positiva, y tener la capacidad para poder reconocer que puedo equivocarme y fallar, pero que debo reconocerlo para poder mejorar como docente y comprender mi propia enseñanza.

“La reflexión se considera una competencia, teniendo en cuenta que una competencia en el terreno de la pedagogía supone competencia en los medios de actuación y los de realización de los contenidos mentales.”

Como futura educadora que para que yo pueda tener la competencia de la reflexión necesito desarrollar una serie de capacidades para poner en operación mis diferentes conocimientos, habilidades, pensamiento, carácter, y valores de manera integral en las diferentes interacciones con los educandos dentro y fuera del aula.

Es necesario que recupere el análisis, pensamiento y reflexión pedagógica acerca de mi intervención docente, recuperando así mismo el protagonismo que conlleva mi papel frente al aula, y la sociedad en general

“…..ir al rescate de su inteligencia, su creatividad y su experiencia como materia prima de su propio proceso educativo; recuperar la unidad teoría y práctica como espacio para la reflexión y el perfeccionamiento pedagógicos , volver a los temas fundamentales , aquellos sin cuya comprensión y revisión caen en terreno estéril los mejores textos, los métodos y técnicas más modernos de enseñanza”

Desde esta perspectiva considero que el reflexionar pedagógicamente en el aula implica pensar cómo se enseña y cómo se aprende, por qué se enseña y porque se aprende. Implica repensar continuamente nuestras actitudes, prácticas y relaciones para ajustarlas a fines, supuestos y realidades cambiantes, es decir estar dispuestos a cambio ara la mejora de nuestra práctica educativa.

La importancia de la reflexión pedagógica radica en el reconocimiento de que los problemas que se tratan de afrontar deben ser planteados y resueltos por mí como docente. El éxito

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