Problematicas De La Salud
hernanevnce23 de Agosto de 2013
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PROBLEMATICAS DE LA SALUD
CAPÍTULO I
Salud- enfermedad- cuidado
La salud y enfermedad son términos que se encuentran asociados, se complementan o se oponen, según el sistema de ideas desde el que se analicen; y la atención de la salud, es decir su cuidado, es la respuesta que la sociedad elabora, a la problemática de salud- enfermedad.
Las sociedades y sus grupos, han desarrollado una experiencia y formas especiales de “conocer” o “saber” acerca de la salud y la enfermedad:
• unas veces en la práctica espontánea y cotidiana de la gente común,
• otras veces en el llamado “saber formal”, pilar básico de las acciones de salud institucionales y profesionales que construyen un cuerpo teórico, una metodología y una técnica.
En toda sociedad coexisten estas prácticas y formas de saber, y surgen interpretaciones que predominan aunque no constituyan las modalidades más avanzadas del saber. Así la mayor parte de las personas, aun muchos profesionales de la salud, piensan que la enfermedad se reduce a los problemas que ocurren en un individuo y su expresión meramente biológica. Y esto se basa en que, por mucho tiempo, la enfermedad fue pensada como lo negativo, lo patológico, lo anormal, como un disvalor, y como contrapartida, la salud, como un valor positivo y en muchos casos como “lo normal”. (Santhiá, M., 2002)
Los éxitos de la medicina moderna en el tratamiento de muchas enfermedades (como por ej. las infecciosas), promovieron el concepto de la enfermedad, a partir de la identificación de agentes causales específicos y externos, y la demarcación de síntomas y patologías.
La medicina se caracterizó así por el dualismo mente/cuerpo, por la reducción de la mayor parte de los problemas de salud/enfermedad a términos psico-químicos, con énfasis exagerado a la información biológica. El cuidado se organizó alrededor de esta forma de pensar: el organismo, sus señales, sin pensar en el peso de lo subjetivo y de las interacciones conflictivas. El encuentro entre personal de salud y sujeto de cuidado se establece en la medida que este último es portador de una lesión inscripta a nivel del cuerpo, identificada no a partir de su percepción sino en función de un significado que es pertenece sólo al dominio de lo científico. Por lo tanto la relación se produce entre el personal de salud y la enfermedad, independientemente del sujeto.
Pero el tema no es tan simple…, dado que la “representación social” de lo normal, de lo anormal, se incorpora durante la vida de la gente, como aprendizaje implícito en el medio cultural, lo que produce una segregación natural de los anormales y enfermos, alimenta el concepto de enfermedad como disvalor social, y el de salud como el valor positivo. (Marietán, H., 1991)
La generalización, tanto del concepto de normalidad como el de salud, no es posible, dado que el ser humano tiene la particularidad de incorporar patrones de conducta comunes a su cultura y a su tiempo, y al mismo tiempo poseer un grado de libertad que le permite su sello personal, de tal manera que no existen dos individuos iguales, sino DIVERSOS.
Un primer aporte para dar luz a este argumento se da en 1946, se crea la OMS (Organización Mundial de la Salud), y por primera vez se define a la salud desde una perspectiva más amplia: “salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o afección”. El organismo sanitario internacional despojaría a la teoría organicista de su cetro celosamente mantenido.
Hay acuerdos generalizados en considerar a esta definición como un gran avance. A pesar de ello, fue objeto de múltiples cuestionamientos dado que al incluir el término bienestar conduce a otras tantas confrontaciones...
¿es factible conseguir un completo estado de bienestar?...
¿cómo se define ese estado de bienestar?, ¿es subjetivo, es personal?...
¿depende exclusivamente de los individuos?, o debe intervenir la sociedad y el Estado?, para lograr un estado de salud que permita llevar a una persona una vida social y económicamente productiva.
En esta misma época, se declara los “derechos del hombre”, y dentro de ellos, el “derecho a la salud”, se comienza a tomar en consideración “el punto de vista del enfermo”, dado que muchas veces la “enfermedad” de la persona no coincide con la “enfermedad” del médico, desde el momento que se coloca a la persona en posición de “autodeterminarse” en el ejercicio de su derecho a la salud. Hasta este momento, la opinión del médico era hegemónica y no reparaba en la mirada de la persona con un problema de salud.
