Reporte Del Museo Nacional De San Carlos

Introducción:

El Museo Nacional de San Carlos resguarda uno de los más importantes acervos de arte europeo en México. Integrado por esculturas, pinturas, estampas y dibujos, permitiendo un recorrido por las corrientes estilísticas desde el siglo XIV al XIX.

Este conjunto fue puesto al alcance del público desde la fundación del museo en 1968. El acervo es heredero de las colecciones que guardó la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos de La Nueva España, formadas por obra extranjera y local desde mediados del siglo XVIII. El grupo se enriqueció gracias a las compras realizadas por los académicos, las piezas procedentes de conventos clausurados y las creadas por alumnos y maestros. Cabes destacar que a mediados del siglo XIX, la academia comenzó a realizar exposiciones anuales, convirtiéndose en guía y centro de la producción y del gusto artístico, beneficiando además un mercado laboral. Cuidar, estudiar y difundir son las acciones que el Museo ha puesto como meta constante y entre sus objetivos primordiales está el brindar al espectador un espacio de reflexión y de goce estético, que sólo el arte puede ofrecer.

Temas o corrientes estilísticas:

• Gótico: Se engloba a la arquitectura, pintura y escritura cristianas de la Baja Edad Media en Europa, que abarca del siglo XII al XIV. Se trata de un arte preeminentemente urbano que contó con el patrocinio de los reyes y de la creciente burguesía, por el que sus características estilísticas tienden hacia la elegancia y el refinamiento. Tiene su origen en Saint Denis, Francia que se extendió desde el siglo XIII por Inglaterra, la Península Ibérica y Europa Central. En la pintura de este periodo se empleaban colores brillantes y se mostraba gran cuidado en los detalles. La temática es predominantemente de carácter religioso.

• Renacimiento: Se hace referencia a los importantes cambios culturales y sociales de Europa en los siglos XIV al XVI, que señalan el paso de la Edad Media a la Moderna, centrada en el humanismo. El concepto alude a la recuperación de los valores de la cultura clásica grecorromana: hay un gusto por la iconografía mitológica, que continuamente se mezcla con la cristiana y se desarrolla el género del retrato. Varios factores contribuyen al desarrollo de la pintura de este periodo: los descubrimientos de la perspectiva lineal, el uso de nuevos materiales y los avances del estudio de la anatomía humana, que propicia la reaparición de un tema olvidado, el desnudo. Características de la pintura son el gusto por la línea, las formas cerradas, los paisajes de fondo y el uso de perspectiva lineal.

• Manierismo: hacía referencia hacia la expresión de una personalidad artística particular, al “estilo2 único de un artífice. Sin embargo, la idea sufrió mutaciones de significado hacia el siglo XVI. Se alejó de las formas del Clasicismo y a partir de 1620 se convirtió en un movimiento considerado caprichoso, que en muchos casos fue vista como la posterior decadencia que siguió a la perfección del Renacimiento.

• Barroco: Su denominación es del siglo XVIII, y designó durante mucho tiempo a un movimiento sin reglas e incluso ligado al “mal gusto”. Estuvo caracterizado por la presencia de diversos esfuerzos artísticos que impiden su fácil reducción a una unidad de estilo. La cuestión religiosa adquirió en ese tiempo, un aspecto social. Los motivos tienden por tanto a impresionar, persuadir y conmover al espectador a través de un leguaje que persigue la emotividad y la empatía.

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