El concepto de salud/enfermedad, trasciende la categoría biológica (hegemónica por siglos) y se inscribe en el contexto sociocultural del hombre, como SUJETO SOCIAL con concepciones del mundo, prácticas que intervienen en la biología, variaciones constantes que se encuentran influidas por el modo en que los hombres se producen y se reproducen. Razón por la cual, el tema se encuentra vinculado con la propia evolución del hombre, lo que no permite pensar a la salud como algo estable, estático, sino más bien como un proceso dinámico que adquiere un significado diferente según la sociedad, el grupo social, el contexto histórico, la biología y psicología humanas. (Menéndez, E., 1994)
La salud enfermedad de los grupos humanos es una expresión particular de las condiciones de vida históricamente determinadas, que dependen de las formas de organización social de la producción, generando grandes diferencias en la calidad de vida y en la exposición a procesos deteriorantes que lesionan, distorsionan o limitan el desarrollo de los procesos físicos y psíquicos, así como la aparición de un conjunto de procesos protectivos, benéficos o potenciadores de la vida, los cuales entran en contradicción respecto a los procesos destructivos que esos grupos sociales padecen.(Breilh, J., 1999)
Desde esta perspectiva, la salud y enfermedad no deben ser entendidas en términos de normalidad- anormalidad, sino consideradas en su sentido vital, como un proceso, que se expresa en la biografía de la persona. La idea de proceso salud- enfermedad se basa en que ningún individuo puede gozar de completo bienestar aunque deba luchar por él, y considera a la salud no como un estado definido, dado que puede coexistir con alguna enfermedad no manifiesta. Es entonces un proceso continuo de valores progresivos de capacidad /incapacidad, relacionados con distintos niveles de bienestar. (Laurell, C., 1982)
Se refuerza la idea de proceso si pensamos que toda comunidad, es un conglomerado humano entramado por su cultura, que alberga un saber que le permite explicar su salud y su enfermedad elaborando una práctica auto generada o tomada de otra cultura como respuesta a esa problemática, razón por la cual los términos “salud/enfermedad/atención” (s/e/a) no pueden ser pensados por separado.
El carácter histórico, de este proceso, su naturaleza social se encontrará en el estudio de la colectividad, asumiendo características distintas según el modo en que cada grupo social se inserta en la producción y se relaciona con el resto. Ya que el hombre en constante interacción con el medio se sentirá saludable si puede resolver los conflictos que le producen esa interacción, si bien hoy se puede padecer una patología durante varios años sin inquietar al entono, y conservando una vida social. (Breilh, J., 2003)
A – El carácter HISTÓRICO del proceso s-e-a
Se evidencia al conocer cómo los pueblos concebían y elaboraban prácticas para enfrentarlo, como por ejemplo:
Las sociedades primitivas (unos 10.000 años a. C) entendían la enfermedad como producto de fuerzas sobrenaturales. El poder pertenecía a los dioses y las enfermedades eran tratadas por los sacerdotes (chamanes, brujos), ayudados por las hierbas medicinales e imitando a los animales: ante un dolor abdominal o muscular el hombre aplicaba la fricción, ante las heridas, las chupaba y contenía la hemorragia con compresión.
En (400 a. C.), los griegos, con Hipócrates (460 a 395 a.C.), reconocen la enfermedad como proceso natural. Y al interpretan a través de una visión racionalista y naturalista del cosmos. Consideraban a la salud y la belleza como el bien más preciado y a la enfermedad como una desviación de la norma, como producto de las perturbaciones entre el hombre y el medio, el objetivo fue restablecer la armonía entre el cuerpo y la mente, el equilibrio, y la conservación de la salud a través de la “higiene personal” como el más alto de los dones.
Durante gran parte de la Edad Media, (500 a 1450 d. C), las ideas predominantes circulaban alrededor del antagonismo entre alma-cuerpo, considerando al alma capaz de la perfección y al cuerpo como origen de las caídas y las desgracias. Y la enfermedad permitía la “purificación” para garantizar la “salud del alma”. El cristianismo propuso desde sus inicios, el cuidado de los enfermos ejercido a través de la caridad cristiana. Se da así origen al hospital, anexo a los monasterios. Los monjes conservaron el saber clásico y los monasterios fueron los principales centros de enseñanza y antecedentes de las futuras universidades.
Se debió esperar el final de la Edad Media y el comienzo del Renacimiento para ver resurgir las concepciones que se apartaban de las explicaciones religiosas.
La nueva intelectualidad difunde el saber a través de la imprenta.
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